Por Guillermo Blanco
@Todavía tenía la marca en su mano izquierda por la esquirla
de un sifón que doña Tota le había mandado a comprar
y que a él se le había escurrido de entre los dedos porque
quería irse al Estrella Roja a jugar a la pelota. Ya andaba rápido
el Pelusa a los 13 años. Había ganado los Juegos Evita algo
pendiente de la final anterior cuando en Embalse cayeron ante los pibes
santiagueños de Pinto y el fútbol ya era el tema central
de su vida. Bah, aunque no esté escrito en la historia, había
una compañera del segundo año de la escuela Remedios Escalada
de San Martín, en la Lomas de Zamora preduhaldista, que ya le había
clavado la vista.
Acaso ese detalle pudo influir para no sentir tanto el peso de la edad
cuando en agosto de 1975 una huelga de futbolistas profesionales obligó
a que los técnicos escarbaran hacia abajo para conformar los equipos.
Se acababa el Metropolitano y Francisco Campana el DT de Argentinos
que como entreala había sido pareja de Marcos Busico en Chacarita
y en Boca no encontraba al jugador 16 para el partido que debían
jugar nada menos que con el River a punto de ser campeón luego
de 18 años.
El pibe Maradona, el de los jueguitos en el entretiempo, al que aquella
chiquita como él venía a verlo en el 135 y lo encontraba
en una placita de Nazca, se animó a insinuarle Tino Rey, un fenómeno
de tipo de esos que han regado el fútbol argentino con su espíritu
amateur y que hoy ya no está en estas canchas. No, todavía
no, se plantó Francisco Cornejo, el hombre que casi cuatro
años antes fue a buscarlo a Villa Fiorito y recibió el sí
por parte de don Chitoro Maradona, ese obrero de la Tritumol que tenía
sus manos curtidas de tanto hueso molido.
Y Diego, acaso sin darse cuenta de lo que hubiera significado estar tan
cerca de debutar en Primera a los 14 años, esa noche en la cancha
de Vélez se contentó con sus malabarismos de zurda, con
la pelota implorando tocar el piso y la gente aplaudiendo en el entretiempo.
Quien también tuvo la posibilidad de adelantar su futuro fue Adrián
Domenech, quien casi integra el banco durante ese partido histórico
en el que la rompió el puntero derecho Aldo Motoneta
Méndez, quien le hizo pasar ingratos momentos a Rodolfo Raffaelli.
Se puso detrás del arco donde Rubén Bruno le convirtió
el gol del orgasmo mayor al arquerito Norberto Díaz, cuya historia,
como la de tantos otros protagonistas de aquella jornada atípica
del campeonato, la 37ª del Metropolitano de 1975, quedó marcada
para siempre, tanto como para no jugar un solo minuto más en Primera.
Diego volvió a los sábados felices de la octava donde aún
estaba con sus hermanos cebollitas, Leopardo,
el Abelito Carabelli (con quien sería ilustre campeón mundial
juvenil en Japón), Marzolini, Meléndez,
Venado, Flecha y hasta un Pelé,
entre otros. Y cuando Diego no jugaba, el equipo solía perder,
como contra Huracán 2 a 0; San Telmo 4 a 2; Gimnasia 3 a 1 o Banfield
4 a 3...
El ya era grande. Solía actuar en la Quinta y ya lo miraban de
reojo, como ocurrió en sus primeros tiempos en la división
mayor, desde el 20 de octubre de 1976, cuando debutó contra Talleres
hoy hace un cuarto de siglo, y a principios del 77,
cuando algún veterano no veía con agrado el advenimiento
del introvertido melenudo del que todos empezaban a hablar, mientras un
compañero, el Turco Hallar, opinaba lo contrario: Que juegue
el pibe, que es un monstruo..., gritaba en el viejo vestuario que
daba a la calle Boyacá. Nada cambia la historia, pero aún
es libre imaginar, por ejemplo qué hubiera pasado si Diego jugaba
aquel partido frente a River a los 14 años.
La trayectoria del
mejor
Fecha de nacimiento: 30 de octubre de 1960, en Lanús.
Debut en Primera: 20 de octubre de 1976 (Argentinos 0-Talleres 1)
Ultimo partido en Primera: 29 de octubre de 1997 (River 1-Boca 2)
Trayectoria:
- Argentinos (76/80): 166 partidos, 116 goles.
- Boca (81, 95/97): 71 partidos, 35 goles.
- Barcelona (España) (82/83): 58 partidos, 38 goles.
- Napoli (Italia) (84/91): 259 partidos, 115 goles.
- Sevilla (España) (92/93): 29 partidos, 7 goles.
- Newells (93): 5 partidos.
En la Selección:
- Juvenil (77/79): 23 partidos,
11 goles.
- Mayor (77/94): 91 partidos,
34 goles.
Títulos:
- Mundial Juvenil 1979
(Selección)
- Metropolitano 1981 (Boca)
- Copa del Rey 1983 (Barcelona)
- Copa del Mundo 1986
(Selección) (foto)
- Liga Italiana 1986/87 (Napoli)
- Copa Italia 1987 (Napoli)
- Copa UEFA 1989 (Napoli)
- Liga Italiana 1989/90 (Napoli)
- Supercopa de Italia 1990 (Napoli)
- Copa Artemio Franchi 1993
(Selección)
|
|