Por Gabriel A.
Uriarte
Desde
Washington
Las salas de emergencia de
los hospitales en Washington muestran el aspecto más devastador
de la ofensiva bioterrorista lanzada contra Estados Unidos. No hay gente
muriéndose por intoxicación con ántrax en las puertas,
ni cientos de camas ocupadas, ni escasez de medicamentos, ni ninguna de
las siniestras escenas prefiguradas en innumerables hipótesis teóricas
de un ataque biológico. Es cierto que se cumplió la advertencia
de que el personal hospitalario sería insuficiente para responder
a la crisis, pero esto no responde a la escala de las bajas, la causa
prevista en los escenarios catástrofe, sino a todo lo contrario:
la enorme cantidad de no-ataques. Hoy nos pusieron en alerta por
un lugar en Alexandria (Virginia) donde parecía haber ántrax:
estaba en el baño y terminó siendo talco, claro, relató
uno de los conductores de ambulancias que esperaban a la entrada del hospital
George Washington la llegada del atentado real. Su rostro, mucho más
que sus palabras, era la prueba más elocuente de la fatiga y presión
a la que están sometidos quienes parecen estar en la verdadera
vanguardia de la lucha contra el terrorismo, que ayer incluyó otra
falsa alarma en el séptimo piso de The Washington Post.
La pregunta era sencilla, la respuesta también. ¿Cómo
se podría contactar a un miembro de los equipos de materiales tóxicos
Hazmat? Supongo que agarrándote ántrax, pero como
están las cosas me parece igual de posible que no lleguen porque
van a estar desinfectando fertilizante de un jardín o limpiando
talco o lo de hoy. Todo los datos revelados hasta ahora confirman
las palabras de este agente de la policía metropolitana, que decía
tener un amigo entre los Hazmat. Solamente el lunes la unidad del condado
de Fairfax en Virginia, suburbio donde viven muchos empleados de la capital,
tuvo que responder a más de 100 llamadas. Estamos operando
las 24 horas, tenemos unidades corriendo por todos lados enfatizó
Daryl L. Louder, el oficial a cargo; no queremos decirle que no
a nadie, pero pedimos que por favor muestren un poco de sentido común.
El peligro no es tanto dejar exhaustos a estos equipos, cosa que ya sucedió,
sino más bien que sus números prueben ser absolutamente
insuficientes para responder a las denuncias. Un paramédico frente
al hospital de Georgetown subrayó que no hay tantos tipos
en los Hazmat, nadie se imaginaba que habría una cantidad así
de llamadas... Si lo pensás bien, es un milagro que hayan podido
responder como lo hicieron hasta ahora.
El problema de los números se repetía en las fuerzas de
seguridad de Washington. La policía del Capitolio, por ejemplo,
clausuró ayer las oficinas de más de 30 senadores, la mayoría
muy influyentes tales como el demócrata Russell Feingold, uno de
los arquitectos de la ley antiterrorista aprobada la semana pasada, o
los republicanos Richard Shelby y Richard Lugar, figuras clave en el comité
de Inteligencia. La causa era la enorme potencia del ántrax enviado
el lunes a la oficina del líder de la mayoría demócrata
del Senado, Tom Daschle, cuya oficina, obviamente, sigue clausurada. Según
Daschle, la bacteria dentro de la carta era muy letal y muy profesional,
lo que apuntaba, según otros senadores, a que los talibanes habían
desarrollado una capacidad impensada de fabricar armas químicas,
o bien que otros países se lo suministraron (el Irak de Saddam
Hussein estaba muy al frente de la lista de sospechosos). El problema
de las cartas-ántrax se solucionó con la decisión
drástica de suspender todo servicio de correo al Capitolio, pero
aun así faltan agentes para patrullar el perímetro marcado
por los macetones de concreto que florecieron tras el ataque contra Daschle.
