La caída de Huracán
no se detuvo ni con la llegada de Miguel Brindisi como entrenador, ya
que Nueva Chicago le ganó anoche 3-2 en Parque Patricios. Y pudo
ser peor, pues los visitantes ganaban 3-0 al fin del primer período.
La reacción del Globo le permitió descontar en el segundo.
El golpe para Huracán resultó muy duro porque, con un partido
más jugado, está penúltimo en la tabla del Apertura
con tres puntos, no ha ganado aún y su promedio resulta perturbador.
Por el lado de los de Mataderos, todo es optimismo: tercera victoria consecutiva
venían de ganarles a Central y a Talleres y llegaron
a los 14 puntos, producto de cuatro victorias y dos empates.
El método del que se valió Chicago consistió, durante
el primer tiempo, en cerrarse en defensa, ser firme, solidario y práctico
en la mitad de la cancha y contundente para contraatacar. Martín
Mandra tuvo un rendimiento sobresaliente durante la etapa inicial, superando
siempre a Graieb. Los tres goles de Chicago se produjeron en el primer
período y fueron obtenidos por Christian Gómez y Ariel Jesús
en dos oportunidades. Huracán reaccionó en el segundo y
descontó pronto con los aciertos del zaguero uruguayo Sebastián
Morquio, de cabeza, y Luis González, tras jugada de Soto. Pero
no le alcanzó.
El partido empezó con el vértigo de Chicago para sacar provecho
de los tremendos errores defensivos de Huracán, un equipo por entonces
sin equilibrio. Mandra parecía volar en cada réplica. El
ex jugador del Racing Club, Ferro Carril Oeste y el Rayo Vallecano preparó
los tres goles: el primero y el último mediante desbordes por la
izquierda y el otro con un pase en profundidad desde la derecha. Jesús
resolvía en la red.
Cuando reanudaron quedó en evidencia que Brindisi de ninguna manera
se daba por perdido y que mandó a sus jugadores a tratar de corregir
el papelón. Cuando descontó Morquio el equipo local se despertó
por un rato y la esperanza creció porque el paraguayo Derlis Soto
se metió por el lado izquierdo y habilitó a Luis González,
quien desde una posición frontal acercó las cifras. Cuando
Mandra se fue, los de Mataderos perdieron penetración y definición.
Pero Huracán, de buen segundo tiempo en lo anímico, al menos,
se quedó vacío tras el primer esfuerzo, como sin fuerzas
ni ideas para intentar la hazaña del empate.
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