Por Claudio Zlotnik
La idea de pagar salarios estatales
y jubilaciones como el cobro de impuestos en dólares, en una señal
de que se dolarizará la economía antes que devaluar, impulsada
por Domingo Cavallo, es rechazada por el Banco Central. Según pudo
saber Página/12, tanto Roque Maccarone como Mario Blejer, presidente
y vice de la entidad rectora, respectivamente, y un grupo de directores
del BC se niegan en forma terminante a tomar ese camino, a pesar de la
intención del ministro en ese sentido. Piensan que si se implementa
esa medida sería una irresponsabilidad de Cavallo.
Dicen que sólo favorecería la pérdida de reservas
y, por lo tanto, el objetivo de mejorar la confianza se evaporaría
porque esa sangría sólo provocaría una profundización
de la crisis.
Esa posición es relevante en tanto que el Gobierno agita la alternativa
de la dolarización como la salida a un eventual agravamiento de
la crisis. Y los bancos privados junto a las empresas públicas
privatizadas están ejerciendo todo su poder de presión para
que Cavallo suprima el peso como moneda para adoptar al dólar.
La versión de una inminente dolarización recorrió
ayer las angostas calles de la city. En verdad, el Ejecutivo ya avisó
que dolarizaría en caso de una corrida terminal. Al mismo tiempo,
Cavallo tiene pensado permitir el pago en dólares de salarios y
de servicios públicos con el objetivo de enviar una fuerte señal
a la población y a los mercados de que cada vez hay menos chances
de una devaluación. En realidad, en la Ley de Convertibilidad se
dispuso un sistema bimonetario, que haría innecesario esas medidas
en estudio por Cavallo.
Desde el Banco Central, que tiene como función primordial la defensa
del valor de la moneda, ya le hicieron saber que se opondrían a
la medida. Ningún país regala la posibilidad de manejar
su moneda, señaló, en diálogo con este diario,
una alta fuente del BC.
La contundente afirmación del funcionario no sólo intenta
dejar en la vereda de enfrente al ministro de Economía. También
a los grandes grupos bancarios extranjeros y a las privatizadas, que presionan
al Gobierno para dolarizar. Esa sería la mejor manera de salvaguardar
sus activos de una devaluación del peso.
Desde el terreno político, la dolarización también
cuenta con pocas adhesiones. Salvo el Gobierno, que utiliza la palabra
para espantar a los especuladores del mercado, tanto en la Alianza como
en el justicialismo rechazan esta posibilidad. No hay que olvidar que
la dolarización lleva la marca registrada del menemismo.
Hasta anoche, Cavallo no había resuelto si incluir esa señales
de dolarización que tiene bosquejada entre los próximos
anuncios. Tampoco si los realizará mañana o el lunes. En
cambio, lo que sí decidió es incluir un párrafo en
su discurso para negar enfáticamente su renuncia, de manera de
desarticular la ola de rumores que ayer a la mañana sacudió
a los mercados. Pero además, el ministro sabe que fue perdiendo
predicamento en la city. Que los financistas ya no lo aprecian como el
salvador, el economista incansable que sacaría a la
Argentina del pozo mirando fijo a las cámaras de televisión.
El Fondo Monetario ya le hizo saber de su disconformidad sobre el manejo
de la economía en repetidas oportunidades. Y la última vez
que Tomás Reichmann, jefe de la misión del FMI, visitó
al mediterráneo, hace dos días, le repitió que la
máxima prioridad del organismo más que el cumplimiento
del déficit cero es saber cómo hará la Argentina
para volver a crecer.
En la batería de medidas que anunciará Cavallo hay una que
apunta directamente al consumo (baja de tres puntos en el IVA para las
compras con tarjeta) y otra para inyectar entre 500 y 600 millones de
dólares a las pymes y a las economías regionales. Los fondos
saldrán de la línea repo, el seguro anticorridas
contratado por el Banco Central. La idea es que el BC licitará
entre las entidades financieras préstamos al 6 ó 7 porciento
anual, que éstas colocarán entre sus clientes. El objetivo
es evitar que la ruptura de la cadena de pagos, consecuencia de las altas
tasas de interés.
