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ENTREVISTA A MARIBEL VERDU, ESTRELLA DEl FILM “Y TU MAMA TAMBIEN”
“Uno me mimaba, otro me daba caña”

La actriz española cuenta cómo
se las arregló para componer su triángulo sexual con los jóvenes mexicanos Gael García Bernal y Diego Luna. "Rodar tríangulos --afirma-- siempre es fantástico"

Maribel Verdú señala que quedó fascinada con México y con el director de �Y tu mamá...�, Cuarón.

Por Miguel Mora
Desde Madrid

Cuarenta películas sobre su espalda, 31 años, nacida en la calle Cartagena de Madrid, barrio de Prosperidad. Ojos verdes sorprendentemente grandes. Sonrisas y carcajadas permanentes, con unos dientes blanquísimos. Tacones altos, vaqueros, camiseta negra y abrigo de cuero también negro. Rostro mucho más delgado de lo que parece en las pantallas. Maribel Verdú es simpática, habla muy rápido y suelta verdades aparentes a borbotones. Detrás hay un cartel que reza Y tu mamá también, y una foto en la que Maribel se abraza a Gael García Bernal y a Diego Luna, dos jóvenes y talentosos actores mexicanos con los que rodó la historia de un triángulo breve, intenso y muy sexual: la iniciación de dos adolescentes a manos de una misteriosa y sensual española de unos 30 años, Luisa, que guarda celosamente un secreto, durante un viaje en automóvil desde el DF mexicano a la costa.
Es la última película de Alfonso (director) y Carlos Cuarón (guionista), un par de jóvenes llenos de ironía y ternura que asombraron ya a medio mundo. Tras triunfar en Venecia, Toronto y San Sebastián, y después de que The New York Times haya hablado de la “sobresaliente actuación” de Maribel Verdú, el jueves se estrenó en la Argentina y en España Y tu mamá también.
–Parece usted especializada en “triángulos” cinematográficos...
–Sí, es verdad que las películas que más cosas me han dado han sido las de los tríos. Primero Amantes, luego La buena estrella y ahora ésta, en la que también tengo dos contrincantes. Puede ser casualidad, pero al rodar es fantástico, porque lo que no encuentras en uno lo buscas en el otro, y según estás ese día, te vas a uno o al otro. Es una forma especial de utilizar la energía, y es para mí muy divertido. En este caso, uno me mimaba y el otro me daba caña, entonces hubo mucha compenetración, además de mucha complicidad. Eso me gustaba mucho. En cambio, con uno solo es diferente.
–Viendo la película da la impresión de que la pasaron muy bien rodando juntos.
–Ha sido uno de la filmaciones más divertidas que he hecho. Trabajábamos mucho, eh, 12 o 14 horas diarias, con mucha disciplina, pero todo el tiempo nos reíamos. El equipo técnico era “pocamadre”, como dicen ellos, o sea, de puta madre. Gente muy profesional. Y Alfonso Cuarón consiguió que pusiéramos todo el entusiasmo, la honestidad y la verdad del mundo. Yo creo que eso se ve en la película. Y ya sólo quiero hacer películas así, que me lo pase bien.
–¿Conocía México?
–No lo conocía, igual que Luisa, mi personaje, y Alfonso me dijo que tenía que utilizar eso para el personaje. Por eso pongo esas caras de flipar cuando vamos en el coche y veo pasar las cosas, los entierros, la gente. Todo era una sorpresa. Me iría ya. Hice amigos estupendos. Y todo era grandísimo, las calles, las cucharas, los tenedores... Fueron tres meses estupendos. México me cautivó.
–¿Repetiría la experiencia americana pero al norte de México?
–Si fuera cine hispano, a lo mejor. Quiero rodar en mi idioma, que es donde más doy. Todo depende del precio que tienes que pagar, y me parece que el precio de trabajar en Estados Unidos debe ser muy alto. Yo vivo muy a gusto aquí. Fui feliz rodando El palo en Coslada. Cuando rodé El portero en Llanes me parecía lejísimos. Soy muy de casa, muchas veces digo no a cosas por lo lejos que son. A no ser que flipe con el guión, y con éste la verdad es que aluciné, lloré, me reí...
