El Banco Mundial y el BID harían
un aporte de entre 5000 y 7000 millones de dólares, que se sumarían
a los 3000 millones ya prometidos por el FMI, para que la Argentina realice
la ansiada reestructuración de la deuda en los mercados internacionales.
David de Ferranti, vicepresidente del Banco Mundial para América
Latina y el Caribe, reveló que analizará el tema hoy con
funcionarios de Economía no bien llegue al país procedente
de Montevideo. Existe interés y voluntad, dijo De Ferranti
respecto de la ayuda a la Argentina. Según pudo saber Página/12,
el socorro financiero llegaría a condición de que Economía
cumpla con el déficit cero en este último trimestre del
año. En ese caso, el desembolso sería inmediato. La versión
provocó subas importantes en los mercados. Las acciones avanzaron
3,5 por ciento y el riesgo país cayó 69 puntos, hasta los
1701. En el ranking, el riesgo país argentino volvió a quedar
por detrás del de Nigeria (ver página 2). No obstante, en
Economía prefirieron bajarle el tono a la versión. Una fuente
del Palacio de Hacienda dijo a este diario que si bien existen negociaciones,
el acuerdo tardará en concretarse.
Durante una conferencia de prensa, De Ferranti apuntó que se están
analizando distintas propuestas para llevar adelante el canje. De todos
modos, más allá del mecanismo que vaya a utilizarse, el
objetivo es el mismo: utilizar los fondos frescos para garantizar nuevas
emisiones de títulos de deuda. Esas garantías, presumiblemente
bonos del Tesoro estadounidense, le permitirían al Gobierno financiarse
a tasas más bajas y rescatar los bonos actualmente en circulación.
La operación permitiría desahogar las exigidas cuentas estatales.
En la city calculan que si se consiguen los fondos prometidos, el canje
podría trepar a 30.000 millones, equivalente a la tercera parte
del total de bonos emitidos por la Argentina.
Hasta ahora, el Gobierno cuenta únicamente con los 3000 millones
prometidos por el FMI en el último acuerdo. Y el Fondo aclaró
que la posibilidad de otorgar dinero adicional no está sobre
la mesa. En las últimas horas, Daniel Marx retomó
las negociaciones con el Banco Mundial y el BID. Fue después de
que, la semana pasada, el propio Domingo Cavallo alertó al ministro
de Finanzas alemán, Hans Eichel, de que el plan de Déficit
Cero será sostenible siempre y cuando los organismos
internacionales envíen dinero adicional para reestructurar la deuda.
Según pudo saber este diario, las condicionalidades serían
dos:
u Un ajuste en las provincias mediante la disminución de la coparticipación
de impuestos.
u La realización de un canje de deuda con las AFJP y los bancos.
El objetivo, en ambos casos, es el mismo: bajar gastos para acercarse
a la meta del Déficit Cero.
Sin embargo, una de las exigencias de los organismos el trueque
de deuda en el tramo local afronta problemas. La advertencia de
la agencia Standard & Poors de que degradaría la nota
de la Argentina a nivel de default en caso de detectar un canje forzoso
dejó en suspenso la operación con las AFJP. De hecho, para
evitar castigos, Domingo Cavallo dejaría de lado la idea de forzar
una quita en la emisión de nuevos títulos para las administradoras
y, en cambio, adoptaría la sugerencia de su segundo, Daniel Marx,
de lanzar bonos a costos de mercado pero cuyos intereses se
pagarían más adelante. Este fue el mecanismo utilizado en
el megacanje. Es decir: si bien se logran patear para adelante los vencimientos,
no se logra un alivio en el peso de la deuda. En total, el canje con las
AFJP involucraría 3000 millones.
