Por Fernando Cibeira
Al final, el Gobierno quiso
salir a mostrar que el novelón de la negociación con los
gobernadores no lo tiene paralizado. Así que, de a uno, comenzaron
a aparecer los nombres que integrarán el nuevo gabinete. El más
llamativo fue el de Daniel Sartor, quien ocupará el Ministerio
de Desarrollo Social que dejó vacante Juan Pablo Cafiero. Sartor
es un radical rionegrino que desde hacía mes y medio se venía
desempeñando como segundo de Juampi y que ganó una módica
fama como conductor de la camioneta en la que viajaba Raúl Alfonsín
cuando tuvo aquel accidente que casi le cuesta la vida. Pero no
lo nombramos ministro como premio, ¿eh?, bromeaba anoche
un funcionario de la Rosada. El otro anuncio, aunque no del todo confirmado,
fue el de la creación del Ministerio de Turismo, Cultura y Deportes
del que se hará cargo el secretario Hernán Lombardi. Además,
también se crearía una Agencia de Seguridad Social que incluiría
el PAMI y la ANSES y que ahora sería el destino de Patricia Bullrich.
Lo que más destacaban en la Rosada era la afiliación radical
de Sartor, una novedad luego de dos años de frepasistas al frente
de la ayuda social de la gestión de Fernando de la Rúa.
El Presidente había prometido una mayor homogeneización
de su nuevo gabinete, mientras que en su entorno auguraban la llegada
de más radicales. Con Sartor, aseguraban anoche, cumplían
con las dos consignas. Además de radical, el rasgo político
distintivo del nuevo ministro es su estrecha relación con el gobernador
de Río Negro, Pablo Verani, uno de los pocos radicales que salió
airoso de la debacle electoral del 14 de octubre.
Anoche, De la Rúa apareció en la oficina de prensa de la
Rosada con Sartor del brazo. El discurso del nuevo funcionario fue acorde
a los tiempos del déficit cero. Prometió una fuerte
reestructuración de su cartera que incluirá la
reducción de estructuras políticas para que esos recursos
sirvan para la ayuda social. Uno de los argumentos favoritos de
los delarruistas contra Juampi Cafiero era que pese a sus quejas presupuestarias
nunca había reducido la plantilla de contratados heredada. Sartor
mandó una indirecta a sus antecesores: Los programas sociales
son del Gobierno y no de un ministro, dijo.
De la Rúa le tomará juramento a Sartor hoy a las 12.30 en
el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.
La designación de un ministro de Desarrollo Social terminó
con las especulaciones en torno a la creación de una Agencia Social,
una idea que en su momento propuso Carlos Chacho Alvarez para
unificar toda los recursos asistenciales que salen del Gobierno y que
hoy se encuentran repartidos en diferentes ministerios. Con todo, anoche,
en Gobierno, un vocero explicaba que la mentada agencia se creará
pero únicamente para hacerse cargo de la Seguridad Social, que
aunque suene parecido es muy diferente que la anterior. Bajo la órbita
de Seguridad Social quedarían sólo el ANSES y el PAMI, una
iniciativa propuesta por el cavallismo.
Esta nueva agencia, no muy atractiva por cierto, sería finalmente
el destino que podría tocarle a Patricia Bullrich si es que De
la Rúa decide correrla de Trabajo para colocar allí a un
radical de mejor diálogo con los sindicalistas. Uno de los principales
candidatos para este puesto es el todavía presidente de la Cámara
de Diputados, Rafael Pascual. No obstante, Bullrich asegura que el Presidente
no le dijo nada y que sigue ocupada con proyectos de Trabajo.
Por otro lado, quedó prácticamente confirmado que se creará
un ministerio de Turismo, Cultura y Deportes del que se hará cargo
de Hernán Lombardi, actual secretario turístico. El rumor
venía circulando en la Rosada desde hacía un par de semanas
y le dio validez el vocero Juan Pablo Baylac al revelar que era una idea
que estaba en la cabeza de De la Rúa.
Lombardi viene bregando por el Ministerio de Turismo desde la época
de la campaña electoral del 99. Finalmente no ocurrió
desde el vamos, pero la cercanía con el Presidente y más
que nada con su hijo, Antonio, le permitió a Lombardi, al menos,
independizar el área y convertirla en una secretaría que
reportara directamente a Presidencia. Ahora conseguirá su objetivo
con creces. Porque no sólo ascenderá de categoría
Turismo, sino que añadirá las áreas de Cultura y
Deportes en la lógica de achicamiento con la que el Gobierno quiere
teñir la reestructuración. Hasta ahora, Cultura está
a cargo de Darío Lopérfido y también depende directamente
de Presidencia. En cambio, Deportes que maneja el frepasista Marcelo
Garrafo, integra la estructura del Ministerio de Desarrollo Social.
