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REPORTAJE EXCLUSIVO A AMY SMITHSON, EXPERTA EN BIOTERRORISMO
“Esto puede ser peor que la radiación”

Interrogada por Página/12 acerca de los ataques con ántrax en Estados Unidos y Argentina, una de las principales expertas norteamericanas en el tema explica los peligros
de la situación.

Las esporas del ántrax en una imagen amplificada divulgada por el Pentágono en EE.UU.

Por Gabriel A. Uriarte
Enviado especial a Washington

“Los que hicieron esto no aprendieron a hacerlo por Internet.” Las opiniones de Amy Smithson, que estudia el bioterrorismo desde hace años para el centro de estudios Henry L. Stimson, están súbitamente con mucha demanda en la capital norteamericana. Fundó su Proyecto de No Proliferación de Armas Químicas y Biológicas en 1993, y desde entonces ha analizado extensamente las capacidades de estas armas, incluyendo –claro– el ántrax. Recientemente compareció ante el Congreso norteamericano para presentar un informe acerca del potencial de un ataque bioterrorista tras el 11 de setiembre. En común con otros expertos que Página/12 intentó consultar ayer, no se había enterado de la carta-ántrax en la Argentina, y ya estaba abrumada de llamados para que hable sobre la ola de bioatentados en Estados Unidos. Aun así, otorgó 15 minutos de su tiempo para aclarar qué es exactamente lo que ahora comenzó a atacar a la Argentina.
–En las últimas semanas se ha intentado minimizar los atentados con ántrax diciendo que el número de víctimas es estadísticamente insignificante. ¿Cómo cifraría la efectividad del ántrax en comparación con otras armas terroristas?
–Me parece que lo primero que tenemos que recordar es que un ataque biológico siempre será tema de tapa en los diarios, y la publicidad un constante objetivo de organizaciones terroristas. Otro factor importante es que la naturaleza misteriosa y siniestra de estas armas pueden producir un pánico masivo que desestabilice seriamente al gobierno local. La alarma que el ántrax causó aquí en Estados Unidos es un indicio en ese sentido. Finalmente, muchos estudios muestran que los agentes biológicos como el ántrax son cientos de miles mucho más poderosos que, por ejemplo, agentes químicos como el gas sarín. Un estudio de la Oficina de Análisis de Tecnología demostró que un gramo de ántrax puede equivaler a 100 kilos de gas nervioso, como el sarín. En algunos casos el ántrax podría ser muchas veces más letal que un agente radiológico.
–¿Exactamente qué es el ántrax y por qué es tan peligroso?
–Son bacterias, organismos unicelulares que causan una gran gama de enfermedades. No hay que confundirlos con virus, como la viruela, las cuales, a diferencia del ántrax, son altamente contagiosas. Igual, uno de los mayores problemas para lidiar con el ántrax es que sus síntomas son lo que se llama “no-específicos”, lo que quiere decir que pueden atribuirse a una infinidad de enfermedades no letales, tales como la gripe, con los que comparte síntomas de fiebre, dolores, fatiga o tos. Afortunadamente, el ántrax que se ha usado hasta ahora en Estados Unidos es tratable con antibióticos, pero eso no debe ocultar que en muchos casos, cuando los síntomas del ántrax aparecen de forma inconfundible, ya será demasiado tarde.
–Cuando comenzó la crisis se decía que el ántrax era muy difícil de conseguir, pero ahora algunos expertos dicen que la concentración de ántrax utilizado demuestra que los terroristas tienen reservas bastante amplias. ¿Cómo pudieron acumularlas?
–El ántrax puede encontrarse y aislarse, primero, de la naturaleza, el suelo o la piel de ganado. Pero una forma más sencilla para conseguir bacterias letales es ordenar cultivos ya preparados de colecciones científicas de gobiernos, universidades, laboratorios y algunas compañías privadas. Incluso los cultivos más peligrosos pueden conseguirse simplemente con un pedido escrito. A mediados de los ‘90, por ejemplo, uno podía comprar un cultivo de ántrax de una compañía norteamericana por 45 dólares. El marco regulatorio se endureció después de que el supremacista blanco Larry Wayne Harris consiguiera la bacteria de la plaga, Y pestis, ydespués el ántrax. Pero hasta ahora sólo el Reino Unido y Alemania adoptaron restricciones similares, y en todos estos países todavía pueden realizarse transferencias informales. Los terroristas podrían emplear intermediarios en organizaciones que ordenan cultivos para propósitos científicos legítimos, tales como hospitales o compañías farmacéuticas. O también podrían robar cultivos de estos lugares, como hizo el grupo ecoterrorista RISE, que planeaba difundir fiebre tifoidea sobre Chicago.
–¿Pero no hay dificultades técnicas en procesar el ántrax para que sea letal?
–Desde hace años ha habido numerosas advertencias de que obtener el equipo necesario para procesar los cultivos es simple y relativamente barato. Gran parte puede ser exactamente el mismo equipo utilizado por innumerables compañías que fabrican yogur o cerveza.
–¿Qué grado de entrenamiento se requiere?
–Cualquier microbiólogo, biólogo o médico tiene los conocimientos básicos. El entrenamiento que se necesita para dirigir un programa de tóxicos biológicos puede conseguirse en universidades, o las industrias farmacéuticas y biológicas, cuyo número aumenta en todo el mundo. En algunos programas universitarios de agricultura se enseña una combinación ideal de disciplinas para desarrollar armas biológicas. También se pueden conseguir manuales clandestinos, tales como “El Catálogo de los Instrumentos Silenciosos de la Justicia”.
–¿Entonces cuál le parece que es el nivel de quienes lanzaron estos ataques?
–Lo que se ha usado hasta ahora es una forma seca y bien molida del ántrax. Desarrollar esto es técnicamente muy difícil, y requiere personal altamente capacitado. La ventaja de los agentes secos, con partículas extremadamente pequeñas de cinco micrones, es que pueden diseminarse muy rápidamente. Pero por ese mismo motivo se necesitan laboratorios muy bien sellados para manufacturarlos. Le puedo asegurar que el equipo y el conocimiento para desarrollar este ántrax no es algo que se puede conseguir por Internet.

