Por Mariana Carbajal
Confirmado: el ántrax
llegó a la Argentina. Mientras crecía la psicosis en el
país por un posible ataque bacteriológico, anoche se conoció
el resultado definitivo del análisis sobre la carta que llegó
a un domicilio del barrio porteño de Parque Patricios procedente
del estado de Florida, Estados Unidos, con publicidad de una compañía
de cruceros. La mujer que la recibió, una publicista retirada,
hasta ayer no presentaba síntomas de la enfermedad, y hoy será
sometida a un hisopado de nariz en el Hospital Muñiz para determinar
si está contaminada con la bacteria. El resultado se conocerá
en 48 horas. Ahora me estoy preocupando. Todo el mundo dice que
estoy demasiado serena, dijo a Página/12. Por el momento,
el sobre que recibió la mujer es el único de los cientos
que se están estudiando que dio positivo. Pero no el único
en la región: al mismo tiempo que se confirmaba la información
aquí, pruebas preliminares también detectaron ántrax
en una carta enviada al corresponsal del New York Times en Río
de Janeiro (ver página 4).
Hoy a las 9 el Gobierno convocó a una reunión de urgencia
en la Secretaría de Seguridad a Defensa Civil, a todas las fuerzas
de seguridad Policía Federal, Gendarmería, Prefectura
y Policía Aeronáutica y a los correos privados para
coordinar medidas preventivas en el manejo de la correspondencia ante
la posibilidad de que aparezcan nuevos sobres contaminados. El ministro
de Salud, Héctor Lombardo, informó que también se
iniciaron gestiones con el gobierno de Francia para comenzar a producir
en el país la vacuna contra la viruela, ante la hipótesis
de que se produzca un ataque con virus de esa enfermedad.
El ministro del Interior, Ramón Mestre, intentó llevar tranquilidad
a la gente y aseguró que Argentina está en condiciones de
enfrentar una agresión bacteriológica. Consultado por la
prensa, no descartó que se convoquen a las Fuerzas Armadas para
sumarse al operativo. Las Fuerzas Armadas hacen inteligencia exterior.
Esto es un problema interior, pero si fuese necesario es posible que el
Presidente las convoque, señaló. Fuentes de la Unidad
Antiterrorista de la Policía Federal, en tanto, indicaron a este
diario que apenas se les de intervención, se pondrán en
contacto con el delegado del FBI, organismo que deberá investigar
en Estados Unidos el origen de la carta contaminada.
El sobre con ántrax llegó al domicilio de Patricia a
su pedido no es revelada su verdadera identidad el sábado.
Como remitente tenía la leyenda División de Archivos.
En su interior contenía publicidad de la compañía
de cruceros Carnival, de Florida. No tenía polvo, pero el papel
estaba impregnado con las esporas del ántrax. Anoche, después
de conocerse el resultado positivo, el ministro Lombardo aseguró
que la mujer no está contaminada. Sin embargo, el dato
no es definitivo. Aunque ella no abrió el sobre y supuestamente
no estuvo en contacto con las esporas, recién hoy se le realizará
en el Hospital Muñiz un hisopado de nariz para establecer si está
o no infectada. Los resultados se conocerán en 48 horas.
La confirmación de la presencia del ántrax se anunció
oficialmente poco antes de las 21. Los resultados del análisis
genético de la muestra, a cargo del Instituto Malbrán, se
esperaban para la tarde, pero demoraron más de lo previsto. La
espera mantuvo en vilo al país. Incluso el ministro Lombardo convocó
a una conferencia de prensa a las 18 y tuvo que cancelarla sin poder informar
nada.
A lo largo del día, mientras tanto, la psicosis fue ganando terreno.