Nuestro entrenamiento, la parte puramente teórica, dura más
de dos meses, sin incluir las primeras patrullas de entrenamiento... Están
pidiendo muchos más voluntarios, y los hay porque cobramos más
que la policía normal, pero para cuando los veamos quizá
ya sea demasiado tarde, relató un agente consultado frente
al edificio Hart del Senado.
El problema es aún peor en los hospitales, dada la alta proporción
del personal cuyo entrenamiento no es más que rudimentario y que
trabajan de forma part-time. Un estudio realizado por el Colegio de Médicos
de Emergencias (ACEP) en 30 hospitales, varios de ellos en Washington,
encontró que solamente uno tenía medicamentos suficientes
para responder a un atentado bioterrorista, y que el personal en nada
menos que 26 eran completamente insuficientes para manejar más
de 10 víctimas a la vez. Según recalcó el director
del ACEP, Michael Carius, estamos inundados de gente que viene al
menor síntoma de gripe, si esto sigue así el sistema va
a quedar desbordado.
Esto ya parecía estar ocurriendo, según se podía
ver ayer en las salas de emergencia de la capital. Entrar en ellas iluminaba
también un aspecto completamente ignorado de la actual crisis.
Las personas que trabajan en edificios federales reciben exámenes
casi de inmediato por equipos que se movilizan a sus oficinas, mientras
que la clase media pudiente se maneja con médicos personales que
pueden examinarlos y recetarles el antibiótico CIPRO. Las salas
de emergencia reciben gente sin ninguna de estas ventajas: no sólo
personas de bajos ingresos, sino muchos indocumentados que carecen de
cualquier forma de seguro médico. En Washington y Nueva York gran
parte del subproletariado que se encarga de los trabajos peor pagos recolección
de basura, lavaplatos o, como se supo tras el 11 de setiembre, guardias
en aeropuertos no tienen ciudadanía o siquiera permiso de
trabajar, para no hablar de seguro médico. Y es el sector que ha
perdido más empleos a causa de la crisis de la industria turística
y de entretenimiento. Así, su vulnerabilidad no podría ser
mayor. Este enviado preguntó al encargado en la entrada del hospital
George Washington cuánto le costaría una hipotética
consulta de emergencia: 250 dólares. Una mujer emigrada hace menos
de un año desde México, quien no quiso precisar qué
documentos poseía, comentó que tuve que pedir prestado
a toda mi familia para la mera consulta, y si tengo eso (ántrax)
no sé cómo conseguir el antibiótico. En muchos
casos, estas personas corren el mayor riesgo de contraer ántrax.
Uno de quienes esperaban en la sala de emergencias era un inmigrante somalí
que trabajaba para un servicio de mensajería por moto. Tenía
síntomas de gripe y una infección en la piel. ¿Cuál
era su ruta? Su rostro no se inmutó: El Capitolio.
Claves
- Después del ataque altamente profesional contra la oficina
del líder senatorial demócrata Tom Daschle, la multiplicación
de falsas alarmas deja abierta la posibilidad de una auténtica
explosión del sistema de seguridad preventivo de Washington
y otras ciudades norteamericanas contra la guerra bioquímica.
- En Gran Bretaña empiezan a descubrirse insólitas
ventanas de vulnerabilidad, como un tren que atraviesa un barrio
de Londres atestado de desechos nucleares.
- En Afganistán Estados Unidos empezó a usar ayer
por primera vez y a plena luz del día sus temibles aviones
de ataque AC-130, capaces de generar enorme cantidade de muertes.
- Esto revela que las fuerzas aéreas y defensas antiaéreas
afganas ya han sido destruidas, y que Estados Unidos ya prepara
el terreno para la invasión de Kabul por la antitalibana
Alianza del Norte, que está al borde de tomar la estratégica
posición de Mawaz-i.Shafir.
