Por Felipe Yapur
La Alianza en el Congreso se
desvanece, se despedaza. La corta vida del bloque oficialista está
llegando a su fin. El Frepaso oficialmente anunciará el próximo
martes su separación de la bancada provocando que el radicalismo
se debilite aún más y acelerando la sustancial modificación
en la relación de fuerzas con el PJ que, de hecho, se iba a producir
el 10 de diciembre cuando se renueve la Cámara baja. Cuarenta días
antes, el justicialismo se convertirá en la primera minoría.
Conscientes de tal debilidad, los radicales alfonsinistas y delarruistas
incluidos se vieron obligados a dejar de lado las diferencias que
expresan sus principales referentes y decidieron mantener cierta homogeneidad
en el bloque para evitar, como reconoció un influyente diputado
de la bancada, que el peronismo nos pase por encima antes de tiempo.
Si bien no compartimos muchas políticas del Presidente, no podemos
permitir que ellos nos quieran voltear el gobierno.
El legislador hacía referencia a lo que ocurrió ayer en
la Cámara baja cuando los radicales, poniendo en práctica
su unidad en la acción, impidieron que el PJ junto a los bloques
del ARI, Frente para el Cambio y casi el 90 por ciento del Frepaso, intentaran
imponer el tratamiento sobre tablas la derogación de los superpoderes
del Poder Ejecutivo. El radicalismo en pleno bajó al recinto y
la oposición no pudo conseguir los dos tercios de los votos para
debatir una norma que, dicho sea de paso, una buena parte de los legisladores
de la UCR dice apoyar.
Como soldados y sin titubear votaron en contra del tratamiento y de los
trece que el martes participaron de la sesión especial que buscaba
este mismo objetivo, sólo tres mantuvieron su posición,
las bonaerenses Liliana Lissi y Margarita Stolbizer, y la chaqueña
Miriam Curletti, cercana al gobernador Angel Rozas.
Los votos a favor de la anulación fueron 123, es decir 13 menos
que los dos tercios de los presentes. En contra hubo 78 y dos abstenciones.
El argumento utilizado por la conducción del bloque, ligado al
presidente Fernando de la Rúa, consistió en remarcar que
la anulación de los superpoderes reduciría el margen de
gestión del gobierno nacional y lo forzaría a consultar
al Congreso al momento de encarar medidas económicas profundas
como, por ejemplo, una reforma impositiva o una modificación de
la estructura del Estado. Por más que parezca esquizofrénico,
políticamente esto no lo podemos permitir, intentó
explicar un legislador que votó contra la derogación a pesar
de creer que es conveniente.
Los justicialistas, mientras tanto, disfrutan de la cómoda situación
en la que están quedando gracias a la crisis aliancista. A partir
de la semana que viene, oficialmente la coalición gobernante ya
no contará con 102 integrantes en el cuerpo. Se supone que los
22 frepasistas incluido Darío Alessandro anunciarán
su divorcio dejando a los radicales con 80 miembros, unos 19 menos que
los que actualmente tiene el PJ.
Ayer, se notó que el divorcio está firme. Tanto, que cuando
ayer el legislador del ARI Héctor Polino, mocionó que la
derogación de los superpoderes se debata la semana que viene, el
frepasista Alejandro Peyrou tomó la palabra para anunciar en
el nombre del bloque del Frepaso que la bancada apoya la solicitud.
Unos metros más abajo, Alessandro sentado en su banca de presidente
se mostraba resignado a la irrefrenable ruptura.
Entonces, si el radicalismo se convierte en la segunda fuerza en Diputados,
el Frepaso pasaría de hecho a ocupar un temporario tercer puesto.
Lugar que sólo mantendrá hasta el 10 de diciembre cuando
la fuerza que supo crear Carlos Chacho Alvarez llegue nuevamente
diezmada.
Fuentes del Socialismo Popular (PSP) confiaron a este diario que sus diputados
anunciarán, durante la semana que viene, la formal separación
de la Alianza primero, del Frepaso después y por último
la conformación de un bloque propio. Entonces, a los 22 del Frepaso
que tiene hoy habrá que restarle 3 diputados del PSP que afectarán
a los 17 miembros que pensaban contar a partir de diciembre.
Esta situación llevó a que algunos legisladores sostuvieran
que los frepasistas deberían rebautizar el bloque con el nombre
de Frente Grande.
De concretarse este daño colateral no deseado, lo que quede del
Frepaso a partir de diciembre cederá el título de tercer
fuerza política en el Congreso al bloque que lidera la chaqueña
Elisa Carrió, que contará con un bloque de 17 legisladores,
la misma cifra que hoy tiene.
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