Dos agentes de la comisaría 32ª, a los que Patricia entregó
su sobre, se presentaron asustadísimos en el despacho del juez
federal Rodolfo Canicoba Corral que interviene en el caso
porque temían estar infectados con la bacteria, por haber manipulado
la carta. Dos hombres, padre e hijo, del barrio porteño de Villa
Ortúzar, solicitaron atención médica al SAME por
un cuadro gripal uno de los síntomas del ántrax
y cuando comentaron a los médicos que habían recibido diez
días atrás una carta enviada desdelos Estados Unidos fueron
trasladados para su observación al Muñiz. A su vez, la aparición
de nuevos sobres sospechosos desataron alarma en un avión
de LAPA, en una biblioteca de La Plata y hasta en el despacho del diputado
justicialista Carlos Soria (ver aparte).
Para confirmar la existencia de ántrax después de
que un cultivo en el Muñiz dio positivo en un 90 por ciento,
un equipo del Malbrán realizó la prueba que examina el ADN
del bacilo. El análisis, llamado de reacción en cadena de
la polimerasa (PCR) es, en esencia, similar al que se usa en medicina
forense para identificar sospechosos o para establecer filiaciones. Debido
a la avalancha de correspondencia sospechosa, los profesionales
del Malbrán seguirán trabajando hoy. Norma Binsztein, jefa
de bateriología del Instituto, precisó a Página/12
que hasta el momento ha recibido unas 580 cartas, a razón de entre
80 y 100 por día. Cien cultivos dieron negativo, y en estos
momentos estamos procesando más de trescientos. Casi todas las
cartas tienen publicidad turísticas y de resorts, indicó.
Otras seiscientas aproximadamente están en estudio en el Muñiz.
COMO
SE CONTRAE Y COMO SE TRATA EL ANTRAX
Todo lo que hay que saber
Por M. C.
El ántrax no se contagia
de persona a persona. La espora no se puede contagiar entre sobres cerrados.
Una carta que no tenga polvillo también puede contener el bacilo,
pero es muy improbable que se adquiera la versión respiratoria
de la enfermedad, que es la que puede ser mortal. El único riesgo
posible de contagio, en ese caso, es si la persona manipuló la
carta y tenía alguna lastimadura, con lo cual contraería
la versión cutánea, menos virulenta. Las aclaraciones corresponden
al médico Horacio López, director de la Carrera de Especialista
de Infectología de la UBA, quien en un reportaje con Página/12
despejó las principales dudas sobre el ántrax. Por
precaución, un sobre que no sea sospechoso de todas formas se debe
abrir lejos de la cara. Si llega a aparecer el polvito, no se debe salir
corriendo con el sobre porque se desparramaría. Hay que quedarse
tranquilo, dejar la carta sobre un escritorio y llamar a la policía,
aconsejó.
¿Qué es el ántrax o carbunco?
Es una enfermedad infecciosa producida por una bacteria que se llama
Bacillus anthracis. Puede ser cutáneo, respiratorio o digestivo.
Este último es casi inexistente. El ántrax tiene una forma
muy inteligente de vivir que es a través de una espora, una especie
de pelotita de 1 a 4 micrones de diámetro (un micrón es
la milésima parte de un milímetro). En esas esferas está
el bacilo y el reservorio del ántrax es la tierra. El bacilo a
través del esporo puede contaminar a los animales hervíboros,
como vacas, cabras, y ovejas. Hasta antes del 11 de setiembre, el 95 por
ciento de los contagios eran cutáneos. Se consideraba una enfermedad
profesional, asociada a los trabajadores rurales. Al tomar contacto con
esos productos, si la persona tiene escoriaciones en las manos o brazos,
la espora ingresa a la piel y germina como bacteria. El bacilo produce
toxinas que son las que dan el cuadro clínico: primero surge una
pápula, es decir, una sobreelevación de la piel. Esa pápula
luego se úlcera y se rellena con una escara negra, sin dolor. Sin
tratamiento, el ántrax cutáneo tiene una mortalidad del
20 por ciento. Con tratamiento antibiótico la mortalidad es prácticamente
cero.
¿Cómo evoluciona el ántrax respiratorio?
