Por E. T.
Tal vez no haya podido superar
la fama súbita, quizás la nostalgia suiza haya doblado su
voluntad o bien comprendió que se encontraba cercado por Interpol.
Angel Papito Ramini, uno de los tres mosqueteros que admitió
ante las cámaras de Telenoche Investiga su participación
en la venta ilegal de armas y en la mafia del oro, se entregó ayer
a la Justicia. Arribó a Ezeiza en un vuelo procedente de Londres,
lo esperaba la policía y su abogado defensor, Alberto Carlos Faez,
quien a favor de su cliente dijo que sus afirmaciones eran una broma.
Mentirillas que dice un comerciante cuando quiere cerrar un negocio.
Si no fuera porque sus confesiones se emitieron por otro canal, podría
haber dicho que fue una típica broma para Marcelo Tinelli. Pasado
mañana sería el turno de la presentación del arquitecto
Alberto Rossi. Sus abogados recorrieron los tribunales diciendo que se
encontraba profundamente deprimido y adelantaron que se rendirá
ante el largo brazo de la ley.
Luego de ver las imágenes televisivas de la investigación
periodística, nadie puede negar que si algo no le falta a Ramini
es precisamente sentido del humor. El mismo que deberá exhibir
hoy cuando declare frente al juez federal Jorge Urso. Difícilmente
el magistrado junte las mesas, pero a Papito le espera un
buen baile. En uno de los pasajes de la transmisión televisiva,
Ramini había dicho que era amigo del 80 por ciento de los
jueces federales porteños. Pero amigo de cerrar el boliche, juntar
las mesas y vengan las chicas a bailar. La única amistad
judicial documentada es la que Ramini tiene con el fiscal de Cámara
Juan Martín Romero Victorica, quien hizo las veces de gestor para
que Papito tuviera una audiencia con el entonces fiscal del
caso del oro, Pablo Lanusse.
Luego de que Ramini entregue su declaración judicial, el magistrado
tendrá diez días para decidir su futuro procesal. En el
expediente no hay muchos elementos que lo compliquen. Sus dichos sobre
que él era el despachante de Aduanas de Fabricaciones Militares
están lejos de ser una verdad procesal. La única firma que
figura avalando las exportaciones de la fábrica estatal de armamento
es la de Teresa de Canterino. En cuanto al rol de la firma Express, de
la que Ramini se autoproclamó dueño real, no hay muchos
elementos que la involucren en la maniobra ilegal. Y de esto no sólo
es consciente Ramini sino también su abogado. Es altamente probable
que en su descargo Papito acuse a los periodistas de Telenoche
de pretender extorsionarlo. Una estrategia bastante habitual. La culpa
es de otro si algo sale mal.
Frente a la cámara oculta, cuando explicaba por qué no estaba
imputado judicialmente, Papito afirmó que un
juez no puede llevarse por lo que le dicen, sino por las pruebas.
Palabras más, palabras menos, esto fue lo que su abogado dijo en
Ezeiza: Es como si yo ahora dijera que defendí a Osama bin
Laden en Medio Oriente, y hablara de figuras diciendo cosas que no son
verdad. Por si quedaran dudas, continuó con sus comparaciones
diciendo: Es como si yo dijera ahora que tengo las manos de Juan
Domingo Perón. Usted no me puede condenar por eso.
Ramini explicó que la venta ilegal se amparaba en decretos reservados
y por lo tanto no se conocían los materiales transportados.
No se conocía entre comillas, dijo para explicar que
la maniobra no le era ajena. Sus dichos son llamativamente parecidos a
los de Luis Sarlenga cuando confesó que todos sabían
que las armas iban para Croacia.
Tanto Ramini como sus socios en International Waste Group, Alberto Rossi
y Antonio Aguirre son conscientes de que la cámara oculta no es
un elemento de prueba decisorio. Sortear la gran cantidad de efectivos
policiales que estaban detrás de ellos no es tarea fácil
si no se tiene la adecuada logística de cobertura.
Además de tener una fuerte depresión, Rossi tuvo el respaldo
de los habituales abogados que suelen estar cerca de los hombres del poder.Incluso
de algunos de los involucrados en el expediente por la venta ilegal de
armas. La presentación de Aguirre también es cuestión
de horas.
EL
JUEZ SPERONI DECLARARIA ININMPUTABLE A DI TELLA
Para Urso, nada ha cambiado
El ex canciller Guido Di Tella
podría ser declarado inimputable debido a que según
informaron fuentes judiciales sus pericias psiquiátricas
habrían establecido que no está en condiciones de
ejercer su derecho a la legítima defensa. La resolución
sería adoptada por el juez en lo penal económico Julio Speroni,
quien indagó a Di Tella en la causa por el contrabando agravado
de armas y ahora debe resolver si lo procesa, le dicta la falta de mérito
o lo declara inimputable. En el expediente que por los mismos hechos investiga
en el fuero federal Jorge Urso el ex canciller fue procesado y nadie objetó
que no estuviera en pleno uso de sus facultades, con lo que su situación
en esta causa no ha variado.
Antes de expedirse, el juez Speroni debe esperar el dictamen de la fiscal
Alicia Sustaita. Di Tella que fue uno de los ministros que firmó
los decretos que permitieron el envío de armas a Croacia aunque
los destinos pantalla fueron Panamá y Venezuela
fue indagado por Speroni el 19 de diciembre. Allí trató
de desvincularse del caso y señaló que fueron las áreas
de Economía y Defensa las que efectuaron los trámites relacionados
con operaciones de venta de armas que luego fueron desviadas.
Luego de la indagatoria, el magistrado debía resolver si imputa
a Di Tella por contrabando agravado que no es excarcelable
pero antes consideró que algunas lagunas mentales y despistes que
Di Tella había presentado durante el interrogatorio ameritaban
que fuera sometido a una pericia para determinar si sus facultades mentales
estaban o no deterioradas. Un triunvirato de psiquiatras del Cuerpo Médico
Forense le realizó baterías de test y cuestionarios. Según
las fuentes judiciales, el informe de los médicos especialistas
determinó que el ex jefe de la diplomacia sufrió tres
episodios cerebrovasculares y por esa razón no estaría
en condiciones de ejercer su derecho a la legítima defensa.
El abogado León Arslanian, defensor del ex ministro, señaló
que aunque no conocía el dictamen creía que
la pericia dio algún resultado negativo respecto a la actitud
de Di Tella para estar en juicio. Arslanian aseguró que el
ex canciller tiene percepción de este problema y se está
tratando desde hace unos años y que la afección tiene
una denominación compleja que el médico lo sabe y que consiste
en una alteración en el tejido blando del cerebro.
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