Por John Gittings
Desde
Shanghai
En su primera visita a un país
extranjero desde los ataques del 11 de setiembre, el presidente George
W. Bush llegó ayer antes de lo previsto a Shanghai para intentar
darle un nuevo impulso a las relaciones con China y vender su guerra
al terrorismo ante una audiencia asiática. Su secretario
de Estado Colin Powell lo había precedido en su llegada a la ciudad
para la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico
(APEC) y tuvo tiempo de decir que la relación con Pekín
estaba creciendo. Por una ironía trágica, los
atentados terroristas crearon lo que los funcionarios chinos llamaron
una oportunidad única para reconstruir las relaciones
entre Pekín y Washington que estaban en uno de sus puntos más
bajos.
Las reuniones bilaterales de Bush con el presidente de China Jiang Zemin,
el de Rusia Vladimir Putin y el premier japonés Junichiro Koizumi
centrarán la atención de la conferencia. De golpe, Washington
parece haber olvidado las violaciones de derechos humanos por parte de
Pekín y los chinos parecen haber borrado de su lista de agravios
el bombardeo de su embajada en Belgrado, el incidente del avión-espía
estadounidense ocurrido en abril y la decisión estadounidense de
vender equipo militar avanzado a Taiwan.
Los presidentes norteamericanos ya no causan sensación en la ciudad
más sofisticada de China, donde Richard Nixon firmó hace
30 la declaración que puso fin a la Guerra Fría con China.
No me gusta que estén matando a civiles en Afganistán,
dijo un empleado de hotel mientras veía pasar los vehículos
del servicio secreto norteamericano. Pero mejores relaciones con
Estados Unidos van a ser una buena noticia para la economía,
concluyó.
El gobierno chino fue menos crítico de los bombardeos aliados sobre
Afganistán que muchos de sus ciudadanos. China subraya su propia
agenda antiterrorista y establece un paralelo explícito entre la
amenaza terrorista a Estados Unidos y los separatistas musulmanes
en la región noroccidental de Sinkiang (que comparte una pequeña
frontera con Afganistán). Nos alentó la respuesta
que obtuvimos de ellos, dijo Powell. Nuestra relación
está creciendo en una seria de áreas diferentes, agregó.
El ministro de Relaciones Exteriores chino, Tang Jiaxuan, dijo que las
relaciones habían avanzado y que está buscando
un mayor nivel de consulta y cooperación con Estados
Unidos. Después del 11 de septiembre, la Casa Blanca había
acortado la visita de Bush a sólo dos días, pero Bush ahora
se quedará hasta el lunes. Podrá buscar el apoyo de otros
20 líderes mundiales presentes en la cumbre, incluyendo al presidente
Vladimir Putin: también considera que la cumbre de Apec es una
oportunidad para derrotar a los terroristas... haciendo crecer al
comercio mundial.
Los observadores dicen que China puede proveer una cooperación
limitada a las operaciones norteamericanas a través de su trabajo
de inteligencia en Asia Central, un área que cada vez preocupa
más a Pekín. Un informe de Washington sugirió el
miércoles que la administración Bush puede considerar levantar
las sanciones impuestas a China como consecuencia de la represión
en la Plaza de Tiananmen en 1989.
Desde el punto de vista de Washington, la ayuda más poderosa que
puede ofrecer Pekín consiste simplemente en estar del
lado correcto. Tang hizo lo mejor que pudo para redactar un pronunciamiento,
que será aprobado el domingo por la cumbre, de características
tales como para que Estados Unidos pueda decir que es un éxito
diplomático. El antiterrorismo es la lucha del bien contra
el mal, de la civilización contra la barbarie, dijo Tang
ayer, resumiendo las discusiones del día entre los ministros de
Apec. Más temprano, en un encuentro con empresarios norteamericanos
en Shanghai, Powell dijo que las relaciones con China eran excelentes.
El presidente chino Jiang Zemin debe enfrentar a la línea dura
dentro de su propio partido, pero este fin de semana estará muy
satisfecho de volver a ocupar el centro del escenario. Significa el regreso
a relaciones más afables con Estados Unidos. En los últimos
tres años éstas habían tenido su cenit con la última
visita presidencial norteamericana, cuando Jiang y Bill Clinton escenificaron
en Pekín lo que se conoció como el Bill and Zemin
show.
Bush dijo antes de llegar a Shanghai que está ansioso de que Jiang
pueda mirarlo cara a cara y apreciar la medida del presidente norteamericano.
El borrador de la declaración sobe el terrorismo transita por una
línea media, condenando el terrorismo y expresando comprensión
por el pueblo y el gobierno de Estados Unidos, aunque evita
referencias específicas a Afganistán o Bin Laden.
