Por Diego Schurman
El despacho es amplio. Tiene
muebles de época. Un imponente retrato de San Martín y otros
atípicos con trazos delicados, menos esquemáticos
de Perón y Evita.
¿Qué tal, cómo va todo? saluda Carlos
Ruckauf detrás de un escritorio cargado de curiosos ornamentos.
Pero ni la escultura de la Virgen ni la mamushka llaman tanto la atención
como el despliegue de retratos familiares.
En todas y cada una de las instantáneas regala esa risa perenne,
que ya ha convertido en sello. Por eso la seriedad que devolvía
en la sede de gobierno platense no dejaba de sorprender.
Es que se me parte la cabeza, estoy medio engripado dice,
como pidiendo disculpas. No da tiempo ni siquiera para conjeturar preocupación
por el triunfo de Eduardo Duhalde, que aparece como un nuevo obstáculo
para su ambición presidencial. Es que en ese mismo momento irrumpe
en escena su secretario, celular en mano.
Es Duhalde susurra.
Parece una puesta en escena. Pero ahí está el gobernador
bonaerense, ahora apoltronado en un sillón blanco, acordando un
encuentro que horas después mantendrá con el flamante senador
electo. Tienen pendiente una cita con un hombre fuerte del Gobierno. Y
quieren conversar antes en privado.
¿Piensan sugerir un justicialista para el nuevo gabinete?
Los gobernadores no tenemos esa vocación.
Con el resultado de las elecciones ¿el PJ, a través
de los gobernadores y la CGT, se va a poner más duro en sus reclamos?
Nuestra preocupación es la inmensa cantidad de dinero que
la Nación le debe a las provincias..
Hace un año le dijo a Página/12 que De la Rúa
estaba al borde del precipicio y...
(interrumpe)...ahora está en el fondo.
¿Ya se cayó?
Sí. De la Rúa se cayó hace rato.
¿Llega al 2003?
Espero que sí. No me gusta ponerme en el vocero del apocalipsis.
Está en el fondo del precipicio y no atina a tomar una decisión
que es cambiar el rumbo, si no va a haber una colisión.
A su entender ¿el Gobierno ya tocó fondo?
Lo peor es que el precipicio tiene varios fondos. Y la situación
se puede complicar más si De la Rúa no reacciona. Todo puede
estar peor.
Pero ya está negociando con Colombo un pacto
o una concertación.
A mí Colombo me habló y le dije que había que
cambiar el rumbo.
¿De la Rúa piensa lo mismo?
No sé. Creo que no se da cuenta de la gravedad de la situación.
¿Ya no habla como antes con él?
Hablo, hablo. Pero el tema no es hablar. El tema es ver si las palabras
están describiendo la realidad o son solo subterfugios porque el
discurso poselectoral del Presidente, el de sus ministros y su vocero,
creo que es muy autista. El Gobierno tiene un discurso autista.
¿A qué se refiere?
Aquí hubo un inmenso voto castigo, en parte dándole
respaldo parlamentario al justicialismo pero también con un inmenso
caudal de votos impugnados y otros votos a sectores de la Alianza que
han sido muy críticos con el Gobierno. El gobernador radical que
se salva del aluvión, que es (el chaqueño Angel) Rozas,
es el más duro con De la Rúa.
¿Qué pasa si De la Rúa no cambia el rumbo?
Todo se va a agravar. Y le voy a dar un dato que no aparece: en
la Argentina la desocupación ya está por el 20 por ciento.
Entiende, ¡¡¡20por ciento!!! Yo sé que cuando
aparezca esto van a decir Ruckauf exagera. Pero yo tengo el
dato. Esperen que aparezcan las mediciones.
La propuesta económica
Al lado del las muñecas rusas está la hoja de ruta de Ruckauf.
A las 9.45 exacto mantuvo un encuentro con Jorge Sarghini, su ministro
de Economía. El patacón no fue materia de charla. El gobernador
lo da por superado e insiste en que es un éxito en
la provincia y que gana día a día adherentes en la Capital.
Pero seguramente evaluaron la declaración de Ramón Mestre.
El ministro del Interior había dicho que en ese distrito ganó
la elección quien lo había fundido.
Mestre está enojado. Pero esta cantilena de lo mal que Duhalde
me dejó la provincia es un tema equivocado.
No me va a decir que Duhalde le dejó una provincia fulgurante.
Duhalde dejó una provincia en marcha con una deuda manejable
en un país normal. Cuando la Argentina se quedó sin crédito
me aparecieron los problemas. Recorté gastos. Y sin embargo nada
luce porque lo que aumenta es la tasa de interés y en consecuencia
lo que bajás de gastos primarios reaparece en gastos secundarios
por el incremento del gasto financiero.
¿Adhiere a la idea de reprogramar la deuda externa?
Hay tres deudas que necesitan refinanciación. La nacional,
la provincial y, la que nadie habla, la deuda privada. Siempre hablamos
si va a defoultear la Nación o las provincias, pero en cualquier
momento algún grupo grande no va a poder pagar. Cuando te ponen
con un riesgo país tan alto es que ya dieron por defaultiada (sic)
la Argentina.
El Financial Times habla de devaluación y dolarización
para la Argentina. ¿Apoya alguna de estas alternativas?
