La
reticencia del presidente Fernando de la Rúa a aceptar la renuncia
del ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, duró unas
horas nada más. Ayer quedó oficialmente aceptada la salida
de Juampi, que fue acompañada por la de su segundo, el secretario
de Políticas Sociales, el también frepasista Pablo Vinocur.
Se suponía que interinamente se haría cargo de la cartera
vacante el ministro de Salud, Héctor Lombardo. Aunque entre el
problema del ántrax y el inminente anuncio del nuevo gabinete,
el interinato de Lombardo sería simbólico. Con la postergación
del acuerdo con los gobernadores, todos los anuncios previstos para esta
semana también se pospusieron, así que las incógnitas
sobre los nuevos ministros persistirían un par de días más.
Anoche, De la Rúa dijo que designará enseguida
al sucesor.
El Presidente había sorprendido el domingo al decir que pretendía
que Cafiero continuara en su cargo. Al mismo tiempo, en Gobierno aseguraban
que Cafiero todavía no había remitido una renuncia formal,
aunque ya lo había hecho desde el fax de su casa a Olivos. Según
comentaban cerca del Presidente, la indefinición podía tener
que ver con las pocas ganas de De la Rúa de andar anticipando datos
sobre cómo será su nuevo gabinete. Pero ante lo dilatado
de la negociación con los gobernadores, por la tarde el vocero
Juan Pablo Baylac confirmó la aceptación de la renuncia.
Igual, Cafiero nunca había puesto en cuestión que había
dejado de ser ministro.
Sugestivamente, quien más suena para ocupar el lugar de Cafiero,
la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, se reunió al mediodía
a solas con De la Rúa. En realidad, la versión es que Bullrich
no asumiría el ministerio de Cafiero sino la llamada Agencia Social
que creará para centralizar toda la ayuda que repartirá
el Estado. A la salida del encuentro, la ministra aseguró que sólo
hablaron de temas de gestión de Trabajo y que no hubo ningún
ofrecimiento de parte del Presidente. No obstante, cuando le preguntaron
sobre el futuro de los beneficios sociales respondió que el
Gobierno va a avanzar en la unificación de las políticas
sociales para poder desarrollar un gran programa.
Cafiero fue criticado por los funcionarios más delarruistas. Por
la mañana, Juampi dijo que lamentaba alejarse del Gobierno, pero
no lamento alejarme en circunstancias de esta naturaleza. También
puntualizó que no le guardaba rencor al Presidente y que renunció
con la conciencia tranquila porque en los peores momentos siempre apoyó
a De la Rúa.
Más tarde, Bullrich lo cuestionó indirectamente al hablar
de los problemas presupuestarios que afectan todos los ministerios. Nosotros
también teníamos la semana pasada una situación compleja
en el ministerio de Trabajo y lo resolvimos conversando con la Jefatura
de Gabinete y con Economía, sostuvo la ministra. Cafiero
justificó su salida en que le habían recortado en un 75
por ciento el presupuesto pautado para el último trimestre, lo
que le impedía cumplir con el reparto de ayuda comprometido. Otro
que opinó fue el secretario general de la Presidencia, Nicolás
Gallo, quien dio su propia interpretación al decir que si Cafiero
no encuentra la forma de adecuarse al déficit cero,
no hay otra manera de seguir en el cargo y la solución
pasa por que se retire del Gobierno. Igual, Gallo consideró
a Cafiero como un gran colaborador, que, sencillamente, consideró
que no podía seguir colaborando.
Gallo es uno de los funcionarios cercanos al Presidente que intenta tallar
en la diagramación de la futura política social. Pero, según
comentó a sus colaboradores, la idea de Gallo es evitar que la
ayuda social quede en manos de políticos, sean del partido que
fueren. Su intención es darle la responsabilidad a alguien vinculado
a las ONG, porque piensa que de esa forma se evitarán los desvíos
en épocas electorales y los recursos serán mejor utilizados.
Viejo amigo personal del Presidente, el secretario general ya le expuso
en algún momento su idea pero, se sabe, De la Rúa suele
ser parco en sus comentarios. Igual, en el entorno presidencial insisten
que el nuevo gabinete es una decisión personalísima
y que nadie sabe nada.