Es menos frecuente. Para contagiarse hay que inspirar la espora,
que va a parar a los ganglios del tórax, donde ocurre la germinación
al bacilo y aparece la enfermedad. Después de un período
de incubación que en la mayoría de los casos es de 1 a 7
días en muy pocos, puede extenderse más, hasta llegar
a 60 aparece un cuadro muy parecido al de la gripe: fiebre alta,
decaimiento, dolores musculares, tos y dolor de cabeza. Luego de 5 a 7
días de estar así, la persona tiene una leve mejoría,
tras lo cual sufre una insuficiencia respiratoria aguda, que en aproximadamente
el 90 por ciento de los casos tiene una evolución fatal en 24 a
36 horas.
¿Cuál es el tratamiento?
Se deben tomar antibióticos como doxiciclina o ciprofloxacina,
dos pastillas por día. En el respiratorio, durante dos meses. En
el cutáneo, dos semanas. En el caso respiratorio, si el paciente
recibe los antibióticos en las primeras 48 horas de haber estado
expuesto al esporo, la probabilidad de muerte es bajísima, inferior
al 5 por ciento. Por esa razón, es fundamental el tratamiento precoz.
¿Qué se debe hacer con un sobre sospechoso?
Ante la menor sospecha se debe poner la carta en una bolsa de plástico
y entregarla a la policía. Si llega a aparecer el polvito, no se
debe salir corriendo con el sobre porque se desparramaría. Hay
que quedarse tranquilo, dejarlo sobre un escritorio y llamar a la policía.
Se debe descontaminar el ambiente (las superficies con lavandina y la
habitación con el gas glutaraldheído). Sería conveniente
que la persona se quite la ropa y la lave y a su vez que se dé
un baño.
CRONICA
DE UN DIA DE PSICOSIS
Peligro, cartero
Por Cristian Alarcón
¿No tendrá
ántrax? El hombre, distribuidor de correspondencia internacional
para el courrier TNT, repite la frase que más ha escuchado en su
última semana de trabajo de boca de sus clientes. La sola presencia
de su estampa de cartero con uniforme de color naranja parece ser, en
el medio de la psicosis desatada en Buenos Aires, suficiente para despertar
la sospecha en los destinatarios. Es cuestión de imaginar lo que
podría ser ese encuentro desconfiado a partir del lunes cuando,
según ya le informaron sus superiores, llegue con las manos enfundadas
en guantes y un barbijo protegiéndolo como a un cirujano en plena
tarea. De hecho, en los grandes centros de recepción de correspondencia,
entre ellos el Congreso, los empleados que manipulan los sobres utilizan
hace varios días los mismos elementos. Sin embargo, hasta anoche
el Correo Argentino no había dispuesto medidas preventivas, que
comunicaría recién el lunes. Por su parte, el secretario
general de la Federación de Obreros y Empleados de Correos, Ramón
Baldassini, le dijo ayer a Página/12 que los barbijos para los
carteros sería pensar sólo en los trabajadores y dejarles
un problema a los clientes. Por eso, anunció, se analiza
la aplicación de un proceso químico para tratar
las sacas postales apenas llegan a Ezeiza, el lugar por el que ingresa
el noventa por ciento del flujo postal internacional. A última
hora de ayer, el ministro de Salud, Héctor Lombardo, habló
de la posibilidad de ozonizar los sobres en el aeropuerto.
Ayer hubo varios picos en la escalada de miedo suscitada por la noticia
sobre un sobre positivo en Buenos Aires. Por la mañana,
uno de plástico despertó el pánico en un avión
de Lapa recién llegado al aeropuerto El Plumerillo, de Mendoza,
cuando los pasajeros ya habían descendido. Lo encontraron los empleados
de limpieza. Casi a la misma hora, un despliegue de medidas de seguridad
cambió la parsimonia habitual en la Biblioteca de la Universidad
de La Plata, que debió ser evacuada. La paranoia se desató
cuando una empleada abrió un sobre de una supuesta cuenta telefónica
en el que había un polvo blanco. El componente le provocó
irritación en los ojos: la sustancia habría estado mezclada
con gas lacrimógeno.