–También depende de la ambición que se tenga.
–Claro, y mi ambición es sobre todo hacer películas con mis amigos. Soy feliz trabajando con Jorge Sanz, Antonio Resines, la Barranco y CarmenMaura. Me siento más protegida. También, si te fijas, siempre trabajo más o menos con los mismos directores. No lo parece, pero soy muy insegura, y si trabajo con gente que me conoce bien, mucho mejor.
–¿Y cómo salió lo de Alfonso Cuarón?
–Fue un flechazo. Nos presentó Fernando Trueba, que cocinó una fideuá, y desde el primer momento me sentí como en casa.
–Mirando hacia el pasado, ¿cómo ve su carrera? Se diría que ha hecho películas muy buenas y otras muy malas.
–¿Y qué actor no hace malas películas y otras que son fantásticas? Todos. Hasta Resines y Maura, hasta Katharine Hepburn y Spencer Tracy. ¿Y qué director las hace todas buenas? ¡Ninguno! Yo como de esto, y sólo de esto, y cuando digo sí es porque creo en el guión. Pero no está en mi mano si luego sale mala. Yo me limito a decidir lo que puedo dar de mí. A veces el fracaso o el éxito depende de ustedes, de los medios. Yo adoro El palo, me parece una película divina, divertida, pero luego va y hace 552.000 dólares.
–¿Será que el cine, como dice el ayudante de dirección Pedro Vidal, siempre oscila entre lo berreta y lo sublime?
–Es así, siempre entre lo mejor y lo peor. Yo intento hacer sólo dos o tres películas al año, no decir que sí a todo, no caer en la trampa de hacer cosas malísimas por ganar unas pesetas. No, luego hay que hacer la promoción, y hay cosas que no puedes hacer. Si hiciera siete al año, como al principio... Ahora mi vida es mucho más importante que mi trabajo. Y, además, uno elige pero no del todo.
–Dice que la vida importa más. ¿Está más reposada?
–Claro. Cuando no tienes eso, lo buscas todo fuera. Ahora estoy muy a gusto con mi chico, mi familia, mi casa. Podría no trabajar, ser una mantenida (se ríe), pero tengo caprichos caros y prefiero tener la posibilidad de pagármelos yo.
–En la película alguien le dice a Laura que ya va siendo hora de que tenga hijos...
–Yo acabo de parir hace dos días. Se llama Tito y ha pesado 200 gramos, es un perrito monísimo. Jamás he tenido instinto maternal. Y por ahora debo reconocer que no me llama. Pero ya veremos.

 


 

30 MIL cd´S VENDIDOS EN UNA SEMANA
Sale un tequila con soda

A cuatro años de su separación, Soda Stereo sigue llamando la atención de los mexicanos. El disco Tributo a Soda Stereo, en el que distintos grupos de rock latinoamericanos interpretan canciones de la banda argentina, vendió en México 30 mil copias en solo una semana. En el álbum, cuya salida para el resto del continente está prevista para dentro de dos meses, participan siete artistas mexicanos, entre ellos Julieta Venegas, Control Machete, Jumbo, La Gusana Ciega y Moenia, más los costarricenses de Gandhi, los colombianos Aterciopelados y los argentinos Caballeros de la Quema. El single de difusión, que fue elegido espontáneamente por las radios mexicanas, es “Vitaminas” a cargo de Genitallica, una banda de la norteña ciudad mexicana de Monterrey que eligió esa canción porque, explicaron, “se ajustaba a nuestro ritmo”. A su vez, el argentino Andrés Calamaro y los mexicanos Aleks Syntek, Ely Guerra y Molotov también manifestaron en su momento la voluntad de formar parte del tributo, pero no obtuvieron permiso de Warner, Universal y EMI, sus respectivos sellos.

 

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