Por Laura Vales
El Frente Nacional contra la
Pobreza, los estatales de ATE, los piqueteros, los maestros porteños
y los judiciales del Interior realizan hoy una jornada nacional en contra
del ajuste. La protesta de carácter multisectorial tendrá
como centro una marcha hacia el Congreso; simultáneamente los desocupados
volverán a cortar rutas y en el interior habrá actos y movilizaciones
frente a las legislaturas.
El objetivo es exigir a los diputados y senadores que deroguen la ley
del déficit cero y retiren los superpoderes a Domingo Cavallo,
quien intentará recortar los salarios a estatales, jubilados
y pensionados en un 20 por ciento y además no va a abonar el aguinaldo,
se señaló en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Como reclamo inmediato, en las marchas y piquetes se planteará
al Gobierno que ejecute las partidas pautadas para este último
trimestre, es decir que se paguen sueldos y jubilaciones sin nuevas rebajas,
se envíe a los organismos públicos los fondos previstos
para su funcionamiento y se dé marcha atrás en la reducción
de las partidas para asistencia social y planes de empleo.
La jornada de protesta abarcará a los siguientes actores y medidas:
Los piqueteros cortarán
rutas en los principales partidos del conurbano y una decena de provincias.
Como en otras oportunidades, la concentración más numerosa
estará en La Matanza.
Queremos puestos de trabajo genuinos, fábricas abiertas y
dignidad para los trabajadores, pero también somos realistas y
pedimos por los Planes Trabajar, dijo Juan Carlos Alderete, de los
desocupados de la Corriente Clasista y Combativa. Luis DElía,
de la Federación de Tierra y Vivienda, anticipó que los
cortes serán multisectoriales y que a partir de la semana próxima
los desocupados harán asambleas regionales en el interior para
coordinar nuevas acciones a nivel nacional.
Los piquetes se mantendrán desde la mañana hasta las 10
de la noche.
La Asociación de Trabajadores
del Estado (ATE) para en todo el país por 24 horas. En la Capital
los estatales se concentrarán a las dos de la tarde en la Plaza
de Mayo y desde ahí se movilizarán hasta el Congreso. La
ley de déficit cero pone al Estado en riesgo de desaparecer,
señaló el titular de ATE Capital, Pablo Michelli. El sindicalista
puntualizó que ya hay organismos públicos con graves
problemas de funcionamiento, como el Instituto Malbrán, el INCUCAI,
el Conicet y las universidades.
Los maestros porteños
de Ctera, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE)
y la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (ADEMYS)
no darán clases e instalarán una radio abierta junto a los
docentes universitarios de la Conadu frente al anexo de Diputados. A las
12.30 habrá una clase pública en Rivadavia y Entre Ríos
contra el ajuste en la educación.
En el Congreso también
se verá a los trabajadores de la Federación Judicial, a
los aeronáuticos y a los metalúrgicos de Villa de Constitución,
junto a otros gremios de la CTA.
La movilización se cerrará con un acto en el que está
prevista la presencia de Víctor De Gennaro, Marta Maffei, Víctor
Medibil y representantes del Frente Nacional contra la Pobreza.
En las provincias se convocó a marchas y concentraciones en Entre
Ríos, Neuquén, Rosario, Córdoba, Corrientes, Salta,
Jujuy, Ushuauaia y Viedma, entre otras capitales.
CESAN
CONVENIOS CON EL GOBIERNO
Hambre en puerta
Por L. V.
Las organizaciones de desocupados
están discutiendo internamente cómo salir al cruce de un
doble problema: además de avizorar recortes en los fondos para
los planes de empleo, antes de fin de año finalizarán los
convenios firmados con el gobierno nacional y los provinciales para el
envío de comida a las zonas más carenciadas. Y no está
muy claro cuántos podrán ser renovados.
Según datos del Indec y la Dirección General de Estudios
y Formulación de Políticas de Empleo, aun en el consumo
de los alimentos más baratos ya se está dando una desigualdad
muy marcada entre los sectores pobres, medios y ricos.
Si se mira el rubro de las harinas, el arroz y los productos de panadería
(¿hay alimentos más accesibles?) se verá que los
argentinos más pobres consumen tres veces menos que la familia
promedio y ocho veces menos que las más ricas.
En la compra de carne el patrón es similar, pero la brecha aumenta
con los lácteos, donde el gasto per cápita del 10 por ciento
más pobre está nueve veces por debajo del que registran
las familias promedio, o es treinta y cuatro veces menor que el consumo
per cápita del 10 por ciento más rico.
Cuando se trata de vestirse, las familias del decil con mayores ingresos
gastan 61 veces más que las ubicadas en el decil más pobre.
Los convenios para recibir alimentos se multiplicaron en los últimos
años y abarcan no solamente al sector público. Algunas organizaciones
de desempleados vienen haciendo con bastante continuidad manifestaciones
frente a los grandes supermercados. En general, aunque sin mayor publicidad,
los híper acceden a entregar comida.
Los técnicos dicen que para medir el verdadero impacto que
tienen los planes de empleo sobre la alimentación de los sectores
más desprotegidos hay que multiplicar el número de
sus beneficiarios por cinco, en la estimación de que de los 160
pesos de un plan Trabajar suele comer toda la familia. Sobre todo en los
barrios del conurbano, ese mínimo ingreso funciona a la vez como
una garantía para que los almacenes y pequeños locales mantengan
el fiado a los vecinos.
|