Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


ENTREVISTA AL TROMBONISTA JAMAIQUINO RICO RODRIGUEZ
“Me siento un revolucionario”

Tocó con todos los mejores músicos de reggae y ska del mundo, incluido Bob Marley. Esta noche concretará su segunda visita a la Argentina.

Realidad: �Las únicas posibilidades para un músico eran la banda del ejército y las orquestas oficiales. Por suerte nunca me rendí, y tuve mi recompensa�.

Rico Rodríguez tiene una larga trayectoria como instrumentista.
El trombonista se presentará hoy,
desde las 21.30, en Niceto.

Por Pablo Plotkin

Los ojos cándidos de Rico Rodríguez, de color indescifrable, relampaguean al hablar de Bob Marley. “Lo adoro, tanto por lo que significa como inspiración artística como por lo que hizo por mí, personalmente. Bob Marley fue el primer artista jamaiquino que me invitó a salir de gira con él. Siempre me ayudó mucho, y creo que nadie ocupará ese lugar que ocupa él en mi corazón. En el mío, en el de los músicos, y en el de la gente de Jamaica.” Rico habla bajito, con cierta apacible sabiduría rastafari y ademanes de mestizo radicado en Londres. Se mudó a la capital inglesa en 1962 para trabajar como trombonista de The Specials, y veinte años más tarde, tras la separación de la legendaria banda británica de ska, volvió a cruzar el Atlántico para pasar los ochenta en Kingston. En 1991 regresó a Londres, al poco tiempo se sumó a la banda de Jools Holland y desde entonces pasa sus días como sesionista de la cúpula musical inglesa, lejos de los tiempos de miseria en el orfanato Alpha Cottage School. Hoy, a las 21.30, en Niceto (Niceto Vega al 5500), se presentará por segunda vez en Buenos Aires.
“Recuerdo que teníamos muy pocos instrumentos”, cuenta Rico acerca de sus comienzos, cuando su madre, una mujer pobre del lado este de Kingston, lo cedió a la institución que fogueó a varios de los precursores del ska y el reggae. “Eramos muchos músicos y pocos instrumentos. Era difícil disponer de uno. Con el tiempo empezó a haber más, pero tenías que arreglártelas con lo que hubiera. Yo toqué el triángulo, por ejemplo, y recién a fines de la década del cuarenta tuve la oportunidad de tocar el trombón.” Cuando se le pregunta si tenían conciencia histórica sobre lo que estaban inventando, Rico responde que no, que ni siquiera se imaginaba que llegaría a ser un músico respetable. “La vida era tan difícil”, expresa. “Por eso muchos de mis amigos se rindieron: cuando terminamos la escuela y no había trabajo, las únicas posibilidades para un músico parecían ser la banda del ejército y las orquestas oficiales. Por suerte yo seguí tocando, nunca me rendí, y tuve mi recompensa.” La recompensa fue haber tocado con The Skatalites, Bob Marley, Lee Perry, The Police, Madness, Specials, Paul Weller. Haber recorrido el mundo con su trombón y convertirse en el instrumentista más prolífico del auténtico reggae de raíces.
–¿Es cierto que en los comienzos solían tocar para los pescadores?
–Cuando me fui de la escuela, ya adolescente, pasaba mucho tiempo en la playa. Mucha veces, cuando llegaba la noche, no teníamos donde ir, así que nos poníamos a tocar para los pescadores, mientras ellos pescaban y cocinaban las presas. A la gente le gustaba lo que hacíamos, nos daban de comer y nos ayudábamos mutuamente. Creo que la popularidad que consiguió nuestra música se debe a esa identificación que tuvimos desde el principio con la gente local, en los puertos centrales de Kingston.
–No debía ser fácil conseguir dinero...
–No, eran tiempos muy difíciles. No podía comprarme un instrumento, pero hacía todo lo que estuviera a mi alcance. Algunas veces ganaba un concurso en el teatro de la ciudad... Pero era duro, eran tiempos muy duros. No había trabajo, no había nada, pero había gente buena. Y mucho talento.
–De los músicos con los que trabajó, ¿con quién aprendió más cosas?
–Yo diría que con mi primer maestro, Don Drummond. A veces era muy severo conmigo, muy agresivo, aunque nunca llegó a pegarme. Creo que yo le agradaba, porque de otra manera sí me hubiera golpeado, como hacía con los demás cuando hacían algo mal. A mí no me pegaba, más bien se enfurecía cuando no le gustaba lo que hacía con mi trombón. Fue mi primera inspiración. Y Aston Barrett, uno de los músicos más grandes del mundo.
–¿Qué hay de Lee Perry?
–Trabajé con él mucho tiempo, y creo que es uno de los tipos con más experiencia y sabiduría dentro de un estudio de grabación. Es unprofesional brillante. Y trata a los músicos muy bien, es muy comprensivo. –¿Qué representa el reggae, en su caso?
–El reggae es un sentimiento original de la gente de Jamaica. Nosotros queríamos tocar canciones, melodías, desligarnos un poco del calipso. Y la necesidad de expresarse tuvo mucho que ver con las dificultades que atravesábamos, y con las que sigue atravesando el pueblo jamaiquino hoy día. Una violencia social permanente, poco trabajo, furia. Pero es gente muy buena, pese a tanta desigualdad social. Y el reggae es una expresión genuina, surgida de ese dolor.
–¿Alguna vez fue rastafari religioso?
–No soy practicante. Algunos rastas van a la iglesia y viven bajo ciertos preceptos. Yo diría que soy un hombre revolucionario. No me gusta la desigualdad, y por mi manera de pensar apoyo a los rastas, desde lo profundo de mi corazón. El primer gran vuelco de mi vida fue cuando conocí a los rastas, y los amo por todo lo que aprendí de ellos. Pero diría que soy un hombre revolucionario, que cree en la justicia. Sólo eso.

 

PRINCIPAL