Por
Roque Casciero
¿Qué
sucede cuando la tecnología modifica al arte? Esa parece ser la
pregunta detrás de Paradigma, el programa ideado por
Adolfo Rozenfeld que Canal á emite todos los martes a las 19 (con
repeticiones los sábados a las 10.30 y los martes siguientes a
las 4, 7 y 13.30). Rozenfeld fue el creador de los micros Código
de barras, que relacionaban a un personaje conocido con un tema
en particular. Una tarde, el realizador le mostró el software de
composición de video que tenía en su computadora a Fernanda
Rotondaro, productora general del canal: allí surgió, de
modo natural, la idea del programa. Teníamos la idea de hacer
un programa sobre arte y nuevas tecnologías, y nos pareció
que la estética debía ser acorde, explica Rotondaro.
Por eso, Rozenfeld echó mano a su cámara digital y a sus
programas de computación, y armó trece envíos de
media hora en los que la forma y el contenido encuentran una perfecta
relación.
El que saldrá al aire hoy es sobre Denver, un artista visual que
arma collages con las fotos que toma con su cámara digital, y Pommerenck,
el proyecto electrónico de Miguel Castro (cantante y guitarrista
de Victoria Mil). Y las repeticiones de la semana anterior, más
temprano, muestran a los músicos Cineplexx y Francisco Bochatón,
y al videasta Gastón Duprat, ex productor de Televisión
abierta. Durante las siguientes semanas se podrá ver cómo
trabajan su música Audioperú, Flavio Etcheto y Leo García,
los diseños en video del grupo Fase y la labor en web art (arte
por Internet) de Mariela Yeregui, entre otros.
La idea de paradigma me llama la atención porque tiene que
ver con el sistema de valores de una época, explica Rozenfeld.
Creo que en este momento se están reemplazando los paradigmas
y todavía no se sabe muy bien cuáles son los que vendrán,
sobre todo en torno a la relación hombre-máquina. Cuando
hice el programa, mis hipótesis eran muy optimistas, aunque con
lo que sucedió con los ataques a las Torres Gemelas ya no estoy
tan seguro al respecto. Hasta ese momento, la forma de mirar el mundo
estaba cambiando. Rozenfeld estudió periodismo y tiene un
gran amor por la fotografía, pero no sabe bien cómo definir
su trabajo, en el que se mezclan el diseño gráfico y la
composición de audio y video. Generalmente, en el campo del
video se habla de edición, que es cortar y pegar fragmentos con
una narrativa temporal. A mí me interesa más la composición,
que es pegar una capa encima de otra y modificar el conjunto. Esto es
algo usual en la publicidad, pero quisimos usar esta concepción
para hacer algo artesanal, en donde usamos mucho la relación con
el espacio y el vacío, afirma.
Rozenfeld dice que uno de sus objetivos era construir un discurso audiovisual
tan contemporáneo como el de la MTV, pero en el cual la modernidad
no estuviera basada en la velocidad alocada. Velocidad opiácea,
para los que disfrutan mirando una pecera, ejemplifica. Además
del recurso remanido de la cámara de video, Paradigma
utiliza recursos de la fotografía digital (con el programa Photoshop
a la cabeza) y al scanner como fuente para una perspectiva diferente de
la de la fotografía convencional.
En la pantalla, a menudo las imágenes se superponen, se multiplican
o se fragmentan, pero el ritmo calmo permite abarcarlas a todas. En los
separadores, encendedores o tarjetas personales bailan coreografías,
por ejemplo. Y los contenidos evitan el costado nerd del asunto.
Apuntamos a la sensibilidad, asegura Rozenfeld. No nos
interesa que los entrevistados digan cuántos mega tiene su disco
rígido sino que sean personas que producen cosas de muy buena calidad
artística, aunque no necesariamente tengan un sustento teórico
para lo que hacen.
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