Por Mariana Carbajal
Una virtual subasta de bebés
en el talk show de Moria Casán desató una ola de críticas
hacia la animadora por rozar la figura de intermediación en tráfico
de niños. Abogados del Consejo Nacional de Niñez analizan
si durante el programa Entre Moria y vos, la conductora cometió
algún delito penal, mientras que el Comfer evalúa si se
violó la Ley de Radiodifusión. En la emisión del
lunes, tres mujeres embarazadas expresaron su decisión de entregar
en adopción a las criaturas por nacer; una de ellas a cambio del
pago de la atención médica en el parto siempre y cuando
los adoptantes sean una familia de buena posición económica.
Este bebé lo quiere dar... acá en este programa. Quiere
una familia... no quiere target bajo, quiere dinero, anunció
Moria, señalando a la primera de las invitadas. Minutos más
tarde, vía telefónica llegaban las ofertas: María,
de 42 años, lo adoptaría y le pagaría la clínica,
leyó la conductora. Y dirigiéndose a la mujer, embarazada
de cuatro meses, agregó: Ya tenemos una. Después te
dejamos todos los datos.
María Elena Naddeo, titular del Consejo de los Derechos de Niñas,
Niños y Adolescentes del gobierno porteño calificó
la actitud de Moria como de una irresponsabilidad muy grande: si
bien las que hablan son las mamás, al leer las ofertas de los televidentes
estaba incitando al tráfico de niños y le podría
caber la figura de instigación al delito, opinó ante
Página/12. Precisamente Naddeo, después de la emisión
del programa envió una carta a la producción del ciclo por
su absoluto desconocimiento de la legislación vigente
en materia de adopción. La adopción sólo puede realizarse
a través de la Justicia y requiere de un período previo
de guarda, que sólo puede ser otorgada por un magistrado.
También reaccionó el Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia
y Familia. En un comunicado de prensa consideró que promover
la entrega pública de niños aún no nacidos en adopción
(...) por un canal de televisión, alienta prácticas inmorales
e ilegítimas, tal como la compra-venta de niños, reduciendo
a sus protagonistas a la condición de servidumbre. Consultada
por este diario, María Orsenigo, presidenta del organismo señaló:
La actitud de Moria me parece muy dañina e irresponsable
porque genera muchísima confusión. Una madre no puede elegir
a quién entregar su hijo. Siempre debe resolverlo un juez.
Moria salió al cruce de las críticas. Lo que mostramos
en el programa son historias de vida. No podemos discriminar a la gente
que viene al piso. Están buscando el pelo en el huevo porque soy
yo. La única que se tiene que sentir víctima soy yo,
dijo la ex vedette a Página/12. Incluso, acusó a Orsenigo
de discriminarla al negarse a concurrir a su programa para hablar del
tema al día siguiente de la polémica emisión del
lunes. Tras el llamado de atención del organismo de minoridad del
gobierno porteño, el ciclo Entre Moria y vos, puso
el martes al aire una entrevista a Naddeo en la que la funcionaria explicó
los alcances de la ley de adopción, también un reportaje
a Irma Lima, autoridad bonaerense en minoridad, y se informó al
público sobre las oficinas públicas adonde las mujeres embarazadas
con dificultades económicas pueden recurrir, tanto sea para requerir
ayuda como para expresar su decisión de dar su hijo en adopción.
Todo lo que hacen con Moria es discriminarla. Si esto mismo (por
el contenido del programa) ocurriera en un programa serio como el de Grondona
o Telenoche no dirían nada, declaró Liliana Parodi,
productora general del ciclo.
El tema del programa del lunes fue presentado como mujeres que están
embarazadas que quieren dar a sus hijos en adopción. Los
primeros 40 minutos giraron en torno de la historia de Sandra, una ama
de casa de 27 años, embarazada de cuatro meses y madre de otros
tres hijos. Su testimonio en vivo fue precedido por un video editado donde
decía: Quiero darlo a una familia de buena posición
económica (...) El bebé no lo quiero. No soy la madre del
bebé. Yo soy el instrumento por el cual nace.El tiene que buscar
a su mamá .... bueno, se la estoy buscando yo. Más
adelante Moria llegó a preguntarle: ¿Cuáles
son las condiciones que vos exigís? para darlo en adopción,
a lo que ella agregó: el pago de la clínica durante el parto
y que no tengan otros hijos. Las ofertas de hombres y mujeres deseosos
de hacerse cargo de la criatura llegaron en forma de avalancha por teléfono.
