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WASHINGTON ESTA DESBORDADO ENTRE ATAQUES REALES Y FALSOS
El enemigo multiplica sus frentes

Mientras en Gran Bretaña se reforzaba la seguridad, la capital norteamericana era objeto de un aluvión de falsas alarmas tras el ataque altamente profesional consumado contra el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle. Y el resultado es el peligro de desborde, según testimonia el enviado de Página/12.

Por Gabriel A. Uriarte
Desde Washington

Las salas de emergencia de los hospitales en Washington muestran el aspecto más devastador de la ofensiva bioterrorista lanzada contra Estados Unidos. No hay gente muriéndose por intoxicación con ántrax en las puertas, ni cientos de camas ocupadas, ni escasez de medicamentos, ni ninguna de las siniestras escenas prefiguradas en innumerables hipótesis teóricas de un ataque biológico. Es cierto que se cumplió la advertencia de que el personal hospitalario sería insuficiente para responder a la crisis, pero esto no responde a la escala de las bajas, la causa prevista en los escenarios catástrofe, sino a todo lo contrario: la enorme cantidad de no-ataques. “Hoy nos pusieron en alerta por un lugar en Alexandria (Virginia) donde parecía haber ántrax: estaba en el baño y terminó siendo talco, claro”, relató uno de los conductores de ambulancias que esperaban a la entrada del hospital George Washington la llegada del atentado real. Su rostro, mucho más que sus palabras, era la prueba más elocuente de la fatiga y presión a la que están sometidos quienes parecen estar en la verdadera vanguardia de la lucha contra el terrorismo, que ayer incluyó otra falsa alarma en el séptimo piso de The Washington Post.
La pregunta era sencilla, la respuesta también. ¿Cómo se podría contactar a un miembro de los equipos de materiales tóxicos Hazmat? “Supongo que agarrándote ántrax, pero como están las cosas me parece igual de posible que no lleguen porque van a estar desinfectando fertilizante de un jardín o limpiando talco o lo de hoy.” Todo los datos revelados hasta ahora confirman las palabras de este agente de la policía metropolitana, que decía tener un amigo entre los Hazmat. Solamente el lunes la unidad del condado de Fairfax en Virginia, suburbio donde viven muchos empleados de la capital, tuvo que responder a más de 100 llamadas. “Estamos operando las 24 horas, tenemos unidades corriendo por todos lados –enfatizó Daryl L. Louder, el oficial a cargo–; no queremos decirle que no a nadie, pero pedimos que por favor muestren un poco de sentido común.” El peligro no es tanto dejar exhaustos a estos equipos, cosa que ya sucedió, sino más bien que sus números prueben ser absolutamente insuficientes para responder a las denuncias. Un paramédico frente al hospital de Georgetown subrayó que “no hay tantos tipos en los Hazmat, nadie se imaginaba que habría una cantidad así de llamadas... Si lo pensás bien, es un milagro que hayan podido responder como lo hicieron hasta ahora”.
El problema de los números se repetía en las fuerzas de seguridad de Washington. La policía del Capitolio, por ejemplo, clausuró ayer las oficinas de más de 30 senadores, la mayoría muy influyentes tales como el demócrata Russell Feingold, uno de los arquitectos de la ley antiterrorista aprobada la semana pasada, o los republicanos Richard Shelby y Richard Lugar, figuras clave en el comité de Inteligencia. La causa era la enorme potencia del ántrax enviado el lunes a la oficina del líder de la mayoría demócrata del Senado, Tom Daschle, cuya oficina, obviamente, sigue clausurada. Según Daschle, la bacteria dentro de la carta era “muy letal y muy profesional”, lo que apuntaba, según otros senadores, a que los talibanes habían desarrollado una capacidad impensada de fabricar armas químicas, o bien que otros países se lo suministraron (el Irak de Saddam Hussein estaba muy al frente de la lista de sospechosos). El problema de las cartas-ántrax se solucionó con la decisión drástica de suspender todo servicio de correo al Capitolio, pero aun así faltan agentes para patrullar el perímetro marcado por los macetones de concreto que florecieron tras el ataque contra Daschle. “Nuestro entrenamiento, la parte puramente teórica, dura más de dos meses, sin incluir las primeras patrullas de entrenamiento... Están pidiendo muchos más voluntarios, y los hay porque cobramos más que la policía normal, pero para cuando los veamos quizá ya sea demasiado tarde”, relató un agente consultado frente al edificio Hart del Senado.
El problema es aún peor en los hospitales, dada la alta proporción del personal cuyo entrenamiento no es más que rudimentario y que trabajan de forma part-time. Un estudio realizado por el Colegio de Médicos de Emergencias (ACEP) en 30 hospitales, varios de ellos en Washington, encontró que solamente uno tenía medicamentos suficientes para responder a un atentado bioterrorista, y que el personal en nada menos que 26 eran completamente insuficientes para manejar más de 10 víctimas a la vez. Según recalcó el director del ACEP, Michael Carius, “estamos inundados de gente que viene al menor síntoma de gripe, si esto sigue así el sistema va a quedar desbordado”.
Esto ya parecía estar ocurriendo, según se podía ver ayer en las salas de emergencia de la capital. Entrar en ellas iluminaba también un aspecto completamente ignorado de la actual crisis. Las personas que trabajan en edificios federales reciben exámenes casi de inmediato por equipos que se movilizan a sus oficinas, mientras que la clase media pudiente se maneja con médicos personales que pueden examinarlos y recetarles el antibiótico CIPRO. Las salas de emergencia reciben gente sin ninguna de estas ventajas: no sólo personas de bajos ingresos, sino muchos indocumentados que carecen de cualquier forma de seguro médico. En Washington y Nueva York gran parte del subproletariado que se encarga de los trabajos peor pagos –recolección de basura, lavaplatos o, como se supo tras el 11 de setiembre, guardias en aeropuertos– no tienen ciudadanía o siquiera permiso de trabajar, para no hablar de seguro médico. Y es el sector que ha perdido más empleos a causa de la crisis de la industria turística y de entretenimiento. Así, su vulnerabilidad no podría ser mayor. Este enviado preguntó al encargado en la entrada del hospital George Washington cuánto le costaría una hipotética consulta de emergencia: 250 dólares. Una mujer emigrada hace menos de un año desde México, quien no quiso precisar qué documentos poseía, comentó que “tuve que pedir prestado a toda mi familia para la mera consulta, y si tengo eso (ántrax) no sé cómo conseguir el antibiótico”. En muchos casos, estas personas corren el mayor riesgo de contraer ántrax. Uno de quienes esperaban en la sala de emergencias era un inmigrante somalí que trabajaba para un servicio de mensajería por moto. Tenía síntomas de gripe y una infección en la piel. ¿Cuál era su ruta? Su rostro no se inmutó: “El Capitolio”.