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LAS
CARTAS A TOM DASCHLE Y A LA NBC
Un ántrax marcado
Por Audrey Gilla
*
Desde
Washington
La cepa del ántrax enviado
al líder de la mayoría del Senado norteamericano, Tom Daschle,
no es amateur, sino de un tipo especialmente puro y
profesional, según fuentes consultadas ayer. Las investigaciones
confirman que es poco probable que esta cepa en particular provenga de
un amateur que trabaje en forma solitaria. El FBI vinculó por la
letra la carta que llegó ayer a la oficina de Daschle, en el corazón
del sistema político norteamericano, con la que llegó el
día anterior a la sede neoyorquina de la cadena de televisión
NBC.
El vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, rehusó confirmar ante
la prensa que Estados Unidos era víctima de ataques bioterroristas,
pero reconoció que era sospechosa la coincidencia entre los lugares
desde donde las cartas habían sido despachadas, Florida y Nueva
Jersey, y el hecho de la probada existencia de células de Al-Qaeda
en esos dos estados. El director del FBI, Robert Mueller, negó
que se hubiera encontrado cualquier vínculo directo entre los casos
de ántrax y el terrorismo organizado, pero también
dijo que esa hipótesis no había sido descartada.
Y anunció que según los peritajes caligráficos existían
similitudes en la letra manuscrita de las cartas que contenían
ántrax. También reveló que habían sido atendidas
unas 2300 denuncias de presuntos casos de ántrax, la mayor parte
de las cuales resultaron ser falsas alarmas o bromas.. El secretario de
Justicia, John Ashcroft, describió a las bromas como actos
destructivos cometidos por cobardes que generan una alarma
ilegítima en el período de las más legítimas
preocupaciones. Las calificó de transgresiones grotescas
de la confianza pública.
El FBI arrestó a dos personas fuera de Nueva York que habían
enviado cartas con falso ántrax; en Connecticut, un empleado del
Departamento de Protección Ambiental fue acusado de hacer falsas
declaraciones durante el pánico del ántrax. Si el gobierno
está cada vez más irritado por las falsas alarmas, es porque
tanto los números de los contaminados con ántrax como los
de los que efectivamente adquirieron la enfermedad están creciendo
poco a poco.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
No
hace falta terrorismo, porque el terror ya está
Por
Marcelo Justo
Desde
Londres
El gobierno británico
se encuentra en estado de alerta ante la posibilidad de una campaña
bioterrorista. El Servicio Nacional de Salud y los 35.000 médicos
de cabecera, que son la columna vertebral de la atención sanitaria
en Gran Bretaña, recibieron instrucciones especiales y una masiva
reserva de antibióticos para tratar casos de ántrax. Por
su parte, la intendencia de Londres alertó sobre un peligro desatendido:
la posibilidad de ataque contra los 200 trenes con desecho nuclear que
cruzan anualmente la capital inglesa. El 11 de septiembre inauguró
una era de terrorismo masivo. Nada puede descartarse, advirtió
a Página/12 Edward Foster, especialista en terrorismo del Royal
United Services Institute for Defence Studies.
El gobierno envió cartas y e-mails a los médicos de cabecera
de toda Gran Bretaña con información de urgencia sobre los
síntomas del ántrax y su tratamiento. El Departamento de
Salud recibió en los últimos días unas 50 millones
de dosis adicionales de doxycycline, el antibiótico que se utiliza
para la cura del ántrax. El estado de alarma del Primer Mundo,
causado por los casos (reales) en Estados Unidos y (ficticios) en Canadá,
Francia, Alemania y Australia, se agrava en Gran Bretaña sede
de otras falsas alarmas porque el mismo Osama bin Laden y su lugarteniente
Sulaiman Abu Ghaith amenazaron específicamente al gobierno de Tony
Blair por su participación en la campaña en Afganistán
si no se retira de inmediato de la región. Este domingo la catedral
de Canterbury fue cerrada luego de que se viera cómo un individuo
de aspecto arábigo esparcía un polvo blanco en el interior
de la cripta. La policía indicó que la catedral se mantendría
cerrada hasta que se terminara de analizar la sustancia, algo que podría
llevar bastante tiempo.
