Un juez de Familia de Morón,
que quiso resistirse a un asalto con una cuchilla de cocina, sufrió
graves heridas al ser baleado por los ladrones. El hecho ocurrió
ayer por la tarde en el domicilio del magistrado, en un barrio residencial
de Ituzaingó. Los asaltantes huyeron sin poder robar nada y el
juez fue internado, en gravísimo estado, en la Clínica San
Juan de Dios, de Ramos Mejía. Recibió tres disparos, uno
de ellos en el cráneo.
El hecho ocurrió en la vivienda de la calle Carabobo 840, alrededor
de las 15. La víctima, el juez Angel Jorge Vernigoni, llegó
a su casa a bordo de un remís. Cuando estaba ingresando en la vivienda,
fue abordado por dos hombres jóvenes que lo encañonaron
y lo obligaron a entrar en la casa, presuntamente con fines de robo.
El remisero ya se había ido, pero el hecho se produjo ante la presencia
de algunos testigos. Lo que ocurrió adentro pudo ser reconstruido
a medias por la policía: el juez y sus agresores se habrían
dirigido hacia el fondo de la vivienda; allí, el juez habría
alcanzado una cuchilla de cocina e intentado atacar a sus agresores. No
se sabe si los alcanzó, pero sí que recibió como
respuesta tres balazos.
Los ladrones huyeron de inmediato, siempre ante la presencia de los vecinos,
y huyeron en un Chevrolet Corsa. Aparentemente no estaban heridos. Los
vecinos, que escucharon los disparos, dieron inmediato aviso a la policía,
que se hizo presente en el lugar minutos después. Entraron a la
casa, que había quedado con la puerta abierta y encontraron al
juez tirado en el suelo, con la cabeza cubierta en sangre.
El hombre fue trasladado a la clínica, donde se comprobó
que tenía un balazo en el cráneo, otro impacto en un brazo
y una tercera herida de bala en una pierna. Quedo internado en terapia
intensiva y su estado es gravísimo.
Vernigoni integra el tribunal I de Familia del Departamento Judicial de
Morón. Tiene 62 años y vive con su esposa y su suegra en
un barrio residencial y céntrico, de clase media alta, en la localidad
de Ituzaingó. Ayer, cuando llegó a su domicilio, su esposa
no estaba y su suegra, una mujer de edad avanzada, no alcanzó a
ver ni a escuchar nada antes de los disparos. Según se supo, el
juez no llevaba armas consigo.
Después del hecho, la policía inició una intensa
búsqueda de los delincuentes. Se elaboraron los identikits en base
a la descripción que hicieron los vecinos: se trata de personas
jóvenes, cuya edad oscila entre los 22 y los 27 años. Los
dos llevaban armas automáticas.
En la investigación interviene personal de la Dirección
Departamental de Investigaciones de Morón y la fiscal de ese distrito
judicial, Norma Beatriz Menéndez.
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