 

Claves

- Después del ataque altamente profesional contra la oficina del líder senatorial demócrata Tom Daschle, la multiplicación de falsas alarmas deja abierta la posibilidad de una auténtica explosión del sistema de seguridad preventivo de Washington y otras ciudades norteamericanas contra la guerra bioquímica.
- En Gran Bretaña empiezan a descubrirse insólitas ventanas de vulnerabilidad, como un tren que atraviesa un barrio de Londres atestado de desechos nucleares.
- En Afganistán Estados Unidos empezó a usar ayer por primera vez y a plena luz del día sus temibles aviones de ataque AC-130, capaces de generar enorme cantidade de muertes.
- Esto revela que las fuerzas aéreas y defensas antiaéreas afganas ya han sido destruidas, y que Estados Unidos ya prepara el terreno para la invasión de Kabul por la antitalibana Alianza del Norte, que está al borde de tomar la estratégica posición de Mawaz-i.Shafir.

 

LAS CARTAS A TOM DASCHLE Y A LA NBC
Un ántrax marcado

Por Audrey Gilla *
Desde Washington

La cepa del ántrax enviado al líder de la mayoría del Senado norteamericano, Tom Daschle, “no es amateur”, sino de un “tipo especialmente puro y profesional”, según fuentes consultadas ayer. Las investigaciones confirman que es poco probable que esta cepa en particular provenga de un amateur que trabaje en forma solitaria. El FBI vinculó por la letra la carta que llegó ayer a la oficina de Daschle, en el corazón del sistema político norteamericano, con la que llegó el día anterior a la sede neoyorquina de la cadena de televisión NBC.
El vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, rehusó confirmar ante la prensa que Estados Unidos era víctima de “ataques bioterroristas”, pero reconoció que era sospechosa la coincidencia entre los lugares desde donde las cartas habían sido despachadas, Florida y Nueva Jersey, y el hecho de la probada existencia de células de Al-Qaeda en esos dos estados. El director del FBI, Robert Mueller, negó que se hubiera encontrado cualquier vínculo directo entre los casos de ántrax y el “terrorismo organizado”, pero también dijo que esa hipótesis no había sido “descartada”. Y anunció que según los peritajes caligráficos existían similitudes en la letra manuscrita de las cartas que contenían ántrax. También reveló que habían sido atendidas unas 2300 denuncias de presuntos casos de ántrax, la mayor parte de las cuales resultaron ser falsas alarmas o bromas.. El secretario de Justicia, John Ashcroft, describió a las bromas como “actos destructivos cometidos por cobardes” que “generan una alarma ilegítima en el período de las más legítimas preocupaciones”. Las calificó de “transgresiones grotescas de la confianza pública”.
El FBI arrestó a dos personas fuera de Nueva York que habían enviado cartas con falso ántrax; en Connecticut, un empleado del Departamento de Protección Ambiental fue acusado de hacer falsas declaraciones durante el pánico del ántrax. Si el gobierno está cada vez más irritado por las falsas alarmas, es porque tanto los números de los contaminados con ántrax como los de los que efectivamente adquirieron la enfermedad están creciendo poco a poco.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 


