Por José
Natanson
Fernando de la Rúa aguardará
a que finalicen las negociaciones con los gobernadores. Recién
después, el Presidente presentará, en un único paquete,
todas las cuestiones pendientes: las medidas económicas; lo que
en el Gobierno ya denominan la Nueva Política Social, basada en
un salario de 150 pesos para los jefes de hogar desocupados; la reestructuración
de los ministerios, que incluirá un ajuste disimulado del Estado
nacional, y los nombres de los nuevos integrantes del Gabinete. Será
como una especie de relanzamiento, fue la definición de uno
de los pocos ministros que han conversado del tema con el Presidente,
quien imagina que la sustentabilidad del Gobierno se apoyará, a
partir de ahora, en una nueva alianza con los mandatarios provinciales.
En un principio, De la Rúa tenía previsto difundir el nuevo
elenco ministerial sobre el fin de semana, pero las farragosas conversaciones
con los gobernadores tanto de la Alianza como del PJ demoraron
los anuncios. Es que el Presidente quiere tener listo el pacto con el
PJ antes de realizar el anuncio, que sintetizaría un conjunto de
líneas de acción en varios temas diferentes:
Economía: el nuevo canje de deuda con los bancos, que beneficiará
a las provincias, y la nueva coparticipación, que las perjudicará,
serán los ejes de los anuncios económicos. Antes, claro,
es necesario que el diálogo con los gobernadores arroje algún
resultado. Aunque aún no están definidas, en el Gobierno
analizan la posibilidad de acompañarlas con algunas medidas pro
consumo, que podría incluir, en el mejor de los casos, tibias rebajas
impositivas.
Política: según explicaban ayer en la Rosada, el
pacto con los mandatarios se convertirá junto con los acuerdos
legislativos aún pendientes en el andamiaje político
que sostendrá al Gobierno. Afuera de este esquema quedaría
el Frepaso Juan Pablo Cafiero y buena parte del radicalismo:
esto explicaría las duras críticas formuladas ayer por De
la Rúa a Rodolfo Terragno y Leopoldo Moreau y la respuesta de Alfonsín,
que reaccionó pidiendo la renuncia de Domingo Cavallo (ver página
4). Fiel a su estilo, hermético y sinuoso, el Presidente no lo
dice claramente, pero en el Gobierno coinciden en que éstas son
las líneas básicas de su estrategia política para
el futuro. Es la definición de una base mínima de
sustento para la gobernabilidad, definía un secretario de
Estado muy cercano al Presidente.
Social: algunos ya denominan Nueva Política Social al seguro
para los jefes de hogar desocupados de 150 pesos, que se cobraría
a través de una tarjeta magnética y se lanzaría como
parte del paquete de medidas. Se gestionaría desde una Agencia
que concentraría las partidas dispersas por el Ejecutivo.
Reestructuración del Ejecutivo: Interior y Justicia; Educación
y Justicia; Desarrollo Social y Salud; Turismo, Medio Ambiente y Cultura.
Estas son algunas de las variantes que maneja el Presidente, que analiza
la mejor manera de fusionar las diez carteras en seis o siete. La idea
es agilizar el trabajo y, al mismo tiempo, ahorrar recursos. Es
algo que nos piden los gobernadores. Tiene su lógica: dicen que
si vamos a recortar la coparticipación, a cambio tenemos que asumir
un costo político ajustando aún más el Estado nacional,
explicaba con resignación una alta fuente de la Rosada.
Cambios: los recambios, que tienen a medio gabinete al borde de
la histeria, se definirán en base a la nueva estructura. De todos
modos, algunas cuestiones parecen bastante firmes. Por ejemplo, todos
descuentan que Bullrich se hará a cargo de la nueva Agencia Social.
En Trabajo la reemplazaría Rafael Pascual, aunque también
se menciona a Melchor Posse e incluso a Juan Manuel Casella. Para Interior,
además de Pascual, suena Carlos Becerra, que podría dejar
la SIDE a cargo de un incondicional como Nicolás Gallo, Enrique
Olivera o José María García Arecha. Cada movimiento
está atado a otros, por lo que De la Rúa deberá pensar
el esquema completo antes de tomar una decisión. Desde luego, las
cosas nunca son fáciles e incluso las cuestiones familiares se
mezclan en el asunto: el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa,
venía evaluando su retiro desde hace un tiempo, pero se habría
terminado de decidir luego de una fuerte discusión con su sobrino
Antonio, a quien reprochó los consejos que venía soplando
a la oreja de su padre.