En un intento de calmar la creciente preocupación de la población,
la máxima autoridad sanitaria del reino, el Chief Medical
Officer Liam Donaldson, señaló ayer que el gobierno
estaba preparado para afrontar un ataque. No tenemos ninguna prueba
de que vaya a haber un ataque pero nuestra responsabilidad es estar preparados
para todo tipo de eventualidades y eso es lo que hemos estado haciendo
durante las últimas dos semanas, señaló Donaldson.
Entre las medidas preventivas se encuentran circulares en los despachos
oficiales con recomendaciones para identificar cartas sospechosas como
la enviada al líder del Senado estadounidense, el demócrata
Tom Daschle. Entre las señales reveladoras que identifican las
circulares se encuentra que la carta sea inesperada o de origen
desconocido, proceda del extranjero, tenga errores de ortografía,
olor extraño, exceso de cinta scotch y manchas de aceite o cristalizaciones
en el sobre.
Mientras tanto, la intendencia de Londres, la Great London Authority (GLA),
exhortó al gobierno nacional a que hiciera una urgente revisión
de las medidas de seguridad en torno al transporte de unos 200 trenes
que contienen material radiactivo y cruzan la capital cada año
en camino a la planta reprocesadora de desechos nucleares en Sellafield,
Cumbria, al noroeste del país. El presidente de la comisión
encargada del tema, Darren Johnson, escribió al ministro de energía
del gobierno de Tony Blair solicitándole que realizara una reevaluación
del tema. Según la comisión que preside Johnson, el gobierno
no ha analizado este problema con la seriedad que se merece a la luz
de los hechos ocurridos el 11 de septiembre y, a diferencia del
gobierno estadounidense, que suspendió el transporte de material
nuclear tras los atentados, insiste en que se han tomado los recaudos
de seguridad necesarios. La posibilidad de un ataque terrorista a uno
de los trenes sería un escenario de pesadilla con decenas de miles
de potenciales víctimas a imagen y semejanza de esas películas
de desastres apocalípticos que solía hacer Hollywood y que
los atentados contra Nueva York y Washington volvieron trágicamente
obsoletas.
Esta semana el ministro del Interior británico David Blunkett anunció
en la Cámara de los Comunes un proyecto de ley que contiene una
serie de duras medidas antiterroristas. Entre las mismas se encuentra
la tipificación como delito del suministro de comunicación,
bienes o servicios a conocidos terroristas, poderes ampliados para
la policía en blancos potenciales como estaciones nucleares y la
derogación del artículo 5 de la Convención Europea
de Derechos Humanos que prohíbe la detención ilegal de personas.
Entre los especialistas en temas de seguridad, que suelen tener fluidos
contactos con los servicios secretos, había satisfacción
por el anuncio pero escepticismo por los resultados que pudiera suministrar
a corto plazo. La estrategia antiterrorista se basa en un 95% en
inteligencia humana. Y eso fue lo que falló trágicamente
el 11 de septiembre. No es algo que se vaya a solucionar en poco tiempo,
indicó a Página/12 Edward Foster, el especialista en terrorismo
del Royal United Services Institute for Defence Studies.
En la Argentina
La psicosis por el ántrax en la Argentina está lejos
de ceder. El aeropuerto de Ezeiza fue ayer escenario de un gran
revuelo luego de encontrarse un sobre que contenía un polvo
blanco en la zona del control de equipajes de United Airlines. El
sobre fue encapsulado y derivado al Instituto Malbrán, al
que ayer siguieron llegando decenas de sobres de gente temerosa
de que las cartas recibidas contengan en realidad el polvo tan temido.