 

No hace falta terrorismo, porque el terror ya está

Por Marcelo Justo
Desde Londres

El gobierno británico se encuentra en estado de alerta ante la posibilidad de una campaña bioterrorista. El Servicio Nacional de Salud y los 35.000 médicos de cabecera, que son la columna vertebral de la atención sanitaria en Gran Bretaña, recibieron instrucciones especiales y una masiva reserva de antibióticos para tratar casos de ántrax. Por su parte, la intendencia de Londres alertó sobre un peligro desatendido: la posibilidad de ataque contra los 200 trenes con desecho nuclear que cruzan anualmente la capital inglesa. “El 11 de septiembre inauguró una era de terrorismo masivo. Nada puede descartarse”, advirtió a Página/12 Edward Foster, especialista en terrorismo del Royal United Services Institute for Defence Studies.
El gobierno envió cartas y e-mails a los médicos de cabecera de toda Gran Bretaña con información de urgencia sobre los síntomas del ántrax y su tratamiento. El Departamento de Salud recibió en los últimos días unas 50 millones de dosis adicionales de doxycycline, el antibiótico que se utiliza para la cura del ántrax. El estado de alarma del Primer Mundo, causado por los casos (reales) en Estados Unidos y (ficticios) en Canadá, Francia, Alemania y Australia, se agrava en Gran Bretaña –sede de otras falsas alarmas– porque el mismo Osama bin Laden y su lugarteniente Sulaiman Abu Ghaith amenazaron específicamente al gobierno de Tony Blair por su participación en la campaña en Afganistán si no se retira de inmediato de la región. Este domingo la catedral de Canterbury fue cerrada luego de que se viera cómo un individuo de aspecto arábigo esparcía un polvo blanco en el interior de la cripta. La policía indicó que la catedral se mantendría cerrada hasta que se terminara de analizar la sustancia, algo que podría llevar “bastante tiempo”.
En un intento de calmar la creciente preocupación de la población, la máxima autoridad sanitaria del reino, el “Chief Medical Officer” Liam Donaldson, señaló ayer que el gobierno estaba preparado para afrontar un ataque. “No tenemos ninguna prueba de que vaya a haber un ataque pero nuestra responsabilidad es estar preparados para todo tipo de eventualidades y eso es lo que hemos estado haciendo durante las últimas dos semanas”, señaló Donaldson. Entre las medidas preventivas se encuentran circulares en los despachos oficiales con recomendaciones para identificar cartas sospechosas como la enviada al líder del Senado estadounidense, el demócrata Tom Daschle. Entre las señales reveladoras que identifican las circulares se encuentra que la carta sea “inesperada o de origen desconocido, proceda del extranjero, tenga errores de ortografía, olor extraño, exceso de cinta scotch y manchas de aceite o cristalizaciones en el sobre”.
Mientras tanto, la intendencia de Londres, la Great London Authority (GLA), exhortó al gobierno nacional a que hiciera una urgente revisión de las medidas de seguridad en torno al transporte de unos 200 trenes que contienen material radiactivo y cruzan la capital cada año en camino a la planta reprocesadora de desechos nucleares en Sellafield, Cumbria, al noroeste del país. El presidente de la comisión encargada del tema, Darren Johnson, escribió al ministro de energía del gobierno de Tony Blair solicitándole que realizara una reevaluación del tema. Según la comisión que preside Johnson, el gobierno no ha analizado este problema con la seriedad que se merece a la “luz de los hechos ocurridos el 11 de septiembre” y, a diferencia del gobierno estadounidense, que suspendió el transporte de material nuclear tras los atentados, insiste en que se han tomado los recaudos de seguridad necesarios. La posibilidad de un ataque terrorista a uno de los trenes sería un escenario de pesadilla con decenas de miles de potenciales víctimas a imagen y semejanza de esas películas de desastres apocalípticos que solía hacer Hollywood y que los atentados contra Nueva York y Washington volvieron trágicamente obsoletas.
Esta semana el ministro del Interior británico David Blunkett anunció en la Cámara de los Comunes un proyecto de ley que contiene una serie de duras medidas antiterroristas. Entre las mismas se encuentra la tipificación como delito del suministro de “comunicación, bienes o servicios” a conocidos terroristas, poderes ampliados para la policía en blancos potenciales como estaciones nucleares y la derogación del artículo 5 de la Convención Europea de Derechos Humanos que prohíbe la detención ilegal de personas. Entre los especialistas en temas de seguridad, que suelen tener fluidos contactos con los servicios secretos, había satisfacción por el anuncio pero escepticismo por los resultados que pudiera suministrar a corto plazo. “La estrategia antiterrorista se basa en un 95% en inteligencia humana. Y eso fue lo que falló trágicamente el 11 de septiembre. No es algo que se vaya a solucionar en poco tiempo”, indicó a Página/12 Edward Foster, el especialista en terrorismo del Royal United Services Institute for Defence Studies.