Graciela
Fernández Meijide dijo lo suyo
Varios
políticos opinaron ayer sobre la renuncia de Juan Pablo Cafiero
al Ministerio de Desarrollo Social en desacuerdo con los recortes
presupuestarios. La ex ministra Graciela Fernández Meijide
justificó la renuncia de Juampi en que resulta imposible
seguir adelante con un presupuesto recortado ante una demanda creciente
de ayuda social. De todas maneras, Graciela aseguró que la
salida del último ministro frepasista no implicará
una ruptura entre su partido y el radicalismo. No hay que
confundir lo que es una alianza de partidos con lo que puede ser
presencia o no presencia de personas en funciones, explicó.
En tanto, el secretario general de la UCR, Raúl Alconada
Sempé, opinó que la salida de Cafiero es una
señal muy mala que seguimos dándole a la sociedad
al intentar profundizar los recortes en áreas esenciales
que debe cumplir el Estado, como es el tema social. El gobernador
bonaerense, Carlos Ruckauf, lamentó, en tanto, la falta de
presupuesto social en el país, pero evitó
pronunciarse sobre la renuncia de Cafiero. Es un tema que
tendrá que resolver el Presidente. Yo lo que lamento es que
no haya presupuesto social en la Argentina, manifestó
Ruckauf.
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DEBATE
SOBRE COMO SIGUE EL FRENTE EN DIPUTADOS
Los
rupturistas son mayoría
Por
F. Y.
Los
más se quieren ir de la Alianza, los menos quedarse. El problema
es cómo resolver esta disyuntiva sin provocar bajas. Todo parece
indicar que en el Frepaso no lo lograrán. Una u otra definición
provocará una fractura importante en la fuerza política
que supo construir Carlos Chacho Alvarez. Un grupo importante
de diputados afirma que ha llegado la hora de disolver la Alianza y retomar
la autonomía. Parte de la conducción del bloque, en cambio,
sostiene que es preciso acordar una posición conjunta con el sector
más crítico de la UCR con los que se forzará un cambio
en el rumbo del Gobierno. La definición, dicen, se producirá
esta semana.
Ambos sectores se dispensan una larga ristra de críticas. Los secesionistas
insisten que continuar dentro de la Alianza es dilatar el fin de
un ciclo que ya está agotado. Pero al mismo tiempo destacan
que la idea de la autonomía no es una novedad: De hecho,
desde hace tiempo funcionamos con los radicales como un interbloque. Ellos
hacen su vida y nosotros la nuestra, indicó a este diario
un legislador disidente.
Los rupturistas dicen que los que quieren continuar con la coalición
están equivocados si piensan que el radicalismo progresista los
acompañará en esta posición: Nunca romperán.
Siempre terminan defendiendo el partido, destacan. Pero también
advierten que los continuistas esconden una intención no explicitada:
Pareciera que esperan que frente al caos, (Fernando) De la Rúa
realice una última movida para evitar que caiga su gobierno y llame
a una mesa de consenso donde ellos tendrán un lugar.
Para nada. Es una locura lo que piensan eso de nosotros, se
quejó uno de los pocos diputados que insiste con mantener la Alianza
en el Congreso entre los que militan Darío Alessandro y Rodolfo
Rodil. Nosotros, a diferencia de ellos, no estamos pensando con
una visión cortoplacista. Somos diputados ahora y no nos importa
qué pasará en el 2003. Por eso trabajamos en una propuesta
económica junto con diputados y dirigentes radicales para luego
presentarla al gobierno, dijo el legislador a manera de defensa.
Ni uno ni otro sector se atreve a afirmar que la propuesta será
alguna vez tomada en consideración por los hombres del gobierno.
Es más, creen que ni siquiera la tomarán en cuenta: Chacho
le acercó a De la Rúa una carpeta con propuestas poco después
de su renuncia. Es posible que ni siquiera la hayan leído,
arriesga un secesionista. Es probable que suceda lo mismo,
confiesa el continuista a este diario.
Hoy los rupturistas intentarán convencer al jefe de Gobierno porteño,
Aníbal Ibarra que se sume a su posición. Todo indica que
será una tarea difícil. Por la tarde, ambos sectores bajarán
al recinto donde los secesionistas quieren derogar los superpoderes. Habrá
que ver qué hacen los continuistas frente al proyecto que se presenta
como el primer gran choque contra el gobierno.
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