Por Julian Borger
y Richard Norton-Taylor
Desde Washington
Las fuerzas norteamericanas
enfocaron ayer su abrumador poder de fuego sobre los militares afganos,
lanzando una lluvia de proyectiles sobre concentraciones de tropas con
un devastador armamento especial de bajo vuelo: la aeronave Spectre. El
uso del avión de desplazamiento lento AC130 Spectre refleja la
confianza del Pentágono en que sus aeronaves tienen poco que temer
de las defensas aéreas afganas. El apunte de sus armas de gran
calibre y disparo rápido a las milicias talibanes también
sugiere la determinación de los generales estadounidenses de minimizar
toda amenaza a las fuerzas especiales norteamericanas una vez que se las
envíe a buscar a Osama bin Laden y su organización al-Qaeda.
Los primeros ocho días del bombardeo aéreo han destruido
los dispositivos antiaéreos talibanes, pero no han logrado despojar
de su poder a los talibanes ni obligar a Osama bin Laden y sus seguidores
a salir de sus escondrijos.
Los generales del Pentágono son renuentes a enviar tropas de élite
a jugar a la gallina ciega buscando blancos escondidos en un medio hostil.
Así que la campaña aérea, que inicialmente se esperaba
que durara sólo unos pocos días, se extendió e intensificó.
El objetivo es eliminar por completo a las fuerzas talibanas, a pesar
de las dificultades políticas que una campaña prolongada
creará en Pakistán y otros países islámicos.
El uso de las aeronaves Spectre es parte de esta estrategia.
El AC-130 era originariamente un avión de transporte, pero con
sus ametralladoras que disparan a los costados desde abajo del fuselaje
puede llenar en segundos una cancha de fútbol con proyectiles mientras
se acerca volando en círculos hacia su blanco. Se cree que su blanco
número 1 es la brigada 55, un cuerpo de élite de los talibanes,
que incluye combatientes árabes y otros voluntarios extranjeros.
Sin embargo, los analistas militares decían ayer que la mayoría
de los soldados talibanes que todavía pueden ser vistos desde el
aire son conscriptos. Fueron reunidos por una leva brutal impuesta por
las milicias talibanas, que realizan verdaderos raids diarios entre las
ciudades afganas buscando hombres con buen estado físico para combatir.
La masacre al por mayor de soldados que hasta hace pocos días eran
civiles arriesga socavar la precaria plataforma de apoyo que Washington
está procurando mantener para sus operaciones militares. La
principal utilidad de los AC-130 es apuntar contra las unidades más
importantes del ejército talibán, explicó Robert
Sherman, analista militar en la Federación de Científicos
Norteamericanos. Es un arma antipersonal. Ciertamente, debemos darle
a la gente que está en el campo de batalla todas las oportunidades
posibles de cambiar de bando o simplemente de volverse a su casa. Pero
desgraciadamente no siempre es posible.
John Pike, cabeza de un think tank de Defensa en Washington, GlobalSecurity.com,
dijo que el poder devastador de un AC-130 estaba diseñado para
desmoralizar al enemigo. La idea es frenar al adversario. Esto implica
que los que queden vivos no tengan ninguna voluntad de seguir combatiendo,
dijo. Significa que estamos un paso más cerca de emplear
directamente fuerzas sobre el terreno, dijo Nigel Vinson, del Royal
United Services Institute. Sin embargo, funcionarios británicos
de Defensa insistieron anoche en que Estados Unidos todavía no
había decidido si desplegar o no tropas de tierra.
Sucesivas olas de raids aéreos impactaron ayer bases talibanas
en Kabul y en sus alrededores, en Kandahar y en el bastión norteño
de Mazar-i-Sharif. La primera semana de bombardeos había dejado
el frente norte de los talibanes sin grandes daños, pero el Secretario
de Defensa Donald Rumsfeld dijo: Sospecho que los días que
están por delante ése no va a ser un lugar muy seguro donde
vivir.
En Londres, los analistas militares anticiparon que Estados Unidos autorizará
a la Alianza del Norte que tome Mazar-i-Sharif. Pero tambiénque
le impedirá llevarse el gran premio, Kabul, de miedo a alienarse
a Pakistán y abrir el camino para una nueva guerra civil.
Un funcionario del Ministerio de Información talibán, Abdul
Himat, dijo que 13 civiles habían muerto ayer en un ataque anterior
a la madrugada contra la ciudad de Kandahar, en el sur del país.
Los talibanes dicen que otras dos personas murieron en el ataque de ayer
contra Mazar-i-Sharif. Anoche estas afirmaciones no pudieron ser confirmadas.
A pesar de la determinación norteamericana de seguir adelante con
ataques desde el aire cada vez más duros, para forzar a los talibanes
a la rendición o la derrota, el gobierno británico, sin
embargo, dice que todavía es mucho lo que queda por delante.
