Por Adriana Meyer
Ribelli, como anticipó
su abogado, ¿quiere usted ampliar su declaración indagatoria?,
le preguntó el presidente del Tribunal Oral 3 al ex comisario de
la bonaerense. Sí, respondió el imputado y apagó
de inmediato su computadora portátil para acercarse al estrado,
pero no completó la acción. Bueno, el tribunal resolverá
cuándo, lo frenó uno de los jueces. Cuatro días
después de su extenso alegato, el Tribunal entendió que
Juan José Ribelli no se pronunció sobre la totalidad
de los elementos de la causa AMIA y hay contradicciones. Y, aunque
no especificó cuáles son esas contradicciones, decidió
que fueran leídas todas las declaraciones que prestó durante
la etapa de instrucción. Por otra parte, uno de los ex policías
que rompió el pacto de silencio se negó a declarar
y relativizó sus dichos, en un intento tardío.
Diego Barreda fue el primer ex policía bonaerense que contó
cómo persiguieron y extorsionaron al reducidor de autos Carlos
Telleldín y fue quien lo convenció de entregarse a los agentes
de la SIDE. Aunque no declaró pidió hacer una aclaración
y se desdijo de una indagatoria del 13 de julio de 1996, la primera en
la que comprometió a sus compañeros de la policía
bonaerense. No tenía asistencia letrada, no se ajustan los
dichos a la realidad, a lo vertido por mí en ese momento,
señaló Barreda antes de levantarse del banquillo.
Los magistrados Gerardo Larrambebere, Guillermo Gordo y Miguel Pons rechazaron
un pedido para que Carlos Menem y Carlos Corach declaren en el juicio
como testigos. Sin embargo, decidieron que se abra una investigación
sobre la presunta existencia de una conspiración entre
el juez federal Juan José Galeano y funcionarios del gobierno de
Menem, denunciada el jueves pasado por el ex comisario Juan José
Ribelli.
Para el fiscal federal Alberto Nisman si Ribelli no acepta preguntas
la única manera de detectar contradicciones es leer sus anteriores
dichos. Por ejemplo, el jueves se refirió a la investigación
sobre el ataque terrorista como la causa Baci, por el detenido
Oscar Bacigalupo. Pero en las distintas declaraciones leídas ayer,
Ribelli aseguró ante el juez Juan José Galeano que no
conocía a nadie de ese nombre. Además, desde 1996
hasta el juicio cada vez que declaró ante el juez negó reconocer
su voz en escuchas telefónicas que el jueves sí aceptó
y hasta llegó a citar como pruebas a su favor.
A última hora se negó a declarar el ex comisario Bautista
Huici, por lo que fueron leídas las declaraciones en las que acusó
a Ribelli de obligarlo a falsear un acta para incriminar en una causa
de homicidio a Telleldín, y también aseguró que recibió
presiones de funcionarios públicos de aquel momento para
que involucrara a los policías con el atentado. Sin embargo,
luego se desdijo al afirmar que había mentido por consejo de sus
abogados para obtener la libertad que le habría prometido Galeano.
El tedio por el lento desarrollo del juicio se vio interrumpido durante
el primer cuarto intermedio cuando circuló el rumor de que el abogado
Víctor Stinfale estaba en el despacho del juez Juan José
Galeano. Aunque ambos desmintieron haberse encontrado, al final de la
jornada la versión daba cuenta de sucesivas reuniones que habrían
tenido lugar en los últimos días. La suspicacia fue generada
a partir de la declaración testimonial que tiene que prestar el
letrado mañana ante el juez Claudio Bonadío, en la causa
en la que se investigan numerosas irregularidades cometidas por Galeano
durante la investigación del ataque contra la AMIA. Stinfale deberá
responder si su cliente Telleldín cobró una recompensa de
400 mil dólares para involucrar a policías bonaerenses en
el ataque a la mutual judía. Aunque el abogado fue relevado por
el magistrado de su secreto profesional, Página/12 pudo saber que
Stinfale no dirá nada. Bonadíocondicionó
el levantamiento del secreto a que no perjudique los intereses de su defendido.
Víctimas en
los padrones
Víctimas del atentado a la AMIA estuvieron habilitadas
para votar en las elecciones legislativas del domingo. Minutos antes
del inicio de la décima jornada del juicio oral, familiares
de las víctimas del atentado se quejaron por haber encontrado
a sus seres queridos fallecidos en los patrones. Olga Degtiar aseguró
que la situación se repite desde hace siete años,
cada vez que hay elecciones. Relató que en la misma mesa
que votó su esposo figuró su hijo Cristian, fallecido
en el ataque terrorista. La mujer se mostró molesta por haber
recibido propaganda de partidos políticos e incluso un sobre
a nombre de su hijo con los datos sobre su lugar de votación.
Aparte del dolor que nos causa esto, nos preocupa porque se
presta a cualquier especulación porque no se si alguien está
utilizando el lugar de mi hijo para emitir un voto, expresó
Degtiar. Y agregó que, paradójicamente, su hijo mayor
tuvo dificultades para votar porque no aparecía en los padrones.
Según indicó, esta situación ocurrió
en la escuela Güemes de Florida, pero otros familiares también
lo verificaron en Capital, como Sofía Guterman, y en el partido
de la Costa. Y agregó que estudian hacer una denuncia para
que se corrija el error.
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