Por Romina Calderaro
Lo que no quiere Gustavo
es que parezca que está haciendo una chicana para ver si muerde
una banca. El sabe que desde el punto de vista jurídico los votos
que le aportó Dante Gullo al ARI no se debieran contar porque son
inválidos. Sin embargo, prefiere que nos concentremos en el escrutinio
definitivo antes que hacer una presentación judicial aunque hay
quienes pensamos lo contrario, dijo a este diario un estrecho colaborador
de Gustavo Beliz, el candidato del Frente Nuevo País que perdió
por escaso margen con Alfredo Bravo la tercera banca de senador porteño.
Mientras en tiendas del ministro del Interior debaten su estrategia, Bravo
le pidió a su ex rival que cuente bien los votos de
los comicios del domingo y estimó que la diferencia entre ambos
fue de 4 mil y pico de sufragios y no tres mil, como dicen
los belizistas.
Una de las sorpresas de la elección del domingo, que fue bastante
previsible, fue la escasa diferencia de votos que obtuvo Alfredo Bravo,
el candidato de Alternativa por una República de Iguales, y Gustavo
Beliz, del Frente Nuevo País. En un conteo reñido, el escrutinio
provisorio lo consagró ganador a Bravo, quien para alzarse con
la victoria necesitó de los votos de Dante Gullo. Gullo se presentaba
como diputado con su propia agrupación, Nuevo Milenio, pero llevó
en la boleta como candidato a senador al veterano socialista. El problema
es que el artículo 54 de la Constitución Nacional establece
textualmente que dos bancas corresponderán al partido que saque
mayor porcentaje de votos y la restante al que le sigue, citan los
belizistas. Y como Dante Gullo se presentó con su propio nombre
de partido y número de boleta, esos votos no podrían sumarse.
No sé si la gente del ARI lo hizo por desconocimiento o a
propósito, pero cometieron un error elemental, dice la gente
de Beliz.
Esperamos el escrutinio definitivo, pero la decisión de Gustavo
es respetar la decisión popular. No vamos a hacer ninguna presentación,
dijo a este diario la jefa de Prensa de Beliz Natalia Cabral. La instrucción
que el líder de Nueva Dirigencia les dio a sus colaboradores confiaron
otras fuentes es concentrarse en el escrutinio definitivo. Hay
sesenta urnas que todavía no se abrieron. Por ejemplo, hubo fiscales
que metieron el telegrama del Correo dentro de la urna por desconocimiento.
Bueno, esas urnas no pudieron abrirse, explicó a este diario
el legislador porteño Lucio Ponsa Gandulfo, quien estuvo a cargo
de fiscalizar el escrutinio provisorio y se encargará también
de supervisar el definitivo. Ponsa agregó además que hay
13 mil votos recurridos, donde puede haber votos para el resto de los
candidatos, pero también para nosotros. En particular, ellos
van a pedir que se vuelvan a contabilizar las mesas en las que extrañamente
Roberto Azzareto, que iba como candidato a diputado, pero llevaba a Gustavo
como senador, sacó muchos votos y Gustavo ninguno. Con Irma Roy
pasó algo parecido, detalló Ponsa. El escrutinio definitivo
es recién el 22. Mientras esperan ese día, los belizistas
miran con atención a las provincias de Córdoba y Formosa,
donde hubo una situación parecida a la de Gullo. Si hay una presentación
judicial que sienta precedente, ellos se sentirán más animados
para hacer la suya.
LA
DUDA SOBRE DOS DIPUTADOS
IU se come las uñas
Para saber si se quedarán
con tres bancas o sólo con una en la Cámara de Diputados,
los integrantes de Izquierda Unida deberán esperar hasta el escrutinio
definitivo en la provincia de Buenos Aires, donde están peleando
por el ingreso de Juan Carlos Giordano y Miriam Sonnati. El director nacional
electoral, Alejandro Tullio, recibió ayer a los dirigentes de ese
frente y les dijo que deben aguardar los datos finales porque faltan computar
441 mesas, pero adelantó que si la proyección se mantiene,
llegarían a obtener el tres por ciento del padrón de la
provincia, condición sine qua non para que entren esos dos
candidatos.
La banca que Izquierda Unida ya tiene asegurada es la de Patricia Walsh,
quien se reunió ayer junto a la legisladora porteña Vilma
Ripoll y Juan Carlos Giordano con el director nacional electoral. El hombre
les explicó que una vez escrutadas las mesas que faltan, se podrá
comprobar si las otras dos bancas quedan para Izquierda Unida o para el
PJ y el Polo Social. Con la cantidad de votos escrutados hasta ahora,
la Izquierda Unida no logró llegar en la provincia al tres por
ciento del padrón de ese distrito, pero todavía faltan escrutar
441 mesas. Si la proyección se mantiene, sumando esos votos que
faltan la izquierda sí alcanzaría el porcentaje mínimo
que establece el Código Nacional Electoral para acceder a una banca.
El escrutinio definitivo empezaría hoy en la provincia que gobierna
Carlos Ruckauf. La tendencia se va a mantener e incluso va a aumentar
porque sabemos que en las mesas que faltan escrutar hubo un porcentaje
muy alto de voto a la izquierda, dijo a este diario un esperanzado
Giordano.
Los que no tenían nada para festejar ayer eran los integrantes
del Partido Humanista, que reclamaban dos bancas: una para Lía
Méndez en la Ciudad de Buenos Aires y otra para Alicia Blanco en
la provincia. El problema es que aunque consideran que hicieron una buena
elección 66 mil votos en la Ciudad de Buenos Aires y 170
mil en provincia no llegan al tres por ciento del padrón.
Ellos se quejan porque pese al piso que establece el Código Electoral,
la Constitución que es la ley de leyes no dice nada
al respecto. Un funcionario del Ministerio del Interior reconoció
ayer la legitimidad del reclamo de los humanistas. En la Ciudad
de Buenos Aires, y de acuerdo con el sistema DHont, el último
diputado de la Alianza entra con menos votos que el humanismo, concedió,
pero el piso lo establece el Código Electoral y mientras
no haya ninguna modificación eso es lo que dice la ley al respecto,
finalizó. Los humanistas juran además que en la provincia
de Buenos Aires el PJ les robó boletas, pero saben que ya es tarde
para lágrimas.
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