Sobre la situación económica y la política del ajuste
sobre el ajuste, al caer la tarde de ayer, Página/12 dialogó
con un banquero de primera línea en su despacho del microcentro.
Según el financista, es casi seguro que el Déficit Cero
no se podrá cumplir. Que la clave de la crisis pasa porque el Gobierno
no dispone de una estrategia para lograr la reactivación. Entre
los banqueros existe un acuerdo implícito de no hacer olas para
evitar una corrida. Pero, en estricto off the record, trazan un diagnóstico
desolador. Dan cuenta de un vacío de poder a partir del cual se
hace muy difícil negociar con los organismos multilaterales un
apoyo decidido. Ellos quieren ver un plan económico sostenido
por un fuerte aval político. Nosotros lo único que podemos
mostrar es la intención del déficit cero, y encima no nos
creen, relató el banquero a este diario.
No hay nada
definido
Alfredo Castañón, secretario legal y administrativo
del Ministerio de Economía, eludió ayer una respuesta
cuando se lo consultó acerca de si se estudiaba no pagar
el aguinaldo. No, mire, no hay nada definido, de tal manera
que seguir alentando versiones que por otro lado son alarmistas,
me parece que no es adecuado. Inmediatamente, señaló
que lo que tiene que pasar para evitar llevar el recorte
de salarios y jubilaciones al 20 por ciento, y tocar los aguinaldos,
es que acordemos una baja de la tasa de interés, que
eso se va a hacer, y tiene que pasar que aumente la recaudación,
que es difícil pero lo vamos a conseguir. Tanto la
extensión del descuento de haberes como el recorte de los
aguinaldos habían sido anticipados por Página/12 como
las alternativas en estudio en el Palacio de Hacienda para cumplir
con el déficit cero en el cuatro trimestre. Castañón
se convirtió ayer en el primer funcionario de Economía
en admitir que esos temas forman parte de las opciones en estudio.
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En la city suena Paolera
Domingo Cavallo se ha convertido en un blanco móvil al
que le tiran desde distintas trincheras. Una muy poderosa, la de
Wall Street, está generando la versión de que el mediterráneo
está por ser desplazado del Gobierno. En bancos de inversión
de Nueva York crece la hipótesis de que pronto Cavallo le
dejará el lugar a Gerardo Della Paolera, quien empieza a
ser postulado como uno de los candidatos del sector financiero.
Economista ortodoxo, formado en la Universidad de Chicago y ex rector
de la Universidad Torcuato Di Tella, su perfil calza justo con el
gusto de Wall Street. Ayer su nombre sonó con insistencia
en la meca de los negocios en Estados Unidos. Desde otro lugar completamente
distinto, Fernando de la Rúa escuchó ayer otros consejos
sobre qué hacer con Cavallo. El bloque de diputados radicales
se reunió con el presidente en la Quinta de Olivos durante
la tarde. Legisladores del sector alfonsinista le reclamaron a De
la Rúa un cambio de la política económica y
el alejamiento del actual jefe de Economía. Su propuesta
fue que directamente desaparezca esa cartera y se cree un ministerio
de la Producción, mientras que la Secretaría de Hacienda
pase a depender de la Jefatura de Gabinete. De la Rúa, como
de costumbre, no dijo ni que sí ni que no. Escuchó
las quejas de los diputados y explicó, con mucho detalle,
cómo fue que se llegó a la situación actual
y por qué no se puede seguir otra política que la
del Déficit Cero. El presidente dijo entender el malestar
de los legisladores, pero les pidió comprensión y
apoyo. El bloque en su conjunto le expresó que no aprobará
nuevos ajustes.