De ninguna manera. A mí me parecen una verdadera locura ambos
caminos. Son impulsados por algunos sectores del poder financiero. Devaluar
significa que una inmensa cantidad de empresarios, que equiparon sus empresas
y las modernizaron con créditos en dólares, pero que venden
en pesos en el mercado interno, quiebren. Devaluar significa un golpe
para muchísima gente que ha tomado deuda en dólares. Y una
dolarización después de eso significa consolidar las pérdidas.
Me parece terrible.
¿Y usted qué propone para salir de la crisis?
La lógica es que Argentina vaya a una estructura trimonetaria,
con un peso convertible y uno no convertible, durante un lapso determinado
y con poca emisión del peso no convertible como para poder reactivar
y al mismo tiempo hacer una negociación de los tres niveles de
la deuda y al mismo tiempo bajar fuertemente la presión fiscal.
Esto en dos andariveles centrales: bajar el IVA, del 21 al 16 por ciento,
y eliminar ingresos brutos y sellos en las provincias, y reemplazarlos
por un impuesto.
¿Esto integraría la propuesta que los gobernadores,
o algunos sectores como la UIA y la CGT, le van a acercar al Gobierno?
En las charlas uno puede tirar ideas, pero los roles son irremplazables.
Es el Gobierno el que tiene que replantear sus propuestas.
Usted habla de cambiar el rumbo cuando ha hecho alianzas con Domingo
Cavallo, la cara de este modelo, con quien mantiene un diálogo.
Cavallo sabe de mis diferencias con él desde que ambos éramos
ministros. El maneja el tema financiero adecuadamente. Pero no tiene una
visión productivo. Yo me acuerdo la pelea que teníamos cuando
el gobierno de Menem planteaba poner un ministro de la producción.
Cavallo por poco me muerde la yugular. Igual le deseo que le vaya bien.
Duhalde y Alfonsín ya son senadores electos ¿Ganó
el Pacto Bonaerense que denunció el vocero presidencial Juan Pablo
Baylac?
Ganó la concertación, algo que proponemos desde siempre.
La concertación no es una conspiración para reemplazarlo
a De la Rúa sino que es una base sólida para que De la Rúa
haga un cambio. Ahora, no nos pueden llamar a concertar para hundir más
en la miseria a la gente.
¿Usted interpreta que la gente votó concertar? En
el caso de Duhalde la gente acompañó su prestigio. Hubo
un claro voto castigo al Gobierno. Recuerde que segundo no salió
Alfonsín sino el voto anulado, pero el Señor Impugnado no
entra al Senado.
Teniendo en cuenta la merma del número de gente que votó
al PJ en la provincia ¿no cree que también hubo un castigo
a usted?
Sí, también me castigaron a mí. Excluirse del
descontento de la gente es un acto de soberbia inadmisible. Yo veo que
en las encuestas la gente sigue valorando nuestra gestión, pero
tanto (el vicegobernador) Felipe Solá como yo tenemos la sensación
de que tenemos muchísimo más por hacer.
De eso no se habla
Ruckauf menciona una y otra vez a Solá. El vicegobernador acaba
de entrar al despacho. Tienen un programa común: participar del
acto de entrega de hospitales móviles. Pero ninguno interrumpe.
La impaciencia queda para el secretario, que se acomoda en segundo plano,
detrás del gobernador, para hacerse notar. Mueve la boca. Agita
sus manos. Señala su reloj. El mensaje es inequívoco. No
hay lugar para muchas más preguntas.
Duhalde se posicionó para aspirar a la presidencia. ¿Coincide?
No voy a discutir ahora el 2003. Uno puede discutir el futuro cuando
el presente es normal. Pero hoy es calamitoso. El largo plazo en la Argentina
son seis meses. Y el Presidente, en medio de semejante derrota electoral,
se va a España a un congreso de la lengua cuando podía haber
mandado al ministro de Educación. Es un disparate.
Insisto: sin decir si era usted o él, Duhalde aseguró
a este diario que en la fórmula presidencial el PJ debe haber al
menos un bonaerense.
Lo leí, lo leí (sonríe, tímidamente,
por primera vez). No me haga hablar. No esta bien que hable de esto. Después
vamos a definir quién es el próximo piloto de tormentas
de la Argentina. Pero hoy hay que tratar que el Titanic no se hunda. El
PJ tiene una enorme capacidad de gobierno. Pero no nos llaman, y cuando
nos llaman lo hacen para informarnos de hechos consumados. Le recuerdo
dos: el megacanje y el recorte de la coparticipación, donde se
ha violado de forma brutal la Constitución.
¿De la Sota es el candidato del establishment?
Yo creo que De la Sota es un brillante gobernador. Pero no veo eso.
Que Menem esté preso ¿es bueno o malo para quienes
aspiran a ser el nuevo líder del PJ?
¡¡¡Es malísimo!!! ¡¡¡Es
pésimo!!!
¿Por qué tanto énfasis?
El que quiere ser campeón le tiene que ganar a Cassius Clay.
¿Menem es Cassius Clay?
Sin duda. Yo siempre creí que el candidato del PJ le tiene
que ganar a su presidente para poder tener suficiente entidad sobre el
conjunto.
¿Y por qué Duhalde le quiere desplazar a Menem?
No sé. Hablar de la presidencia del partido es intrascendente.
¿Ruckauf presidente - Du-halde gobernador?
Racing campeón. No, en serio. No insista. A lo mejor en unos
meses se lo contestamos. Lo tenemos que charlar en algún momento.
Ruckauf no dice cuándo. Pero la agenda lo delata en pocas palabras.Hoy:
21 horas, cena con Duhalde en Oviedo, Berutti 2933, Capital Federal.
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