RECLAMO
DE VENGANZA TRAS el ASESINATO DE ZEEVI
El
extremismo que ayuda a Sharon
Una nueva era ha comenzado.
Eso fue lo que había asegurado anteayer el primer ministro israelí
Ariel Sharon tras el asesinato del ministro Rahavam Zeevi por parte del
Frente Popular para la Liberación Palestina. Ayer la advertencia
empezó a cumplirse. Un día después y en medio de
pedidos de moderación por parte de Washington y del mundo árabe,
Israel aumentó la presión contra la Autoridad Palestina
con incursiones militares en Cisjordania. Asimismo, tres palestinos pertenecientes
a la facción Al Fatah de la Organización para la Liberación
de Palestina (OLP), de Yasser Arafat, murieron al sur de Jerusalén,
cuando misiles israelíes hicieron explotar el vehículo en
el que viajaban.
La acción del ejército israelí fue llevada a cabo
pocas horas después del ultimátum que el gobierno de Sharon
dio a Arafat, exigiéndole que entregase inmediatamente
a los asesinos de Zeevi. De no ser así, la Autoridad Palestina
sería considerada como una entidad terrorista contra la que
Israel actuará en consecuencia. La respuesta palestina no
tardó en llegar: Nunca aceptaremos un ultimátum,
pero respetaremos nuestro compromiso en favor del alto el fuego,
sostuvo el ministro palestino de Información, Yasser Abed Rabbo.
No fue todo. La Autoridad Palestina (AP) acusó a Israel de querer
matar al presidente palestino, Yasser Arafat. La Autoridad Palestina
ha descubierto planes israelíes para asesinar al presidente palestino
y a otros dirigentes palestinos, declaró Nabil Abú
Rudeina, consejero político de Arafat. Llamamos a Estados
Unidos y a la comunidad internacional a que actúen de manera urgente
para impedir los planes y la agresión israelíes, agregó
Rudeina.
Aquí intervino Estados Unidos. Philip Reeker, portavoz del Departamento
de Estado, pidió que Israel actúe con moderación
para que la muerte del ministro no se convierta en una victoria del terrorismo
haciendo fracasar los progresos que habíamos conseguido.
Tras la conmoción ocasionada por el asesinato del primer funcionario
de alto rango a manos palestinas desde la creación del Estado de
Israel, las autoridades israelíes no dudan en responsabilizar a
Yasser Arafat por lo sucedido. Haremos lo que sea para atrapar a
los asesinos y a quienes los enviaron y sabemos que el cuartel general
del FPLP se encuentra en Ramalá (Cisjordania), no lejos del cuartel
general de Yasser Arafat, expresó el ministro israelí
de Seguridad Pública, Uzi Landau. Yasser Arafat protege (a
los asesinos), al igual que el régimen de los talibanes protege
en Afganistán a Osama bin Laden comparó. No con poca
presión, la Autoridad Palestina declaró ilegal al brazo
armado del FPLP. En tanto, un alto responsable palestino indicó
que 11 responsables políticos de ese grupo fueron arrestados.
El de ayer fue un nuevo capítulo de la política de asesinatos
selectivos que practica Israel contra los militantes palestinos
sospechosos de estar implicados en atentados y que la Autoridad Palestina
se niega a detener. Una de las tres víctimas mortales de la incursión
israelí en Belén, Atafa Abayat, era uno de los hombres más
buscados por Israel que lo acusaba del asesinato el 20 de septiembre de
Sarit Amrani, de 26 años, una residente de la colonia de Noqdim,
cercana a Belén.
Poco después de la incursión de Belén, palestinos
armados abrieron fuego contra la colonia judía de Gilo, desde la
localidad autónoma de Beit Jalá, en Cisjordania. Como resultado
de estos enfrentamientos murieron otros tres colonos y un israelí
y hubo al menos cuatro israelíes heridos. Con estas víctimas,
el número de muertos desde el inicio de la Intifada (revuelta)
el 28 de septiembre de 2000 se eleva a 885, entre ellos 685 palestinos
y más de 170 israelíes.
Hoy enterramos a uno de nuestros mayores patriotas, el que mejor
conocía (Israel), declaró Sharon en el homenaje al
ministro asesinado en la ceremonia. Pero la frase más fuerte vino
del Zeevi, quien se dirigió a Sharon y por su apodo le dijo: Arik,
tú que fuiste siempre un amigo allegado, véngale de la forma
en que Gandhi lo hubiera hecho. Gandhi erael sobrenombre de Zeevi
desde el comienzo de su carrera militar.
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