Aunque la intención original era presentar el paquete sobre el
fin de semana, el impasse en el que ingresaron las negociaciones con los
gobernadores complica los tiempos del Presidente. Una vez que se cierren
un acuerdo, De la Rúa anunciará las nuevas medidas económicas,
el nuevo esquema político, las reformas sociales, la reestructuración
del Estado, y los nuevos funcionarios. Si se presentan nombres aislados,
o algunas medidas económicas sueltas, la realidad se las tragará
en pocos días. Hay que juntar todo para amplificar la magnitud
del anuncio y dejar claro cuál va a ser el rumbo de acá
hasta el 2003, resumía un funcionario de llegada directa
al Presidente.
GOBERNADORES
DE TODOS LOS COLORES SIGUEN NEGOCIANDO CON EL GOBIERNO
Un in crescendo en sentido inverso
Por Felipe Yapur
y Diego Schurman
Empezaron como leones, algunos
hasta exigieron la renuncia del ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Pero con el correr del día y de las propuestas y contrapropuestas,
los gobernadores de todo el país dejaron de lado las amenazas y
frases altisonantes para lograr un acuerdo con el Gobierno que les permita
hoy renegociar la deuda que la Nación mantiene con las provincias.
Para apagar los incendios en sus distritos, anoche bajaron sus exigencias
al punto de aceptar tanto dinero en efectivo como los bonos Lecop en concepto
de coparticipación federal.
El raid de los gobernadores comenzó cerca del mediodía cuando
se encontraron con sus colegas aliancistas en el séptimo piso del
Consejo Federal de Inversiones (CFI). Si bien las críticas se concentraron
en la figura de Cavallo, la discusión de fondo giró alrededor
de las políticas planteadas por el gobierno.
Las intervenciones de los justicialistas fueron, a diferencia del día
anterior, menos virulentas, más bien protocolares. La intención
era clara: no espantar a los radicales sin saber que poco más tarde
el senador electo Raúl Alfonsín sería mucho más
directo al pedir la cabeza de Cavallo (ver página 4).
En un momento se pensó invitar al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo.
Pero los justicialistas especularon que eso sería darle demasiado
aire a un Gobierno al que atacaron sin piedad en las últimas
24 horas. Si hasta ayer mismo insistieron en la posibilidad de realizar
una marcha a Plaza de Mayo contra el rumbo económico.
La decisión, entonces, fue hacerle llegar a Colombo un documento
a través de los mandatarios radicales, que se trasladaron presurosamente
a la Casa Rosada. Los cinco puntos reclamados fueron:
1) Forma de pago de lo adeudado por la nación a los gobiernos
provinciales en concepto de piso de coparticipación acordado y
legislado.
2) Garantía del complemento del piso de 1.364 millones de
coparticipación.
3) Reprogramación de plazos de tasas de las deudas financieras
provinciales.
4) Programa de contención social y empleo para las provincias.
5) Pago de deudas del Fondo Especial del Tabaco, Fonavi, Gas, Vialidad,
etcétera.
Tras una larga e intensa reunión con De la Rúa y Colombo,
los mandatarios radicales regresaron con la contrapropuesta oficial. Tres
eran los puntos: respetar el piso de coparticipación de 1364 millones
hasta diciembre y a partir de 2002 se girará a las provincias
sólo el dinero que se consiga y así garantizar el
déficit cero; cancelar las deudas con los bonos Lecop más
la emisión de una nueva serie destinada al pago de salarios; y
refinanciar la deuda provincial a 20 años con una tasa del 7 por
ciento.
El conjunto de los gobernadores rechazó la intención presidencial
de rediscutir la coparticipación a partir del año próximo.
Pero un puñado de ellos, sobre todo los radicales, insistieron
en cerrar trato. Total, nadie sabe qué pasará en este
país la semana que viene, aseguró el chaqueño
Angel Rozas.
Al final, primó entre los mandatarios la idea de reformular su
propuesta original. Los encargados de renegociar fueron Rozas, Jorge Sobish
(Neuquén) y Pablo Verani (Río Negro), quienes se trasladaron
anoche hasta la Residencia de Olivos para discutir personalmente este
nuevo paquete de medidas.
Los principales puntos que llevó el trío son: cobrar la
deuda de la coparticipación y lo que resta del año mitad
en Lecop y mitad en moneda de curso legal; autorizar la emisión
de una nueva serie de Lecop, con garantía de las provincias para
pago de sueldos; refinanciar los pasivos provinciales con la participación
de los gobernadores en la discusión con los bancos acreedores;
y, por último, documentar la deuda por lasexcepciones a la coparticipación
del IVA introducidas al votarse la ley de déficit cero que afectó
los ingresos de las provincias.
La respuesta del Presidente se conocerá hoy cuando a las 9.30 los
mandatarios retornen a la sede del CFI.
