Roger Waters confirmó
ayer en París que el año próximo tocará en
la Argentina, en el marco de una gira mundial que, para completar un panorama
ideal para fanáticos de Pink Floyd, no presenta ningún disco
nuevo. Para preparar el terreno, Waters declaró que se siente reconciliado
con su pasado y que cuando realicé mi primera gira
solo en 1984, me impactó que muy poca gente me asociara con Pink
Floyd. Las cosas han cambiado desde entonces, según pude comprobar
en mi gira estadounidense del año pasado. Es decir: aquellos
que se presenten en el estadio de Vélez Sarsfield el 7 de marzo
de 2002 (con posibilidades, según el website del músico,
de una segunda función el 8) deberán prepararse para un
aluvión de canciones del grupo que le dio nuevo sentido y dimensión
a las expresiones psicodelia y rock sinfónico. Para que no queden
dudas, el tour ya mostrado en esa gira estadounidense se titula
Roger Waters in the flesh, una clara alusión a dos canciones de
The Wall. La visita de Pink Floyd, o en este caso de un hombre que fue
su alma, es una de las grandes asignaturas pendientes de la historia de
la organización de espectáculos de rock en la Argentina.
En una entrevista que concedió en París, el músico
de 57 años decidió evitar los rodeos e ir al punto, anunciando
que el show estará compuesto en gran parte por el repertorio de
Pink Floyd, tomando material de discos fundamentales como Wish you were
here, Dark side of the moon y The Wall. Yo fui el único o
el principal compositor de canciones como Money, Another
brick in the wall o Shine on you crazy diamond. Nada
me impide seguir tocándolos, dijo Waters, quien en el pasado
sostuvo una amarga batalla legal con David Gilmour, Nick Mason y Rick
Wright alrededor de los derechos por el nombre del grupo, que el trío
conserva hasta hoy.
Según lo anunciado, Waters y una banda de diez músicos saldrán
a la ruta el 28 de febrero en el Bellville Velodrome de Ciudad del Cabo,
Sudáfrica. Tras un show en Johannesburgo, Waters desembarcará
en Latinoamérica el 5 de marzo, en el Estadio Nacional de Santiago
de Chile, para continuar por Buenos Aires y seguir por Río de Janeiro
(el 10), San Pablo (12 y 13), Caracas (16) y el DF mexicano (los días
18 y 19), antes de llevar el show a Taiwan, Japón, Corea, Australia
y Europa (donde actuará en 18 países), terminando en el
Wembley Arena de Londres, el 26 y 27 de junio. Con ello, el bajista se
habrá dado el lujo de mostrarse en los cinco continentes... dependiendo,
claro, de cuál sea el desarrollo de los acontecimientos que involucran
a Medio Oriente y Estados Unidos.
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