En los días previos, se decía que la nueva cartera significaría
la salida de Lopérfido otro amigo de Antonio que comenzó
la gestión siendo vocero presidencial y luego quedó limitado
sólo a lo cultural. Sin embargo, ayer, cerca de Lopérfido
explicaban que lo que Baylac había dado a conocer era sólo
un paper de trabajo pero que si el Presidente la confirmara
él seguirá con todo gusto. Es decir, podría
continuar a cargo de Cultura bajo el mando de Lombardi, con quien mantiene
una relación amistosa desde la militancia juvenil y ya comparte
funciones en el proyecto de turismo cultural.
Baylac también enumeró los funcionarios que seguro continúan
en sus puestos: el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo; el canciller,
Adalberto Rodríguez Giavarini; el ministro de Economía,
Domingo Cavallo y el secretario general de la Presidencia, Nicolás
Gallo. De Patricia Bullrich, dijo que probablemente siga aunque no sabe
en qué área. Supuestamente, el ministro del Interior, Ramón
Mestre, seguiría, mientras que el de Educación, Andrés
Delich, podría anexar la cartera de Justicia.
Lo que a esta altura ya hasta los propios funcionarios cercanos al Presidente
les cuesta saber, es si finalmente se hará una presentación
con los anuncios que restan o los nombres que faltan que no parecen
ser muchos seguirán saliendo de a uno, un poco para tapar
el magro avance de las negociaciones con los gobernadores, algo que cada
día que pasa impacienta más la sensibilidad de los mercados.
PERFIL
DEL JOVEN REEMPLAZANTE DE CAFIERO
Fino, el de Río Negro
Desconocido en la Capital, Daniel
Fino Sartor, flamante ministro de Desarrollo Social, es un
hombre conocido en la política de Río Negro. Con apenas
39 años, Sartor asumirá hoy al frente de una cartera con
una historia plagada de accidentes, por la que pasaron Graciela Fernández
Meijide, Marcos Makón y Juan Pablo Cafiero, y que nunca logró
encontrar un rumbo definido.
Nació en una familia rionegrina, de larga tradición radical,
y comenzó a militar desde joven. Fue presidente de la Juventud
Radical de su provincia en 1983. Pero su verdadera carrera política
comenzó al conocer a Pablo Verani. Cuando fue elegido intendente
de General Roca, Verani lo nombró en el área social. En
1995, cuando llegó a la gobernación, premió su lealtad
designándolo primero secretario y luego ministro de Acción
Social. La oposición lo acusó de los manejos clientelísticos
típicos de algunas provincias en la distribución de la asistencia.
Sin embargo, hasta sus enemigos le reconocen la capacidad de trabajo y
la muñeca política que le permitió manejar la relación
con el peronismo y consolidarse de a poco como la mano derecha del gobernador.
Según se comenta en Río Negro, su última movida fuerte,
planificada junto a Verani, habría sido la decisión de impulsar
la candidatura a gobernador del frepasista Julio Arriaga para el 2003.
Con la operación, la línea de Verani consolida la Alianza
a nivel local y se asegura que la oposición interna no le dispute
el liderazgo del radicalismo provincial.
Mientras seguía cosechando apoyos y críticas, Sartor se
hacía un rato para correr carreras de rally en los circuitos locales,
siempre a bordo de su Fiat 128. Fue justamente su condición de
chofer experto la que lo puso al volante el 17 de junio de 1999, en una
4 x 4 en la que Alfonsín se obstinaba en no abrocharse el cinturón
de seguridad. La camioneta volcó y el ex presidente salió
volando y estuvo al borde de la muerte durante dos semanas. Sartor sufrió
como pocos: no sólo porque conducía la camioneta sino porque,
además, conocía a Alfonsín desde que era un joven
estudiante del interior en la Capital que militaba en un comité
de Palermo.
El 4 de setiembre, el jujeño Gerardo Morales dejó la Secretaría
de Acción Social para pelear su candidatura a senador. De la Rúa
buscaba un reemplazante radical del interior. Consultó a los gobernadores,
entre ellos a Verani, quien le recomendó a Sartor. El hombre llegaba
al Ejecutivo nacional.
Pero también hubo nubarrones en su meteórica carrera. En
1994 fue separado del Banco de Río Negro, acusado de manejo irregular
de fondos. La Cámara Tercera de la provincia lo sobreseyó
en abril, poco antes de que asumiera en el Ejecutivo nacional. Otro episodio
famoso ocurrió cuando se desempeñaba como ministro de Verani:
la oposición lo acusó de recibir 90 mil pesos del ministerio
que asume hoy para asistencia social sin explicar nunca a dónde
fueron a parar.
Ayer, sin embargo, Sartor estaba muy lejos de estas cuestiones. Trabajaremos
en una reestructuración del Ministerio, para concentrar todos los
programas sociales, dijo. Y se preocupó por dejar clara su
postura, que contrasta con la rebeldía de su antecesor. Cuando
le preguntaron en qué sector de la UCR militaba, Sartor respondió:
En la UCR de Río Negro somos oficialistas. Yo soy oficialista.
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