Donde no abrieron el sobre fue en el despacho del diputado justicialista
Carlos Soria. Pero la traza de la carta llegada a nombre del legislador
que volverá a presidir la comisión bicameral de seguimiento
de los atentados a la embajada de Israel y la AMIA llamó la atención
de las dos empleadas que lo evaluaron: de color blanco, tamaño
oficio, tenía escrito de manera borrosa el nombre de una supuesta
fundación de Massachusetts y la leyenda Información
nueva: tratamiento sobre SIDA. Fue retirado por la Policía
Federal y se suma a la lista de 600 analizados en el hospital Muñiz
y el Instituto Malbrán. Ayer, una de las empleadas del área
donde se divide la correspondencia llegada al Congreso le contó
a Página/12 que desde hace más de una semana utilizan guantes
para trabajar y tres días atrás comenzaron también
a usar barbijos.
Mientras tanto, en los alrededores del viejo edificio del Correo Argentino,
los choferes de las camionetas azules que distribuyen los bultos con correspondencia
extranjera desde la planta central de distribución ubicada en Monte
Grande tenían como casi exclusivo tema de conversación el
ántrax. Nadie sabía qué medidas se tomarían
desde la empresa para neutralizar el peligro que podrían correr
quienes diariamente tienen contacto con las cartas tan temidas. Desde
el Correo Argentino, la vocera Graciela Echeverría le dijo a este
diario que si bien en en algunos lugares trabajaron con guantes,
hasta el lunes no darán a conocer las medidas que se acordarán
en un todo con los gremios y las asociaciones sindicales.
Argentina tiene doce lugares de ingreso de correspondencia del exterior
pero el 90 por ciento lo hace por Ezeiza, describió el sindicalista
Baldassini. Es por eso que el plan por el que ya consultaron con la Policía
Aeronáutica y la Gendarmería consistiría en un censor
detector de polvillo o aplicar un agente químico
para esterilizar lacorrespondencia primero en Ezeiza y luego en
el centro postal internacional de Comodoro Py, donde habrá una
segunda aplicación.
Baldassini explicó que Correo Argentino abarca sólo el 27
por ciento del mercado postal. Desde el Gobierno, el ministro Lombardo
sugirió anoche que la esterilización se haría sobre
toda la correspondencia extranjera en el aeropuerto mediante un método
de ozonización. Hay irradiación que puede
destruir las esporas del bacilo del ántrax explicó
a Página/12 el director del Instituto Malbrán, Andrés
Ruiz. Puede utilizarse una cámara de esterilización
como la que tiene la Comisión de Energía Atómica.
El problema sería el costo de ese método, ya que su valor
es de 300 pesos por cada metro cúbico de papel que se somete a
ese proceso.
HABLA
LA MUJER QUE RECIBIO EL SOBRE
No tengo nada que ver, soy un perejil absoluto
Por Alejandra Dandan
Soy una ciudadana civil
como cualquiera: un perejil absoluto. No puede dejar de repetirlo.
Es la mujer cuyo nombre ayer quedó atrapado en medio de una guerra
que ni siquiera conoce. Recibió el primer sobre de ántrax
confirmado en el país. No es famosa, ni tiene familiares vinculados
a la política ni a alguna compañía norteamericana:
Nada de nada: no tengo nada que ver con todo esto. Esa mujer
cuyo nombre Página/12 ha decidido mantener reservado a pedido de
ella se entrevistó con este diario para contar la historia que
comenzó hace una semana, cuando un sobre enviado desde La Florida
entró en su casa de Parque Patricios. Nunca abrió ese sobre
y, aunque su cuerpo no ha manifestado ningún síntoma, mañana
se someterá al test de prueba ordenado por el Hospital Muñiz.
La mujer que será llamada Patricia durante la nota tiene una única
hipótesis construida: una cuenta en el Citibank y la posibilidad
de que para algunos ese símbolo baste para fabricar enemigos.
