Por Felipe Yapur
La pelea en el justicialismo
por el control del Congreso ya está en marcha. Pero esto no tiene
por qué evitar que se produzcan las primeras señales de
tensión con el gobierno nacional. Ayer, por caso, el bloque de
diputados del PJ anunció que, en la sesión especial que
soliticaron para la semana que viene, debatirán la derogación
de los superpoderes otorgados al ministro Domingo Cavallo hasta marzo
de 2002.
Los legisladores justicialistas volvieron a encontrarse por primera vez
después de los comicios. Había clima de euforia, de triunfo.
Pero también había consenso en la idea de hacerle sentir
al Gobierno el mensaje de los votos tras la derrota sufrida
el domingo. Y el primer mensaje será la derogación de los
superpoderes, proyecto que impulsan el rionegrino Carlos Soria, el mendocino
Francisco García y el cordobés Humberto Roggero, quien ayer
logró el apoyo unánime para continuar al frente del bloque.
Durante la reunión, también hubo un momento para el análisis
de situación presidencial. Los más duros fueron los de extracción
sindical como Alfredo Atanasof, Graciela Camaño y Oraldo Britos.
Poco a poco la discusión los fue llevando a adentrarse en un territorio
ríspido como es la distribución del manejo del Congreso
a partir del 10 de diciembre.
Si bien ya se había acordado el respaldo a Roggero, todavía
resta discutir algunas presidencias de comisiones y, sobre todo, la titularidad
de la Cámara baja. En este punto la discusión comienza a
abandonar los límites del Congreso e incorpora a los gobernadores,
un plano donde la lucha es mayor. Esto se notó cuando algunos diputados
provenientes de las provincias chicas les anunciaron a sus pares que si
los mandatarios de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe insisten en
repartirse entre ellos el control del Congreso, es poco probable que acompañen
la designación del duhaldista Eduardo Camaño al frente de
la Cámara de Diputados.
El debate no se profundizó. Pero quedó condicionado a lo
que se resolvía en la reunión que se desarrollaría
por la tarde en el Consejo Federal de Inversiones. Allí no pasó
mucho y todo indica que la discusión continuará durante
el resto de la semana en el interior de la bancada.
Pero mientras este proyecto de derogación unifica a la totalidad
del bloque de diputados justicialistas incluidos los menemistas,
en el bloque radical funciona a manera de cuña (ver aparte). Como
se informa en esta misma página, Horacio Pernasetti, titular del
bloque radical, lo consideró una bravuconada que se
utiliza para mejorar la posición del PJ frente a las negociaciones
que llevan adelante con el Ejecutivo, pero muchos alfonsinistas sostienen
que debería ser la Alianza la que impulse la derogación.
En el Senado, el bloque del PJ anunció que intentará aprobar
la intangibilidad de los fondos coparticipables. Un proyecto cajoneado
pero que fue desempolvado y utilizado como herramienta de presión.
No sólo de este tema hablaron los senadores próximos a abandonar
el Congreso. También opinaron sobre la posibilidad de reclamar
la presidencia provisional del Senado que impulsan los gobernadores enrolados
en el Bloque Federal. Varios coincidieron en que hay legitimidad
para pedir ese lugar. Pero prefirieron no abundar y dejar el tema
para que sea tratado por el próximo bloque, en el casi no se repetirán
las caras actuales.
Iniciativa paralela
del bloque de carrio contra cavallo
El ARI también quiere límites
Por Martín
Piqué
El Congreso comenzó a
moverse al compás del peronismo, que tras el triunfo del domingo
ha decidido imponer los tiempos y la agenda. El primer gesto en ese sentido
partió del bloque del PJ en Diputados, que solicitó una
sesión especial del cuerpo para derogar la ley de facultades legislativas
los famosos superpoderes que benefició
al ministro Domingo Cavallo hace ocho meses.
Ante esa posibilidad, el radicalismo, el Frepaso y el ARI debatieron qué
hacer. Los legisladores de la UCR, y unos pocos frepasistas, sostienen
que no hay que hacerle el juego al PJ, y no asistirán
al recinto para complicarle el quórum al bloque que preside Humberto
Roggero. Los 16 diputados del ARI, en cambio, votarán a favor,
como anticipó a Página/12 la propia Elisa Carrió.
Nosotros no estamos para votar en contra (de la derogación
de la ley), porque si los acusamos de traición a la Patria cuando
la sancionaron, argumentó Carrió. Y luego remarcó
que el ARI ya presentó un proyecto propio, firmado por Alfredo
Bravo, similar al que impulsa el PJ, para terminar con los poderes especiales.
Vamos a votar por principios, no entramos en las especulaciones
y negociaciones del peronismo, subrayó.
Lo mismo aseguró el socialista Jorge Rivas, diputado electo por
el ARI en la provincia de Buenos Aires: Si el PJ pide sesión
para tratar el tema, vamos a respaldar el proyecto de Alfredo (Bravo).
En todo caso, el peronismo votará en forma conjunta con nosotros,
confirmó, con ironía, a este diario. De cualquier manera,
la cuestión será tratada de nuevo en la reunión de
bloque que se hará hoy.
En el radicalismo, la iniciativa del justicialismo impactó de otra
forma: reveló las diferencias entre algunos alfonsinistas y los
que no quieren ser funcionales a la jugada del PJ, como el
titular de la bancada Horacio Pernasetti. Es una maniobra del bloque
peronista para posicionarse en la negociación de los gobernadores,
acusó el catamarqueño en diálogo con Página/12.
El tema fue conversado ayer durante una reunión de bloque. Igualmente,
Pernasetti anticipó que los radicales lo van a discutir
y luego insistió en que la idea del PJ es una bravuconada.
En cambio, los diputados más cercanos al ex presidente Raúl
Alfonsín creen que Alianza debería impulsar la derogación
de los superpoderes.
Al igual que en la UCR, la movida del peronismo dividió las aguas
del Frepaso: la conducción, representada por Darío Alessandro,
quiere que todo el bloque asuma una posición común, pero
sabe que se enfrenta a una situación compleja. Unos 15 diputados
aprobarían el reclamo del PJ. Algunos, como José Vitar,
Rafael Flores, Alejandro Peyrou y María América González,
fueron aún más lejos y presentaron un proyecto que va en
la misma línea del reclamo justicialista. También
estamos pidiendo una sesión fundamentó Vitar a Página/12.
Esa ley nos fue arrancada en un marco cuasi extorsivo, con la presión
de Cavallo. Pero es una herramienta de una absoluta discrecionalidad que
se le ha dado a alguien que no tiene demasiado equilibrio. Es fundamental
que el Parlamento recupere esas potestades. Y si el justicialismo coincide,
en buena hora.
El panorama no se le presenta fácil a Alessandro. Ayer se limitó
a decir que hasta ahora (las facultades extraordinarias) no han
sido bien usadas por el Ejecutivo. Hoy intentará que su bancada,
cada vez más desperdigada, acuerde una posición común
ante la embestida del PJ.
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