 

Claves

- El ántrax que está siendo enviado a distintos puntos del planeta requiere un sofisticadísimo procedimiento de elaboración, aunque la materia prima básica para hacerlo no es difícil de robar o simplemente obtener por vías de organizaciones que la usan para fines científicos legítimos.
- También se requiere personal altamente capacitado para fabricarlo.
- Y el índice de letalidad de las muestras encontradas puede ser 100 veces superior al del gas sarín, y a veces más eficaz que los Dispositivos de Dispersión de Radiación (DDR), que emiten radiactividad sin necesidad de recurrir a la fisión del átomo.

 

EL PELIGRO QUE SE VIENE
Y ahora, la viruela

Todos miran al ántrax, pero hay otra amenaza que puede ser tan mortal: la viruela. La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gro Harlem Brundtland, pidió a su grupo consultivo sobre la viruela que revise y eventualmente cambie sus directivas sobre la vacunación contra este virus, que hasta ahora sólo afecta a individuos con peligro directo de exposición, como investigadores de laboratorio que trabajan con el virus. Hasta el momento no hay reportes de un uso deliberado del virus de la viruela. De todos modos, el temor parece fundado: la viruela tiene un 33 por ciento de mortalidad y es contagioso, dos diferencias con el ántrax.
Según la OMS, la viruela fue erradicada hace 25 años en casi todo el mundo. Desde principios de los 80, todos los países pusieron en práctica programas nacionales de vacunación contra el virus, y su efectividad fue alta. “Desde entonces, no ha habido ningún caso natural y apenas un accidente conocido en laboratorio”, dijo la organización en un comunicado. Sin embargo, la doctora Brundtland no descartó cambios en la política de su organización respecto de un virus que parecía erradicado. En Estados Unidos, el pánico ya cundió respecto de la viruela. El gobierno ya pidió al Congreso una partida de dinero para comprar 300 millones de dosis de vacunas contra la viruela. En realidad, aún no se conoce ningún caso que muestre al virus de la viruela manipulado de otra forma que no sea el contagio natural, pero al parecer, en este momento, ya nada se puede descartar.

 

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