Por
Irina Hauser
Con
fotos y videos de unas vacaciones en familia en Villa Carlos Paz que coincidieron
con el día del atentado a la AMIA, Jorge Horacio Rago, un ex jefe
de operaciones de Vicente López que lleva cinco años entre
rejas, intentó mostrar que no estaba en Buenos Aires el día
del ataque terrorista y que es un hombre normal o sea, insospechable.
Rago negó haber participado en o conocido cualquier extorsión
al reducidor de autos Carlos Telleldín, aunque se lo acusa de haber
intervenido en una de ellas y de armar lo necesario para hacerla pasar
por un procedimiento común. Cuando comenzó a ser interrogado,
quedó tambaleando en varias respuestas. En lo que va del juicio
oral que sustancia el Tribunal Oral 3, los policías que están
declarando se contradicen casi permanentemente.
Rago está acusado la detención ilegal de Hugo Pérez
que vivía con Telleldín el 14 de julio de 1994.
El policía aseguró que los hombres de su brigada, encabezados
por el ex subcomisario Anastacio Leal, rastreaban a El Enano porque andaba
en un Renault 19 robado y se dedicaba a doblar autos. Relató
que supo que Telleldín se les había escapado
pero consintió que lo esperaran en la puerta de su casa por si
volvía. Cuando Pérez salió de la vivienda relató
lo detuvieron porque no tenía documentos ni podía explicar
de qué vivía.
Sin embargo, hay pruebas de que a Pérez se lo llevaron para exigirle
a Telleldín bienes por su rescate. Era sistemático que los
policías lo extorsionaran a cambio de impunidad en sus negocios
ilegales. Incluso está confeso el abogado Juan Alberto Bottegal
que medió en aquella oportunidad, y a quien Telleldín le
entregó su embarcación Gonzalo. Los ex policías
Diego Barreda y Mario Bareiro también revelaron que la finalidad
era la extorsión. Y Telleldín reconoció que cuatro
días antes había entregado la Trafic con el motor
que se encontró entre los escombros de la AMIA para saldar
parte de sus deudas. Los ex policías Leal y Raúl Ibarra
están acusados de haberse llevado la camioneta.
Rago batió records en el juicio: declaró durante dos tardes
completas. Ayer con camisa pero sin corbata insistió
en que siempre respondía a las órdenes del jefe de la brigada,
Enrique Forgione. Antes no conocía a Telleldín ni
su entorno, explicó sin atacar a El Enano. No hay pruebas,
agregó, de que estuviera siquiera al tanto de la extorsión.
Las preguntas de las partes obligaron a Rago salir de su discurso armado.
Hubo puntos que no supo explicar y entró en contradicciones.
u Aseguró que el médico Ricardo Gómez revisó
a Pérez cuando lo llevaron detenido y labró un informe al
respecto. Pero cuando le mostraron el legajo de Pérez, dijo que
no recordaba cuál era la firma del galeno. Las pericias mostraron
que la firma era trucha, además de que Gómez declaró
que no escribió ningún informe sobre el amigo de Telleldín.
A eso se suma que está probado que Pérez fue golpeado en
su detención.
u Rago dijo que la brigada trabajaba los sábados. Leal declaró
ya en el juicio oral que no, según advirtieron los fiscales.
u En el legajo de Pérez quedó sentado un número de
DNI. Algo extraño si lo detuvieron por indocumentado. El
secretario le habrá preguntado el número, dijo Rago.
u Si el objetivo del operativo era atrapar a Telleldín, Rago no
pudo explicar consistentemente por qué no pidió la captura
del Renault 19 cuando se escapó, si sabían hasta la chapa.
La fuga no es delito y era un peligro para terceros, sostuvo.
Leal, días atrás, en cambio, se amparó en que no
podía modular la radio para alertar. Es evidente que si querían
extorsionar a Telleldín, no iban a ventilar nada.
Como declaró el ex comisario Juan José Ribelli a quien
elogió y dijo haber conocido circunstancialmente Rago dijo
que todo aquel que no se prestó al juego de mentir está
preso y los que mintieron fueron beneficiados. Luego acusó
al juez Juan José Galeano de manipular la causay que le sugirió
que inculpara a Ribelli. A Barreda, Bareiro y Bottegal los llamó
mentirosos. Al final del día le tocaba declarar a Bottegal,
pero se negó, aunque denunció que fue presionado y
coaccionado, durante la instrucción de la causa AMIA.
Mensajes
de Al-Qaeda
La
Corte Suprema de Justicia, que investiga la voladura de la Embajada
de Israel en Buenos Aires, pidió ayer explicaciones a la SIDE
sobre los mensajes telefónicos en los que la red terrorista
Al-Qaeda se atribuyó un ataque con explosivos en la Argentina.
El ex encargado de negocios en la embajada argentina en Arabia Saudita,
Juan José Echegoyen, reportó hace poco más de
un año a la Cancillería que tres mensajes telefónicos
adjudicaron a Al-Qaeda un atentado en Argentina, que en principio
fue vinculado con el ataque a la mutual judía AMIA, perpetrado
el 18 de julio de 1994. Sin embargo, la Cancillería omitió
informar el hecho a la Corte, que tramita la causa por el atentado
a la Embajada de Israel. Fuentes consultadas por DyN dieron escasa
credibilidad a los supuestos comunicados de Al-Qaeda, la organización
terrorista que lidera Osama bin Laden. |
Dos
presos en la familia
Siguiendo
los pasos de Carlos Telleldín y buscando ganarse un lugar
en el banquillo de los acusados, el hijo de la esposa del acusado
en la causa AMIA fue detenido en la noche del domingo, acusado de
protagonizar un asalto a una panadería de Munro, en el partido
de Vicente López. El joven, de 17 años, fue apresado
junto con otras dos personas mayores de edad, en momentos en que
intentaban escapar de la panadería, de donde se llevaban
70 pesos tras amenazar a los empleados con dos armas, una de ellas
una réplica. Además de este robo, la banda integrada
por el pariente político de Telleldín está
sospechada de haber actuado en otros seis asaltos a la misma panadería
en un lapso de cuatro meses.
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