Hay signos de tensión creciente entre el Pentágono y el
ministerio de Defensa en Londres, en particular sobre cómo debe
compartirse la información. El gobierno británico no sabía,
por ejemplo, que los bombarderos norteamericanos que despegaban de la
isla de Diego García en el Océano Indico iban a dejar caer
bombas de fragmentación.
Cada vez parece más claro que Washington, a pesar de sus predicciones
iniciales de que la campaña contra el terrorismo iba a ser prolongada,
ahora está muy impaciente por lograr un éxito militar tangible
y rápido, como la caída de los talibanes. El lunes Donald
Rumsfeld, el Secretario de Defensa norteamericano, se burló del
almirante Sir Michael Boyce, jefe del Estado Mayor británico, quien
sugirió que la campaña podía seguir hasta el próximo
verano, o aun más allá. Según Rumsfeld, nadie puede
saber cuánto va a durar. Sir Timothy Garden, un ex asistente del
staff de Defensa británico, dijo ayer que un serio problema era
qué hacer cuando caigan los talibanes. Ese es un gran debate,
y determinará las tácticas militares, dijo.
Irán abre sus
brazos a Satán
Irán aceptó secretamente como señal
de su creciente cooperación ayudar a cualquier miembro
de las tropas norteamericanas que se extravíe en su territorio
a causa del conflicto con la vecina Afganistán. El acuerdo
fue confirmado por funcionarios iraníes y norteamericanos
que negociaron a través del gobierno suizo, según
informó The New York Times. El gobierno de George W. Bush
le solicitó ayuda a Irán en caso de que cualquiera
de sus hombres sea derribado, expulsado o en el caso que deba huir
hacia allí. Irán aceptó después de que
Estados Unidos se comprometió a respetar su soberanía
territorial y aérea. La mediación suiza se debió
a que Irán y Estados Unidos no mantienen relaciones diplomáticas.
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OTRO
ERROR MILITAR DE ESTADOS UNIDOS
Victoria contra la Cruz Roja
Por Luke Harding
Desde Islamabad
Estados Unidos cometió
otro error en su campaña militar contra Afganistán: anoche
lanzó dos misiles en Kabul sobre un depósito de la Cruz
Roja. Los trabajadores de ese grupo humanitario en Pakistán dijeron
que el edificio tenía pintado en el techo una Cruz Roja y que,
claramente, se notaba que era una instalación civil. Los socorristas
pararon el incendio con matafuegos pero anunciaron que casi un 35 por
ciento de la comida y otras provisiones fueron destruidas. El Pentágono
reconoció el error.
Es un objetivo absolutamente civil. Además, estaba claramente
señalado como depósito del ICRC (Comité Internacional
de la Cruz Roja), dijo Robert Moni, el presidente de la delegación
de la Cruz Roja en Kabul, la cual fue evacuada hacia Pakistán.
Y recalcó: Tenía pintado el techo con una cruz roja.
La gente debe tomar todas las medidas necesarias para evitar estas cosas.
La semana pasada, un misil norteamericano dio contra un edificio de la
ONU y mató a cuatro guardias afganos. Aparentemente, aquel ataque
tenía como destino la torre de una radio de onda corta que se encontraba
cerca. Durante el fin de semana, los funcionarios del Pentágono
admitieron que casi mil kilogramos de explosivos estallaron inadvertidamente
en un poblado situado a tres kilómetros al sur del aeropuerto de
Kabul después que un soldado de defensa confundió las longitudes
y latitudes y programó mal las coordenadas satelitales. Allí,
murieron cuatro personas y otras ocho resultaron heridas. Los talibanes
declararon que murieron por lo menos trescientos civiles a causa de los
ataques angloamericanos de los últimos nueve días.
Ayer, un trabajador afgano de la Cruz Roja fue levemente herido por los
vidrios que volaron tras el estallido, según declararon varios
testigos. La Cruz Roja ya se quejó formalmente ante la embajada
norteamericana en Islamabad y, en sus oficinas de Génova, protestó
también formalmente ante la delegación de la
ONU de allí. Tenemos que evaluar el daño y cómo
afectará nuestro trabajo dijo Macarena Aguilar, una vocera
de la Cruz Roja en Génova. Y concluyó: Por supuesto
que lamentamos lo que pasó en referencia a las dos bombas
que cayeron en el complejo de almacenamiento, compuesto por cinco edificios.
Uno de los edificios fue destruido por dos bombas. Empezó
el fuego y, aparentemente, pudo ser controlado por una brigada declaró
Pascal Duport, integrante de la delegación de la Cruz Roja en Kabul.
Y agregó: También otro edificio fue alcanzado por
el fuego pero logró ser salvado. En su interior, había provisiones
para la asistencia humanitaria: cereal, aceite, frazadas y otras cosas.
Creemos que sólo fue parcialmente afectado. Más temprano,
la cadena de televisión Al Jazeera anunció que fue atacado
un hospital en Afganistán y que por lo menos cinco personas habían
muerto, pero no hubo otra confirmación de esta información.
Traducción: Verónica Gago.
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