Distinto es el caso de las deudas provinciales. Como éstas fueron
tomadas en su mayoría como préstamos bancarios, no habría
problemas para efectuar quitas. El plan de Cavallo es abaratar, en unos
7 a 10 puntos, los costos sobre 10.000 millones de dólares que
los gobernadores adeudan al 24 por ciento anual en promedio. De todas
formas, una parte de los intereses resultantes se capitalizarían,
de manera de aliviar los pagos en el corto plazo. El acuerdo entre los
bancos y las provincias, con el auspicio del Gobierno nacional es la zanahoria
que les muestra Cavallo alos gobernadores para que los mandatarios den
luz verde a una disminución en la cuota de la coparticipación.
Megacanje y comisiones
Los diputados Elisa Carrió, Mario Cafiero, Alfredo Bravo
y Graciela Ocaña presentaron una medida cautelar en la causa
que se investiga una presunta asociación ilícita entre
la cúpula del Ministerio de Economía y los principales
bancos que participaron del megacanje. La medida apunta a
impedir los efectos económicos de los delitos denunciados,
esto es evitar el pago del saldo de las comisiones del canje de
títulos a los bancos cuyos directivos han sido imputados
como autores de los delitos denunciados, según demanda
el escrito presentado por el abogado patrocinante, José Luis
Fabris. La presentación busca bloquear el pago de la tercera
cuota de las comisiones, por más de 150 millones de dólares,
que vence el 19 de noviembre próximo. Las dos primeras, por
100 millones de dólares, ya se habrían abonado mediante
depósitos en una cuenta del JP Morgan en Nueva York. Los
diputados consideraron que existe la presunción de
verosimilitud y del delito de asociación ilícita,
debido a las imputaciones realizadas por el fiscal Miguel Angel
Osorio, quien pidió la indagatoria, entre otros, de Domingo
Cavallo, Daniel Marx y de los presidentes de los 7 bancos que participaron
de la operación. El paso siguiente previsto es destrabar
la evolución de la causa, paralizada por disputas
procesales.
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LOS
NUEVOS DUEÑOS DE AA PRESENTARON SU PROGRAMA
Llegó el turno de los gremios
Antonio Matta, titular de Aerolíneas
Argentinas, presentó ayer ante los gremios aeronáuticos
los puntos centrales de su programa para resucitar la línea de
bandera: retomar los vuelos internacionales en pocos días, algunas
frecuencias de cabotaje más adelante, y achicar costos sin despidos
de personal. La herramienta a la que acudirá previsiblemente la
empresa para abaratar la mano de obra es la renegociación de convenios
colectivos, alternativa a la que el ejecutivo español, representante
de la operadora turística Marsans, no mencionó expresamente
durante el encuentro.
A la cita fueron dirigentes de todos los gremios del sector, desde el
más díscolo Ricardo Cirielli, hasta Jorge Doyle, titular
del gremio de los pilotos, de perfil menos confrontador. Todos, sin embargo,
parecen esperanzados en la propuesta de los nuevos dueños de Aerolíneas,
quienes subrayaron su condición de empresa privada. En particular,
cuando la azafata Alicia Castro se lamentó de que el Estado hubiera
resignado su poder de veto. Esas son cuestiones políticas
del pasado, palabras más, palabras menos le replicó
aquel directivo.
Una de las primeras distinciones que prometen respecto a su antecesora,
la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, es el carácter
supuestamente austero que tendrá la nueva gestión. Según
aseguró Matta, entre otros ajustes, se rescindirán contratos
con algunos proveedores, quienes deberán aclarar el origen de los
suculentos dividendos que habrían acumulado a costa de Aerolíneas
en estos años. Este criterio de menores costos y máximo
beneficio también llevará a la empresa a centrar sus esfuerzos
en las líneas rentables, con lo que podría peligrar la supervivencia
de aquellos destinos que no lo son.
Pero este punto, así como la previsible renegociación de
convenciones colectivas de trabajo, aún no fueron puestos sobre
la mesa. Sin embargo, hasta los técnicos aeronáuticos, conducidos
por Cirielli, no ignoran que la estabilidad por dos años y el mantenimiento
de salarios puede tener como contrapartida esa revisión, que afectará,
básicamente a este sindicato.
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