Tan mal, tan
rápido
Los gobernadores del PJ reclamaron al Gobierno que sepa
escuchar antes de que sea demasiado tarde. Lo hicieron a través
de un documento redactado en la sede del Consejo Nacional Justicialista,
en un encuentro al que no asistieron ni Carlos Ruckauf y ni José
Manuel de la Sota. El texto, titulado Para que la patria no
muera, fue escrito por el santafesino Oscar Lamberto, lo que
se consideró como una adhesión de Carlos Reutemman
a los reclamos de las provincias chicas. Tal vez el
tramo más duro sea el que evalúa la performance de
Fernando de la Rúa. Nadie pudo hacer las cosas tan
mal en tan poco tiempo, dice sin nombrar al presidente. En
esa reunión de las que participaron jefes de bloque
y de las dos CGT, también proyectaron una cumbre partidaria
para mostrar fortaleza y unidad tras el triunfo electoral
del domingo.
|
Con
Alfonsín a la cabeza, la UCR
salió a pedir la cabeza de Cavallo
Por
Fernando Cibeira
Raúl Alfonsín
no hizo más que hundir el dedo en la herida. Las diferencias del
presidente Fernando de la Rúa con lo que se dio en llamar la Alianza
original o progresista ya venían de arrastre,
se agravaron después de las elecciones y ayer terminaron de explotar
cuando Alfonsín sostuvo que el ciclo de Domingo Cavallo como ministro
de Economía había terminado. Aunque no sacó muchos
votos, el ex presidente ya había pedido la cabeza del ministro
en una reunión reservada que mantuvo con el jefe de Gabinete, Chrystian
Colombo, el martes pasado, como forma de dar una señal de cambio
ante la derrota. De la Rúa no sólo ignoró el pedido
sino que adelantó que Cavallo era el único ministro que
permanecerá seguro en su nuevo gabinete. Lo que hizo Alfonsín,
entonces, fue pedir la cabeza de su enemigo histórico justo cuando
compartía una rueda de prensa con los jefes de la CGT, en medio
de un día en que diputados, senadores y gobernadores aliancistas
exigieron un cambio del rumbo económico.
Para el Gobierno, lo que hizo ayer el ex presidente fue responder a las
declaraciones de De la Rúa del día anterior. El miércoles,
cuando bajó del avión que lo trajo de España y todos
esperaban que anuncie su nuevo gabinete, el Presidente se despachó
con una diatriba contra los candidatos oficialistas del domingo pasado
porque, dijo, pese a que se la pasaron haciendo campaña contra
el gobierno no consiguieron muchos votos. El Presidente había venido
conversando en el viaje con su hijo Antonio y coincidieron que una buena
lectura de los comicios era que ningún candidato había obtenido
más votos positivos que negativos, con lo que nadie estaba en condiciones
de cuestionarle su autoridad.
Aún a riesgo de quedar aislado políticamente, la intención
del delarruismo es despegarse de la Alianza progresista que
le reclama un inmediato cambio del modelo y armar su esquema de gobernabilidad
con los gobernadores opositores que, cuando asuman los candidatos electos,
tendrán mayor poder sobre el Congreso. Ayer se le quemaron un poco
los papeles porque prácticamente no hubo nadie que apoyara lo que
viene haciendo la Rosada. Tanto los diputados, como los senadores electos,
como los gobernadores de la Alianza que tuvieron oportunidad de entrevistarse
con De la Rúa hablaron de la necesidad de modificar el rumbo. Como
acostumbra, el más enfático fue el gobernador de San Juan,
Alfredo Avelín, quien -pese a perder en las elecciones del domingo
ayer dijo que Cavallo tiene que irse inmediatamente del país
porque es un mentiroso.
Después de las elecciones, Alfonsín continuó activo.
Volvió a las reuniones con los representantes de distintos sectores,
siempre en su búsqueda de consensos para salir de la crisis. El
martes, según confirmaron en jefatura de Gabinete, el ex presidente
se encontró en estricta reserva con Colombo, uno de sus interlocutores
más asiduos en la Rosada. Juntos analizaron los elementos que vienen
acentuando la crisis económica y, como cierre, Alfonsín
planteó la necesidad de que Cavallo se vaya del Gobierno. Colombo
solo tomó nota del pedido.
Los alfonsinistas se quejan porque dicen que, en privado, el jefe de Gabinete
critica bastante a Cavallo pero cuando habla en público se muestra
como el principal defensor de la política económica. Y que
le falta visión a largo plazo y que sólo se preocupa por
resolver las urgencias del día a día. Ante la falta de respuesta,
entonces, Alfonsín decidió hacer pública su idea.