A las cartas recibidas por el instituto la semana pasada se suman
ahora 25 misivas provenientes de Rosario, 27 de Mendoza y otras
de Bariloche, Bahía Blanca, Santiago del Estero, Misiones,
Comodoro Rivadavia, Paraná y Gualeguaychú. Los especialistas
ya abrieron más de 60 sobres y no encontraron ninguna señal
de alarma.
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De un susto a otro
Este era anoche el cuadro de terror por el ántrax alrededor
del mundo:
1 Estados Unidos: Aproximadamente 110 clínicas de
aborto y de facilidades para la paternidad planificada en todo el
país han recibido correspondencia con sobres que contenían
polvo blanco. Dos sobres ya fueron testeados y no contenían
ántrax.
2 Brasil: Tres empleados del consulado norteamericano en
Río de Janeiro recibieron tratamiento luego de estar en contacto
con una carta que contenía polvo.
3Israel: Fue evacuada una oficina de un diario en Jerusalén
tras recibir dos cartas sospechosas, una de las cuales traía
polvo blanco. Expertos en armas biológicas están analizando
más de la docena de cartas que se han recibido en los últimos
días.
4 Francia: El polvo que se encontró en cartas que
fueron enviadas a un colegio, una oficina de impuestos, institución
financiera y agencia espacial resultó no ser dañino.
5 Alemania: No hubo rastro de ántrax ni de ninguna
otra sustancia tóxica según se testeó el polvo
blanco encontrado en las oficinas de correo del canciller alemán
Gerhard Schroeder.
6 Japón: Una carta sospechosa que contenía
polvo blanco y estaba dirigida a Australia fue enviada para analizarla
luego de que se la encontrara en una oficina de correo en el norte
de Japón.
7 Suecia: Cuatro cartas sospechosas enviadas de Dubai a compañías,
incluida las oficinas de la firma de ropa norteamericana Levi Strauss
& Co, están siendo revisadas por expertos en guerra bacteriológica.
8 Chipre: Polvo blanco fue hallado cerca del edificio del
Parlamento de Chipre que provocó un rápido operativo
policial y las autoridades más tarde descubrieron que se
trataba de harina usada para trazar marcas en un club de atletismo.
9 China: Las autoridades establecieron revisar a los pasajeros
de la aerolínea internacional y la correspondencia, y están
alertando sobre la enfermedad a los ciudadanos que salen del país.
10 República Checa: El equipo del primer ministro
Milo Zeman recibió una carta sospechosa mientras él
se encontraba reunido con el ministro israelí de Relaciones
Exteriores, Shimon Peres. Dos checos temieron haberse infectado
con la bacteria del ántrax tras estar en contacto con la
presunta correspondencia y fueron internados en el hospital por
precaución.
11 Bulgaria: La policía de Sofía cerró
un área alrededor del Hotel Hilton de la ciudad, después
que se encontraron dos sobres de plástico con polvo blanco
en su interior, clasificados como de contenido de ántrax.
Una zona de Stara Zagora, a 232 kilómetros al sudeste de
la capital, fue cerrada luego que un residente encontrara un paquete
sospechoso.
12 Austria: El ministro del Interior informó que de
entre 14 o 15 cartas sospechosas que retuvo el gobierno, dio negativo
el testeo de 14. Aún no se conocen los resultados de las
pruebas de la última carta.
13 Finlandia: Cuatro muestras de correo están siendo
analizadas por expertos después que los recipientes fueron
entregados a la policía.
14 Noruega: Siete personas fueron enviadas al hospital para
un chequeo y prescripción de antibióticos luego que
tocaran una carta que contenía polvo blanco, la que llegó
a la municipalidad en Nottorden, aproximadamente a 96 kilómetros
al sudoeste de Oslo.
15 Rusia: La policía acudió a examinar un paquete
sospechoso cuyo contenido era una botella con un líquido,
que fue enviada a los editores del diario Komsomolskaya Pravda en
Moscú.
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