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La presión del Vaticano que logró parar la obra del hotel en Recoleta

Una empresa quiere levantar un hotel en el predio del Palacio Duhau, vecino a la Nunciatura. La obra fue aprobada, pero el nuncio se opone. Ayer fue suspendida: habrá una negociación.

Por Eduardo Videla

La empresa que proyecta construir un hotel cinco estrellas en un terreno perteneciente al Palacio Duhau, en Recoleta, decidió suspender las obras para iniciar una negociación con la Nunciatura Apostólica –la Embajada del Vaticano, cuya sede es vecina a la construcción– que se opone en forma tenaz a la realización de la obra. El proyecto para levantar un hotel de catorce pisos está aprobado por el gobierno porteño, en un procedimiento que fue cuestionado con dureza por el nuncio apostólico, Santos Abril y Castelló. El diplomático invocó normas de seguridad en torno a las embajadas, fijadas por la Convención de Viena, y logró el apoyo de 52 embajadores, entre ellos los de Estados Unidos, Francia y Alemania.
El caso, que amenaza con convertirse en un conflicto diplomático, debe ser resuelto en distintos planos. Por un lado, la Cancillería debe resolver si la Convención de Viena –a la que adhirió el país en 1963– es aplicable al caso de la construcción de un hotel junto a una embajada. Por otro, en la Legislatura se debate si la aprobación del proyecto se realizó de acuerdo con las normas vigentes. En ese marco, el secretario de Planeamiento Urbano Porteño, Enrique García Espil, concurrió ayer por segundo día consecutivo a brindar un informe en una reunión ampliada de presidentes de bloques.
En esa reunión se divulgó una nota de cuatro carillas, sin firma pero con sello de la Nunciatura, donde se hace un listado con todos los cuestionamientos y objeciones que la representación diplomática del Vaticano hace a la obra.
El Palacio Duhau es una construcción ubicada en la avenida Alvear al 1600, cuyos fondos dan a la calle Posadas, que corre paralela a la primera. Los dueños del predio proyectan convertir el palacio en un centro de compras vinculado a la moda, y en lo que era el jardín de la propiedad, levantar un hotel cinco estrellas. Este terreno es lindero con el edificio de la Nunciatura.
La Secretaría de Planeamiento autorizó la obra, aunque rechazó el pedido para levantar 17 pisos y fijó una altura máxima de 14 plantas. La Nunciatura hizo conocer sus objeciones, basándose en la Convención de Viena que, en general, se refiere a la obligación de los Estados de “adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño, y evitar que se turbe la tranquilidad (de la sede) o se atente contra su dignidad”. El 25 de junio último, el gobierno porteño pidió la opinión del procurador de la ciudad, Juan Carlos López, quien dictaminó que la Convención de Viena no resulta aplicable a la aprobación de obras en la ciudad.
García Espil concurrió el viernes a la Legislatura para dar explicaciones sobre el tema. Los legisladores de la oposición le pidieron que analizara la posibilidad de paralizar la obra hasta tanto la Cancillería defina si es aplicable o no la Convención de Viena a este caso.
Ayer, el secretario de Planeamiento volvió a reunirse con los diputados, y les llevó una novedad: el propietario del emprendimiento, Juan Scalesiani, dueño de la empresa El Rosario, decidió en forma unilateral suspender la obra, que hasta ayer consistía en trabajos de desmonte y demolición de una construcción vieja, sobre la calle Posadas, y reunirse mañana con representantes de la Nunciatura para buscar una solución negociada al conflicto.
En el gobierno porteño reconocen que el problema es grave. “Aplicar la Convención de Viena a este caso ampliaría el reclamo a otras sedes diplomáticas: habría que demoler el hotel Hyatt, ubicado junto a la Embajada de Francia, por poner un ejemplo”, dijo a este diario una fuente calificada. Y agregó que si se paraliza la obra, “se corre el riesgo de originar una demanda millonaria por lucro cesante contra la ciudad”. En la reunión de ayer, el diputado Julio Crespo Campos actuó como virtual vocero de la Nunciatura: presentó un paper de ésta en el cual se hacen severas objeciones al proyecto.
El tema no quedó cerrado: si no prospera la negociación entre la empresa y el nuncio, la oposición amenaza con plantear la paralización de la obra a través de la sanción de una ley.

 

 

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