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AMERICA TV S.A. SOLICITO LA CONVOCATORIA DE ACREEDORES
El fin del sueño dorado de Carlos Avila

La noticia confirma el sombrío panorama de los canales en general, y América en particular: a apenas 16 meses de haber asumido, el directorio pidió la convocatoria de acreedores. El canal posee fuertes deudas con empleados y coproductores, y el COMFER podría retirarle la licencia.

Avila llegó al canal con grandes expectativas, que ayer se evaporaron del todo

Por Emanuel Respighi

Los problemas económicos que envuelven al país parecen no tener fin y no dejar a ninguna persona ni empresa exenta de esta situación. Y a pesar de que en el inconsciente colectivo se cultiva la idea de que el mundo de la televisión es una isla que se encuentra aislada del resto del país, el agua llegó a América TV, y con fuerza: el canal de aire comandado por Carlos Avila se presentó ayer a convocatoria preventiva de acreedores. Se trata de un hecho histórico, ya que es la primera vez que una emisora de aire toma semejante decisión. En un comunicado difundido por la noche, una vez que los rumores que habían circulado durante la tarde tomaban cuerpo, el directorio de América TV S.A. confirmó la noticia y adujo que la decisión se debía al “transitorio estado de dificultades financieras” por las que atraviesa la señal. El titular del Comité Federal de Radiodifusión, Gustavo López, expresó a Página/12 que si bien la ley actual habilita al organismo estatal a quitarle la licencia a Avila, eso suele ser frenado por los jueces a través de una medida de no innovar. Teniendo en cuenta que la programación de América está mayoritariamente integrada por ciclos coproducidos por empresas independientes, la noticia podría ocasionar modificaciones en la grilla estable durante los próximos días. Anoche, los productores involucrados se mantenían en estado de consulta permanente con abogados y contadores, mientras Avila y sus voceros mantenían un silencio hermético.
A tan sólo 16 meses de haber desembarcado en América, con la compra del 80 por ciento de la totalidad de las acciones –el 20 por ciento restante continúa en manos de Eduardo Eurnekián–, el pope del fútbol argentino decidió presentar esta instancia judicial ante el juzgado Nacional de Primera Instancia en la Comercial de la Capital Federal Nº 17, secretaría Nº 34. Según el comunicado, el directorio de la empresa llegó a esta determinación ante “una drástica y persistente caída en la publicidad y frente a la imposibilidad de recurrir a un sistema crediticio razonable que permita superarla”.
La abultada deuda histórica que arrastra la señal –cuyo monto rondaría entre los 20 y 40 millones de pesos– y la mala recaudación en materia publicitaria que cosechó América durante el último mes y en lo que va de octubre (agravada por el hecho de que la torta publicitaria en televisión de este año se achicó en un 30 por ciento respecto de la del año 2000) serían las principales causas que llevaron al directorio de la compañía a tomar la medida. Los problemas financieros de la señal, que se ubica en el cuarto lugar en términos de rating entre los cinco canales de aire, comenzaron a vislumbrarse a principios de año, cuando los atrasos en los pagos convenidos a las productoras que poseen ciclos en la pantalla de América se hicieron cada vez más frecuentes. Según fuentes confiables, las productoras no cobran ni un sólo peso desde el mes de abril. Incluso, la preocupación se agrava debido a que hace tiempo el canal intentó saldar sus deudas con la emisión de un paquete de cheques, sin los fondos necesarios para cubrirlos. A esto se agrega otro frente de conflicto con los propios trabajadores del canal, que en los últimos tiempos sufrieron infinidad de inconvenientes salariales.
El directorio argumenta que llegó a esta determinación “buscando la preservación de la empresa, el resguardo de las fuentes de trabajo y la preservación de los legítimos intereses de todos los acreedores”, confiando en que en “las contingencias del proceso concursal se encontrarán las soluciones prácticas e inteligentes que permitan superar la actual situación”.
La ley vigente de radiodifusión estipula que la transferencia de titularidad y la convocatoria de acreedores (a la que en rigor se menciona como “quiebra”) son causales de la pérdida inmediata de licencia, por lo que Avila no podría continuar con su gestión al frente de la señal. Sin embargo, consultado por este diario, el titular del COMFER, Gustavo López, relativizó la letra de la ley, debido a que “cada vez que ocurre un hecho de estas características, los jueces en forma casi unánime intiman al COMFER, mediante un recurso de no innovar, a que no aplique el artículo hasta tanto no se sustancie la convocatoria”. Aunque aclaró que el “único caso en que sí sucedió fue con la licenciataria Radiofamilia, que en los 80 explotaba Radio Argentina, y que al presentar la quiebra perdió la licencia”.
Mientras tanto, los productores que poseen ciclos en la señal y que fueron consultados por este diario prefirieron no manifestar una postura definida ante que no analicen la situación con sus abogados, sin dejar de expresar una “honda preocupación e incertidumbre” ante el conocimiento de la noticia. Otro de los que anoche se enfrentaba a largas vacilaciones y teorías era Eduardo Eurnekián: el propietario minoritario de la emisora teme que esta decisión tenga algún tipo de rebote negativo en la situación de sus restantes negocios, principalmente los que tienen que ver con la sociedad Aeropuertos 2000. Tampoco es claro aún de qué manera puede repercutir la convocatoria en la empresa TyC, de la cual Avila es hoy socio minoritario.