 

En la Argentina

La psicosis por el ántrax en la Argentina está lejos de ceder. El aeropuerto de Ezeiza fue ayer escenario de un gran revuelo luego de encontrarse un sobre que contenía un polvo blanco en la zona del control de equipajes de United Airlines. El sobre fue encapsulado y derivado al Instituto Malbrán, al que ayer siguieron llegando decenas de sobres de gente temerosa de que las cartas recibidas contengan en realidad el polvo tan temido. A las cartas recibidas por el instituto la semana pasada se suman ahora 25 misivas provenientes de Rosario, 27 de Mendoza y otras de Bariloche, Bahía Blanca, Santiago del Estero, Misiones, Comodoro Rivadavia, Paraná y Gualeguaychú. Los especialistas ya abrieron más de 60 sobres y no encontraron ninguna señal de alarma.

 

De un susto a otro

Este era anoche el cuadro de terror por el ántrax alrededor del mundo:
1 Estados Unidos: Aproximadamente 110 clínicas de aborto y de facilidades para la paternidad planificada en todo el país han recibido correspondencia con sobres que contenían polvo blanco. Dos sobres ya fueron testeados y no contenían ántrax.
2 Brasil: Tres empleados del consulado norteamericano en Río de Janeiro recibieron tratamiento luego de estar en contacto con una carta que contenía polvo.
3Israel: Fue evacuada una oficina de un diario en Jerusalén tras recibir dos cartas sospechosas, una de las cuales traía polvo blanco. Expertos en armas biológicas están analizando más de la docena de cartas que se han recibido en los últimos días.
4 Francia: El polvo que se encontró en cartas que fueron enviadas a un colegio, una oficina de impuestos, institución financiera y agencia espacial resultó no ser dañino.
5 Alemania: No hubo rastro de ántrax ni de ninguna otra sustancia tóxica según se testeó el polvo blanco encontrado en las oficinas de correo del canciller alemán Gerhard Schroeder.
6 Japón: Una carta sospechosa que contenía polvo blanco y estaba dirigida a Australia fue enviada para analizarla luego de que se la encontrara en una oficina de correo en el norte de Japón.
7 Suecia: Cuatro cartas sospechosas enviadas de Dubai a compañías, incluida las oficinas de la firma de ropa norteamericana Levi Strauss & Co, están siendo revisadas por expertos en guerra bacteriológica.
8 Chipre: Polvo blanco fue hallado cerca del edificio del Parlamento de Chipre que provocó un rápido operativo policial y las autoridades más tarde descubrieron que se trataba de harina usada para trazar marcas en un club de atletismo.
9 China: Las autoridades establecieron revisar a los pasajeros de la aerolínea internacional y la correspondencia, y están alertando sobre la enfermedad a los ciudadanos que salen del país.
10 República Checa: El equipo del primer ministro Milo Zeman recibió una carta sospechosa mientras él se encontraba reunido con el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Shimon Peres. Dos checos temieron haberse infectado con la bacteria del ántrax tras estar en contacto con la presunta correspondencia y fueron internados en el hospital por precaución.
11 Bulgaria: La policía de Sofía cerró un área alrededor del Hotel Hilton de la ciudad, después que se encontraron dos sobres de plástico con polvo blanco en su interior, clasificados como de contenido de ántrax. Una zona de Stara Zagora, a 232 kilómetros al sudeste de la capital, fue cerrada luego que un residente encontrara un paquete sospechoso.
12 Austria: El ministro del Interior informó que de entre 14 o 15 cartas sospechosas que retuvo el gobierno, dio negativo el testeo de 14. Aún no se conocen los resultados de las pruebas de la última carta.
13 Finlandia: Cuatro muestras de correo están siendo analizadas por expertos después que los recipientes fueron entregados a la policía.
14 Noruega: Siete personas fueron enviadas al hospital para un chequeo y prescripción de antibióticos luego que tocaran una carta que contenía polvo blanco, la que llegó a la municipalidad en Nottorden, aproximadamente a 96 kilómetros al sudoeste de Oslo.
15 Rusia: La policía acudió a examinar un paquete sospechoso cuyo contenido era una botella con un líquido, que fue enviada a los editores del diario Komsomolskaya Pravda en Moscú.

 

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