María, de 42, Carlos, de 29, Ramón, de 27 y la lista de
interesados se fue engrosando a medida que avanzó la emisión.
Consultado por este diario, el defensor de menores ante la Cámara
Civil, Alejandro Molina, opinó que hubo una gran irresponsabilidad
de parte de la conductora. Para la ex camarista María Esther Biocca,
Moria no habría incurrido en ningún delito penal. No
hay delito pero su proceder sí es ilícito, es decir, contraria
la ley aunque no es un delito, porque no puede haber intermediarios en
la adopción, consideró. A su entender, el abordaje
del tema durante el programa es de enorme peligrosidad, porque roza
la venta. La comercialización explicó
puede concretarse cuando el precio se aparenta con el pago de un honorario
o de asistencia médica. Sandra no fue la única invitada.
También estuvieron Laura, de 29 años, embarazada de cuatro
meses, y Roxana, de 23 y seis meses de gestación, ambas sin pareja,
con otros tres hijos y una precaria situación económica.
No pretendo una familia rica ... que le den el amor que yo no puedo,
dijo la primera. Que le den educación y lo críen bien,
declaró la segunda.
Moria
y el rating del escándalo
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Por Julián
Gorodischer
El juego de las lágrimas comenzó en el 98,
casi de sorpresa, cuando un rating infrecuente la convenció
de su talento para el drama verdadero. Corría
el año de su debut en los talk shows, y Moria Casán
trocaba el tono de comedia de unas primeras emisiones fallidas por
la tragedia de las mujeres golpeadas. Por ese estudio de América
circularon historias de víctimas, y victimarios a quienes
ella increpó por vía telefónica. Sos
un inmoral, repitió en varias ocasiones, y los hombres
le cortaron o le devolvieron otro insulto. A las señoras,
en cambio, reservó la frase que hoy figura registrada bajo
su derecho de autor: Si querés llorar, llorá,
soltó un día, y fue el principio de la muletilla.
Las tardes corrieron, junto con la sucesión de quejas por
palizas y engaños varios, y Moria levantó la bandera
del servicio social. Puso una cámara en vivo en la casa de
una voluntaria, y los teléfonos ardieron en busca
de consejos para sacarse al tirano de encima. Poco después,
ella misma avivaría la llama desde la tapa de una revista
de farándula: Yo también fui una mujer golpeada.
Su marido recorrió los pasillos de Tribunales para apurar
la indemnización.
Pero lo cierto es que la autoconfesión levantó las
ventas de un semanario en baja, y Moria como otras veces
quiso aprovechar la veta. La noche de Moria recorrió
mundos extraños (el de los enanos, los sadomasoquistas, los
strippers y los swingers), aunque sin duda el más exótico
fue el suyo propio, cuando se sentó entre sus dos maridos
-.Luis Vadalá y Mario Castiglione dispuesta a ejercitar
la práctica que mejor le sale: el pase de facturas. El escándalo
siempre operó como un incentivo: cuando la acusaron de hacer
telebasura por exponer a su hija -también en La noche...
como lolita, la hizo posar desnuda en una portada. A un costado
de Sofía Gala, por supuesto, estaba Moria.
Este año, tras el fracaso de Moria, un clon fallido
del ciclo Susana Giménez, se decidió por
el regreso a las tardes, que le habían sido fieles. Lo hizo
en formato de talk show, pero con fórmula de alto impacto.
Entre Moria y vos no es ya el encuentro íntimo
entre una víctima y su pseudoterapeuta, sino una confrontación
violenta entre dos partes en conflicto.
Una vez en el estudio, los contrincantes amenazan con golpearse,
se insultan y terminan desahogados ante la madraza.
Llorame mi amor, pide la conductora, en primera persona,
y ofrece el regazo. Al empezar cada nuevo bloque, mira fijo a una
de las cámara y dice: Gracias por elegirme. Tal
como suele definir Lía Salgado, una precursora entre las
mediadoras de la tele, el suyo es un verdadero esfuerzo de
producción: no cualquiera está dispuesto a dirimir
sus conflictos frente a millones. Ese no sería un problema
para Moria, sino su inverso: que no haya alguien comentando sobre
su más reciente escándalo.
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