 


 

EL FALLIDO DESEMBARCO DE AVILA EN LA TELEVISION ABIERTA
Con Menem como “gerente de programación”

Por Susana Viau

América TV, la última perla de la corona, tuvo bajo su gestión un perfil inequívoco: se convirtió, por contenidos y personajes, en una réplica de la ATC del menemismo. Al punto que ese sesgo hizo sospechar a muchos que el ex presidente era algo más que un amigo de la casa o, como se le adjudicó jocosamente durante una década, el “gerente de programación” de la emisora estatal. Lo cierto es que desde que Carlos Avila se convirtió en el socio mayoritario de Eduardo Eurnekian, hasta ayer, cuando trascendió que el canal pedía pista e ingresaba en el rubro de empresas convocadas, había pasado menos de un año y medio y el “default” asomaba como el primer gran fracaso del hacedor de Torneos y Competencias, negocio monopólico de las transmisiones deportivas.
Es prematuro predecir que con el traspié de América, una inversión de 150 millones de dólares, se inicia la parábola que parece signar a los personajes surgidos de la noche a la mañana y alentados por el menemismo en la última década del siglo. Porque si bien es cierto que Avila había dado los pasos iniciales, medidos, modestos, en 1985, fue a principio de los 90 que comenzó el despegue con la venta de las transmisiones de fútbol a los canales de cable de las provincias. Antes había hecho un poco de todo, obligado por su origen humilde y guiado por el extraordinario olfato que le hace detectar la presencia del dinero allí donde esté. Carlos Avila, paraguayo, llegado a Argentina de la mano de su madre, a los cuatro años, hijo de un agente de inteligencia del partido liberal al que no conoció, trabajó como cadete, se conchabó en una fábrica textil que arrasaron los nuevos tiempos, Annan de Pergamino, fue corredor de las camisas Perfecta Lew y empezó a rondar el mundo de los medios a través de un emprendimiento tangencial, la venta de publicidad en la vía pública. No siempre las cosas le rodaban bien. En 1975, contó el periodista Ezequiel Fernández Moores, le cerraron las cuentas bancarias por emitir, no fútbol sino cheques sin fondo; en 1978 su agencia Avila-Montes de Oca iba a la quiebra.
La síntesis de fútbol y tevé fue una mina de oro; el contrato que suscribió con la AFA hasta el 2014 le garantiza que seguirá siendo “el dueño de la pelota” no importa qué ocurra con la deuda externa, los gobiernos y los propios clubes. Uno de sus primeros partners en esa actividad, apoyada –sostienen fuentes interesadas– por el propio Roberto Dromi, fue otro empresario de medios que crece a todo tren pese a sus cuentas en rojo, el mendocino Daniel Vila, hoy vinculado a José Luis Manzano. Luego, con TyC en plena expansión, su socio fue otro hombre de origen mendocino, Luis Nofal. Precisamente al dúo Vila-Manzano le compró La Red, de la que es dueño en un 98 por ciento. Más tarde puso el ojo sobre la prensa escrita adquiriendo el 100 por ciento de El Gráfico y el 20 por ciento del diario Ambito Financiero. Su avance imparable en materia de comunicaciones lo llevó a América, por un lado, y a la revista La Primera, una creación de Daniel Hadad. Un circuito curioso, el de los medios incondicionales a su amigo Carlos Menem. En ese sentido, el perfil de Avila, divorciado, psicoanalizado, golfer e hincha de River, ensambla a la perfección con el del ex banquero Raúl Moneta, su socio en el CEI.
Avila tiene otro socio, mayoritario en TyC: el millonario texano Tom Hicks, puntal del fondo inversor HMT&F (Hicks, Muse, Tate y Furst) y aportante a las campañas políticas de la dinastía Bush. Y así como muchos creen ver la sombra del ex presidente en el color político de América, otros muchos buscan tras el nombre de Hicks los rastros de la inmensa fortuna que la imaginación de los argentinos le asigna al preso de Don Torcuato.

 

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