Por Oscar Ranzani
Las prácticas sociales comunitarias parecen estar cada vez más
extinguidas en esta Argentina signada por los debates economicistas. Forman
parte del recuerdo de un país que, poco a poco, fue perdiendo la
capacidad de establecer lazos sociales que pudieran servir de bálsamo
frente a tanta pálida. Frente a esto, un viejo habitante de la
radio, Quique Pesoa, conductor del ciclo En la vereda, que
se emite de lunes a viernes de 9 a 13 por la Radio de la Ciudad, propuso
fijar fecha y horario para un encuentro con aquellos oyentes que quieran
participar simplemente para conocerse mejor. Sin anunciantes, claro. La
cita es mañana a partir de las 9 en el Parque Sarmiento y varios
músicos confirmaron su presencia para animar el encuentro. A Pesoa
(que además de conducir la velada tocará la guitarra) se
le sumarán La Porteña Jazz Band, Oscar Kreimer y su sexteto,
Julia Zenko, Cantoral y Lorena Astudillo, entre otros. La idea es
que nos juntemos por el solo hecho de vernos y apoyarnos. Esto no tiene
un sentido comercial. Es una reunión para estar juntos, pasarla
bien y disfrutar del día haciendo picnic, comenta en la entrevista
con Página/12 el locutor amante del jazz.
El festival tiene nombre: La Minga. Aunque, en un principio,
parezca el apodo de una vecina chismosa de barrio, Pesoa se encarga de
destacar el sentido antropológico que encierra el término
y el carácter comunitario que lo vincula con su propuesta: En
el norte hay un significado para esta palabra y se refiere a que en una
comunidad es posible que cada uno de los jefes de familia levante las
paredes de su casa. Pero es imposible que cada uno por su cuenta pueda
poner el techo. Entonces, un día hacen la minga: se juntan todos
y, en grupo, van techando casas. El encargado de darle el nombre
fue un creativo oyente de otro programa que conducía Pesoa hace
varios años, y la iniciativa se llevó a cabo en otras oportunidades.
¿Cómo fue La Minga en las otras ocasiones?
La primera vez que hicimos La Minga fue en 1988. En
ese entonces conducía un programa por la FM de Radio Rivadavia
que, en aquella época, se llamaba Inolvidable. Fue
un éxito porque fueron ochocientas personas a un lugar que era
chico para esa cantidad. Después lo repetí desde el 91
al 93, estando en el aire La oreja por la AM de Rivadavia.
La última vez fue impresionante: se realizó en un lugar
que ahora es el Centro Galicia y fueron 12 mil personas. Fue una verdadera
fiesta.
¿Qué recuerdo le dejaron esos encuentros?
Básicamente, los afectos. La radio sigue teniendo la posibilidad
de transmitir el afecto más directo, porque tecnológicamente
es muy simple.
¿Cómo se generaba el feedback en esas mingas?
Era automático. Simplemente fijábamos el día
y la fecha. El club abría las puertas y no cobraba entrada, porque
esta es otra característica de las mingas. Tampoco se sortea nada,
esto no es negocio para nadie. Incluso hay músicos que se ofrecen
para ir al encuentro. Se pone un equipo de audio y realizan lo que saben
sin ningún tipo de interés.
Cuando se encuentre va a poder visualizar, de alguna manera, los
límites de la radio. ¿Qué le permitirá el
cara a cara?
No creo que haya un descubrimiento. En estos casos, lo que trato
de hacer es no quedarme todo el tiempo en el escenario sino mezclarme
con la gente para tener la devolución de un afecto que uno pone
todos los días en el trabajo que realiza.
¿Considera que la radio, a diferencia de la televisión,
mantiene un público fiel capaz de sumarse a este tipo de propuestas?
Sí, porque la radio, en líneas generales, tiene un
mensaje muy genuino y la gente lo percibe. La TV necesita una parafernalia
que hace menos creíbles los mensajes.
ROBERT
ALTMAN CRITICO A HOLLYWOOD
Inspira a terroristas
El cineasta estadounidense Robert
Altman acusó insólitamente a Hollywood de cargar con parte
de la responsabilidad por los atentados terroristas ocurridos en Washington
y Nueva York el pasado 11 de septiembre. El realizador señaló
que las violentas películas de acción inspiraron a
los terroristas a realizar acciones similares. Según el director
de Ciudad de ángeles, a nadie se le ocurrirían atrocidades
semejantes si no las vio antes en una película. Altman se
encuentra actualmente en Londres, rodando el policial Gosford park, que
gira en torno a un caso de asesinato en la Inglaterra aristocrática
de los años 30. El cineasta instó a Hollywood a no realizar
más películas con escenas de asesinatos masivos, porque
en su opinión ese tipo de imágenes sirvieron de modelo a
los terroristas. Estoy convencido de que creamos la atmósfera
y les mostramos cómo se hace, añadió. Tras
el 11 de septiembre, cuando dos aviones se estrellaron contra el World
Trade Center en Nueva York y otro contra el Pentágono en Washington,
muchos estudios realizaron modificaciones en algunas producciones y pospusieron
o directamente cancelaron el estreno de numerosas películas. Altman
manifestó su esperanza de que la industria cinematográfica
y el público en general prefieran a partir de ahora películas
más reflexivas, en las que se trate de sentimientos humanos. Quizá
consigamos volver a un cine más maduro. Me gustaría que
volvieran a mostrar emociones humanas con humor y efectos dramáticos
para entonces concentrarnos en lo que las personas significan para las
personas, concluyó.
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