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CUALQUIER
COMENTARIO DE LOS SOCIOS GENERA POLEMICA
Mercosur hipersensibilizado
Las relaciones
entre Brasil y Argentina se empeñan en emular a las de un matrimonio
mal avenido. Luego de prolongados conflictos, cualquier pequeña
disputa se amplifica al extremo. Esta vez la excusa de Brasil fue la supuesta
propuesta argentina de establecer un gatillo cambiario, impulsada
por Domingo Cavallo. Desde la Cancillería local negaron haber presentado
tal propuesta. En las próximas horas se espera una contraoferta
de Brasil que será discutida por los negociadores de ambos países
en Buenos Aires el jueves y viernes próximos. Por ahora no se hablará
de sectores y se continuará trabajando en la definición
del tipo de salvaguardas a aplicar.
Según informó ayer la prensa brasileña, los autoridades
locales habrían recibido con irritación la propuesta
argentina de establecer un gatillo cambiario, idea alentada
por Cavallo. Es decir, en vez de las salvaguardas sectoriales en
base a las normas de la OMC acordadas el 9 de octubre pasado
en San Pablo tras la reunión de los presidentes de los dos países,
un mecanismo general que establecería compensaciones y barreras
de protección general disparadas a partir de que la
cotización del real alcance un determinado umbral. Siempre de acuerdo
a la prensa de Brasil, la adopción de este mecanismo ya había
sido rechazada como ridícula y absurda por las autoridades
locales. El diario Valor Económico destacó que la
percepción brasileña es la de que Argentina está
intentando transferir a Brasil toda la factura de los problemas causados
por su sistema cambiario, de convertibilidad y paridad con el dólar.
Y ello es considerado como inaceptable por el gobierno brasileño.
Sin embargo, Página/12 pudo saber que la inclusión en la
propuesta argentina de la descripción de un mecanismo de gatillo
cambiario, no fue incluida a modo de propuesta, sino a solicitud
de los negociadores brasileños, quienes querían saber
como funcionaba.
Además, la queja de Brasil fue que Argentina no envió una
lista de sectores que deberían ser protegidos en caso de un aumento
excesivo de las importaciones de productos brasileños motivada
en la continuidad de la depreciación del real. No obstante, no
es esto lo que debían esperar los negociadores de Itamaraty, pues
los sectores a incluir aun no están definidos. Incluso el objetivo
de la reunión de la semana próxima en Buenos Aires será
primero, según fuentes de Cancillería, definir la
naturaleza del mecanismo de salvaguardas. Fronteras adentro los
sectores del calzado, textiles, autopartes y química, esperan ansiosos
algún tipo de protección.
En una entrevista concedida tras la reunión realizada en la semana
pasada en Sao Paulo, el ministro de Economía, Domingo Cavallo,
aseguró que el mecanismo de salvaguardias estaría basado
en las normas de la OMC.
EL
MERCADO, INUNDADO DE RUMORES
Operadores en su salsa
Los omnipresentes
rumores de renuncias no evitaron, a pesar de la baja inicial, que los
principales papeles de la Bolsa de Comercio y los títulos públicos
cierren en alza, el 0,8 y el 1,4 por ciento, respectivamente. El riesgo
país cayó hasta los 1693 puntos básicos, 34 unidades
por debajo del cierre del jueves. Las tasas interbancarias continuaron
en descenso.
El volumen de transacciones en el recinto bursátil se mantuvo dentro
del promedio de las últimas jornadas: 19,2 millones de pesos. En
títulos, se movilizaron 16,7 millones. El índice de MerVal
trepó 8,6 por ciento en la semana y 3,9 en lo que va de octubre.
Sin embargo, mantiene un rojo del 39,2 por ciento desde fines de diciembre.
En una jornada volátil, en gran medida debido al vencimiento de
opciones, también influyeron, como ya es habitual, los rumores
de renuncias de Cavallo. También, proveniente de Brasil, la versión
de una dolarización inminente de la economía argentina.
Después se sumó un rumor positivo: los gobernadores dijeron
al gobierno que está casi listo el acuerdo entre las provincias
y la Nación. Esta sería la explicación para la baja
del riesgo país medido por el indicador EMBI+ del JP Morgan. Así,
se de detectaron compras externas. Las ordenes llegaron cuando las
plazas estaban en baja, indicó otro analista.
En tanto, las tasas interbancarias oscilaron entre 6,5 y 8,0 por ciento
en pesos a tres días.
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