Por
Raúl Dellatorre
No
tanto por lo que pudiera llegar a decir, sino más bien por las
dudas sobre su permanencia en el cargo, la intervención del ministro
de Infraestructura, Carlos Bastos, en la segunda jornada del Congreso
Mundial de Energía, que se desarrolla en Buenos Aires, es la que
concitó la mayor atención. Aunque su breve participación
aportó poco, fueron empresarios de las principales empresas petroleras
con asiento local las que transmitieron, en conversaciones de pasillo,
las garantías que recibieron de altos funcionarios del gobierno
Chrystian Colombo y Domingo Cavallo, concretamente de que
Bastos seguirá en su cargo. Los organizadores respiraron aliviados:
la realización de este decimooctavo congreso mundial ya viene impactada
por el atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos, que raleó
la participación de representantes de países árabes
y de figuras del mundo petrolero occidental que eludieron el convite por
razones de seguridad. Sólo faltaba que renuncie la cúpula
oficial del sector en medio del congreso, comentó más
distendido ahora un allegado a la organización, pese a que todavía
faltan tres jornadas de evento. Lo que en la Argentina de estos días
es una eternidad.
Las consecuencias de la globalización y su relación con
el mercado y el uso de la energía, los movimientos antiglobalización
(ver recuadro), la preservación del medio ambiente y las regulaciones
en los mercados energéticos fueron los temas centrales de los paneles
en la jornada de ayer. La representante de la Unión Europea, Loyola
de Palacio del Valle (Comisión Europea), defendió el uso
de la energía nuclear. Europa no está en condiciones
de renunciar a ningún tipo de fuente, dado que debe garantizarse
el abastecimiento, señaló Palacio del Valle, y en
este punto consideró a la generación nuclear como imprescindible
y estratégica. Hiroji Ota, presidente de la Federación
de Compañías Eléctricas de Japón, abogó
por el uso pacífico de la energía nuclear ante el
previsible agotamiento de los combustibles fósiles y la necesidad
de mejorar la preservación del medio ambiente. Europa y Japón
asumieron una postura defensiva frente a las críticas que en los
últimos años recibe la energía nuclear por los riesgos
ambientales, en particular en materia de eliminación de materiales
residuales.
En su intervención, Bastos hizo referencia a un tema que, sin ser
novedoso, es de interés de las empresas que operan en el país.
La interconexión (entre países) de sistemas eléctricos
y de redes gasíferas redundará en mejor abastecimiento y
a precios adecuados, apuntó. Precisamente, el factor que
atrae a las inversiones gasíferas en el norte de Argentina, así
como también en Bolivia y Perú (región de Camisea)
es la conexión con el área industrial de San Pablo, en Brasil.
La zona apunta a convertirse en el área más dinámica
en inversiones de la región latinoamericana, en la medida en que
las exploraciones sigan arrojando resultados exitosos y se avance en la
construcción del gasoducto de Santa Cruz de la Sierra a San Pablo.
Los empresarios de las más poderosas firmas energéticas
del mundo no dejaron pasar la oportunidad del encuentro sin abogar por
una mayor desregulación en el sector. Fue Rodolfo Martín
Villa, presidente de Endesa (accionista principal de Edesur), el encargado
de poner en el escenario el tema al señalar que los gobiernos,
liberalizando los mercados, se ocupan de que las empresas sean más
eficientes. El subsecretario mexicano de Energía y Desarrollo
Tecnológico, Francisco Barnes de Castro, le respondió que
en su país no esta contemplada (la desregulación)
y no vemos la necesidad de privatizar las empresas de energía.
Por su parte, el presidente de General Electric Power Group, John Rice,
sostuvo que las empresas vamos a invertir mucho dinero en investigación,
y esas inversiones deben estar protegidas por los gobiernos, reclamando
un régimen de patentes más favorable a las transnacionales.
El
Foro de los otros
En
paralelo al inicio del Congreso Mundial, comenzó ayer el
Foro Latinoamericano por el Derecho a la Energía, que convocó
en Buenos Aires a dirigentes sindicales del sector provenientes
de Francia, Brasil, Uruguay, Ecuador, Noruega y Nicaragua. El Foro
fue inaugurado por José Rigane, de la Federación de
Trabajadores de la Energía (CTA) y por el francés
Michel Clerc, titular de la Asociación mundial Derecho a
la Energía. Ambos reclamaron una modificación
radical del comportamiento de los Estados ricos y también
del FMI y el Banco Mundial, para permitir el acceso de las
poblaciones más pobres a la electricidad. Desde el Congreso
Mundial de la Energía, fue el presidente de British Petroleum,
el irlandés Peter Sutherland, quien respondió por
videoconferencia desde Londres. Se refirió a la coalición
heterogénea, pero ruidosa, de activistas y manifestantes,
cuya oposición a la globalización ha ganado la agenda
de los medios de comunicación y causado una impresión
considerable en la opinión pública, y admitió
que muchos de estos activistas tienen buenas intenciones
y grandes ideales. Ante 3 mil empresarios que lo escuchaban
en Buenos Aires, señaló: Tenemos que estar preparados
para debatir las cuestiones planteadas, no esquivarlas.
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