Patricia es publicista retirada y tiene dos hijos, uno de los cuales no
vive en la Argentina y aún no sabe del tema. Ahora que pienso
dice, tal vez sea esa cuenta en el Citi lo que los impulsó
a mandarme la carta. Para Patricia, el banco podría funcionar
para sus enemigos fantasma como un símbolo del poderío americano:
Habrán encontrado mi nombre en un mailing y me lo mandaron.
Recién ayer a la mañana y por una llamada del hospital supo
que el sobre era el suyo. Hacía una semana se había desecho
del que había llegado a su casa. Lo dejó cerrado en una
bolsa de plástico en la comisaría 32ª de su barrio.
Desde ese momento, no tuvo más noticias, hasta que la llamaron
del hospital.
A la mañana había leído los diarios, pero la información
creyó, no coincidía con la suya. De acuerdo
a los datos, la correspondencia que a esa altura analizaban en el Malbrán
era de una empresa de cruceros. Creyó que su sobre era distinto,
pero no lo era: ella nunca había visto el contenido.
El viernes 12, cuando en la Capital estallaba la paranoia por el fantasma
del ántrax, en el buzón privado de su casa entraba un sobre
de tamaño carta, algo alargado, con el remitente de Florida. Patricia
recién lo vio un día después, sobre el escritorio
de su casa donde habitualmente se sienta a escribir algunas historias
de su padre. Encontró tres sobres: dos eran parte de la correspondencia
habitual, el tercero le pareció extraño.
¿Por qué le pareció sospechoso?
Al ver el sobre con el remitente de Florida, como estábamos
todos psicopateados, me asusté. En ese momento, se escuchaban las
noticias sobre Miami; ahora se extendió desde Estados Unidos a
otros lugares. Pero esa semana, todo lo que tenía que ver con Miami
era sospechoso.
¿Decidió entregarlo?
Hasta me sentí excesivamente prudente: prefería que
se rieran de mí pero quería ver qué pasaba con todo
esto.
¿Intentó abrirlo?
Mi hijo lo dejó arriba del escritorio. No sabía de
qué se trataba: lo levanté, lo miré y vi que tenía
todos mis datos muy bien escritos con código postal, por computadora.
Perfecto, una cosa muy formal, era con franqueo pago, sin estampilla,
e impreso.
En el sobre había un membrete importante, el mismo que, como supo
después, le había llegado a otros ocho vecinos del barrio.
El membrete da los datos del remitente. De acuerdo a esa información,
la carta se la mandaban de la Oficina de Administración de
RPR/OFV-División de Archivos. Los datos que siguen son: 2901-Woaklan
Park Blvd STE -B-7 FT. Esta descripción no la sorprendió
tanto como el rótulo cruzado y escrito en español. Esa leyenda
dice: Esta correspondencia decía es personal
y contiene material que debe ser abierto solamente por el destinatario.
¿Ese papel le llamó la atención?
Ese cartelón me sorprendió: si es una promoción,
pensé, los tipos qué más quieren que alguien la abra
por error así la leen dos personas en lugar de una.
¿La procedencia era habitual?
Si bien todos los días me mandan promociones de todos los
lugares que yo no pedí y van a parar al tacho ni bien las abro,
ésta era de Estados Unidos: una cosa es que vendan las bases de
datos de las tarjetas o bancos y otra que el asunto ya sea internacional.
Como nunca me mandan promociones de Estados Unidos, excepto de American
Airlines por las millas, me llamó la atención que sea de
ahí: nadie tiene mi dirección.
Dos policías recibieron el sobre en la seccional 32ª. Ese
día habían recibido allí otras ocho cartas iguales.
Algunas estaban abiertas y las habían revisado. Le contaron eso
y la tranquilizaron: Mire señora le dijeron son
publicidades, no le de bolilla porque todo esto no es nada. En ese
momento, Patricia pensó:
Uy, qué suerte, era un tarado que tuvo la macabra idea de
usar esto como propaganda.
¿Se comunicó ahora con el Muñiz?
Me llamaron para preguntarme todos los datos: me preguntó
el médico si estaba tranquila y yo estaba más tranquila
que él. Ahora me estoy preocupando: dicen que estoy demasiado serena.
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