Primero lo sugirió en su habitual aparición en el programa
Desayuno cuando deslizó que al Gobierno ya no
le debe interesar mantener a Cavallo en Economía. Luego lo
hizo más explícito en su visita a la CGT. Llegó a
la sede de Azopardo a eso de las 11, en donde lo esperaban en la puerta
Rodolfo Daer y Hugo Moyano. Al término de la reunión de
la que también participaron los consejos directivos de las centrales
sindicales, hubo una conferencia de prensa. No se trata de hombres,
sino de rumbos. Aunque yo creo, honradamente, lo digo con absoluta sinceridad
y no hay enello para nada un tema personal, el ministro Cavallo a mi juicio
ya ha concluido su ciclo, opinó Alfonsín, para alegría
de los sindicalistas.
En Gobierno analizaban las declaraciones de Alfonsín desde otra
óptica. Reaccionó porque De la Rúa le pegó
al partido y a Leopoldo Moreau, entonces Alfonsín contraatacó
con Cavallo. Es como que traspasaron los límites que siempre respetan,
analizaba un funcionario de la Rosada. Pero, como ejemplo de que la cosa
no pasaría a mayores, mencionaban lo que sucedió en la reunión
que De la Rúa tuvo a la tarde con los senadores electos. Contaban
que en un momento Rodolfo Terragno quiso hablar sobre el rumbo económico
y fue el propio Alfonsín quien le salió al cruce. Rodolfo,
no es el momento, lo reconvino.
AMARGO
PLANTEO DE LOS DIPUTADOS RADICALES A DE LA RUA
Sin cambio de rumbo no hay leyes
Por
J.N.
Yo acompaño
hasta la puerta del cementerio, pero no me piden que entre, había
dicho el día anterior, en reunión del bloque, el diputado
Miguel Mukdise. Y ayer, en un encuentro con la bancada radical, Fernando
de la Rúa no tuvo más remedio que escuchar las quejas y
los pedidos de los legisladores. Si no hay un cambio de política
económica las leyes no van a pasar, advirtieron los legisladores
al Presidente.
Además del acuerdo con los gobernadores peronistas, el Gobierno
necesita desesperadamente avanzar en conversaciones concretas con los
bloques legislativos. El Presupuesto del año que viene y la nueva
ley de coparticipación son algunos de los proyectos que requieren
el apoyo de las Cámaras antes de fin de año.
Por eso, ayer De la Rúa mantuvo una primera reunión con
las principales figuras de la bancada radical en diputados. No fueron
tan duros como Raúl Alfonsín, que directamente había
reclamado la renuncia de Domingo Cavallo, pero dijeron lo suyo. En el
almuerzo que compartieron con De la Rúa y el secretario general
de la Presidencia, Nicolás Gallo, reclamaron una política
económica diferente, que incluya medidas reactivadoras y de apoyo
a las Pymes.
Presidente, va a ser muy difícil que votemos las leyes si
no hay un cambio de política. Necesitamos que haga gestos en este
sentido porque si no el Congreso se va a convertir en una traba dijeron
los diputados de la UCR.
Según confió uno de los participantes, De la Rúa
escuchó atentamente los planteos, la mayor parte del tiempo en
silencio. A modo de respuesta, el Presidente confirmó que el Gobierno
está trabajando en un nuevo paquete económico que incluirá
medidas para incentivar el consumo y un replanteo de la política
social.
Tengan paciencia que estamos trabajando los tranquilizó.
Aunque no dio una fecha precisa, los diputados hacían después
su evaluación. Seguramente se anunciarán la semana
que viene. Pero primero tiene que cerrar el acuerdo con los gobernadores,
explicaba uno de los legisladores.
Además de De la Rúa y Gallo, participaron del encuentro
el jefe de la Cámara, Rafael Pascual, el titular del bloque, Horacio
Pernasetti, y los diputados Mario Negri, Fortunato Cambareri y Jorge Pascual.
Se planteó un cambio de política económica
y la necesidad de aplicar rápidamente políticas reactivantes
y de contención social. No se planteó una cuestión
de nombres sino de políticas, explicó Pernasetti en
la conferencia de prensa posterior.
Con estas palabras, Pernasetti marcó una diferencia clara con la
posición de otros referentes radicales. Ayer, por ejemplo, Alfonsín
había salido a pedir la renuncia de Domingo Cavallo luego de una
reunión con el sindicalismo, sintonizando con los sectores duros
del radicalismo que lideran Leopoldo Moreau y Federico Storani (ver aparte).
Es que, en realidad, los diputados radicales aún no definieron
su propia interna. Antes de fin de año deben decidir el nombre
del nuevo titular de la bancada: hasta ahora, los que cuentan con más
posibilidades son Pernasetti, que a pesar de sus cuestionamientos mantiene
un buen diálogo con la Rosada, y Jesús Rodríguez,
con una postura mucho más crítica hacia las políticas
oficiales.
|