Por Eduardo Videla
Los tradicionales festejos
en la Plaza de la República, junto al Obelisco, tendrán
un escenario distinto: rampas, escaleras mecánicas y ascensores
comunicarán la superficie con dos centros de servicios turísticos,
que se construirán a cuatro metros de profundidad, bajo cada una
de las plazoletas. Esos lugares estarán conectados, a su vez, con
los actuales pasajes subterráneos, que serán remodelados
para convertirlos en paseos comerciales más atractivos. Esta nueva
área de servicios tendrá luz natural, proveniente de tres
grandes espacios que se abrirán en la superficie e iluminarán
otros tantos patios subterráneos, pero a cielo abierto. La descripción
corresponde al proyecto ganador del concurso de ideas para esa área,
convocado por el gobierno porteño y la Sociedad Central de Arquitectos.
La licitación para realizar la obra se realizaría el año
próximo.
El proyecto está destinado a poner en valor y darle una nueva
función a ese espacio: como el Obelisco es un punto de referencia
para cualquiera que visite la ciudad, la idea era ubicar un centro de
información para el turista, con servicios de reservas, excursiones,
cambio y tours, explicó a Página/12 el secretario
de Planeamiento porteño, Enrique García Espil.
La iniciativa se empalma con la remodelación de la avenida Corrientes,
que incluye el ensanche y arbolado de las veredas a punto de adjudicarse
y un proyecto similar para Diagonal Norte, que incluirá un paseo
de esculturas, según adelantó García Espil.
Cuatro jóvenes arquitectos, de entre 27 y 30 años, fueron
los ganadores entre 63 proyectos presentados, incluidos varios estudios
prestigiosos. Entre las principales condiciones que impuso el jurado se
encuentran la recuperación de los pasajes que cruzan por debajo
la 9 de Julio y se conectan con el subte, y la creación de espacios
subterráneos con luz natural.
Para lograr este efecto, los autores del proyecto diseñaron dos
aberturas cuadradas en cada plaza, y una más en forma de medialuna,
en el sector norte. Desde una baranda, podrán verse los patios
subterráneos, conectados con los sectores comerciales del subsuelo.
Hasta allí se podrá llegar por medio de escaleras mecánicas
y ascensores uno en cada sector de la plaza, a los que se
agregará una rampa en la parte norte. En ese sector estará
ubicado el Centro de Información Turística, que constará
de oficinas para agencias de viajes, transporte aéreo, excursiones,
y representaciones de hoteles, restaurantes y sitios de tango. También
está pensado un lugar especial para las casas de las provincias
y una cartelera de espectáculos.
En el otro sector podrán instalarse locales para venta de productos
típicos, una oficina de correos y un minibanco. En cuanto a los
locales existentes en los pasajes subterráneos donde se alternan
relojerías, venta de posters, artículos electrónicos
y de ferretería se les dará prioridad a los actuales
locatarios para renovar el contrato.
Esos pasillos, que nacieron para facilitar el cruce de la avenida más
ancha, son poco usados por los peatones: son angostos, lúgubres
e incómodos para la circulación. El proyecto prevé
su ampliación y remodelación, convirtiéndolos en
lugares más iluminados y accesibles. Los pasajes son los únicos
lugares existentes en la actualidad. El resto será producto de
excavaciones en la Plaza de la República.
El jurado estuvo integrado por los arquitectos Clorindo Testa y Julio
Keselman, entre otros, y fue presidido por el subsecretario de Planeamiento,
Martín Marcos. El proyecto ganador fue elegido por unanimidad,
porque brinda una respuesta espacial adecuada a la necesidad de
crear un centro de información y servicios turísticos no
sólo para la ciudad sino a nivel nacional, dijo Marcos a
este diario.
Los autores del proyecto son Mariana Leiderman, Diego Centurión,
Demián Calvo, Cristian Proupin y Adhemar Orellana Rioja, con la
colaboración deGustavo Alfaro. La convocatoria a licitación
para realizar la obra corresponde a la Secretaría de Desarrollo
Económico, bajo cuya órbita está la Subsecretaría
de Turismo, que será la encargada de administrar el centro de información
turística. Para la confección de los pliegos, deberán
tenerse en cuenta las características del proyecto ganador.
En la misma ceremonia en que fue anunciado el premio, se convocó
a un concurso de ideas para desarrollar un corredor que conecte los parques
que se construyen sobre el Río de la Plata con el tejido urbano
de la ciudad.
GREENPEACE
DENUNCIO QUE LOS HOSPITALES CONTAMINAN
Pabellón de cáncer en pleno centro
Por Andrés
Osojnik
Pasar por el Obelisco ayer a
la mañana era como llegar de pronto a un hospital de campaña:
cuarenta camas instaladas en la Plaza de la República albergaban
a otros tantos pacientes en pleno centro. Los enfermos, en realidad, no
eran tales, sino voluntarios de Greenpeace, que eligió esa puesta
en escena como marco para denunciar que los hospitales porteños
hacen quemar sus residuos patógenos en incineradores que a su vez
producen dioxinas cancerígenas que pueden enfermar a la gente.
Incinerar no afecta de cáncer. Como fondo de las camas,
una típica foto de la enfermera que pide silencio pero protegida
con una máscara proclamaba ese slogan. Cada una de las camas,
a su vez, mostraba el diagnóstico del paciente: cáncer,
víctima de la incineración.
Entre el desconcierto de la gente que pasaba, Verónica Odriozola,
de Greenpeace aclaraba los tantos: El 82 por ciento de los hospitales
de la ciudad incinera sus residuos patógenos en plantas instaladas
en el conurbano. Y la incineración produce dioxinas que se liberan
al medio ambiente y son altamente cancerígenas.
La entidad ecologista, explicó, eligió este momento para
hacer pública la denuncia porque ahora el gobierno de la
ciudad está llamando a licitación para el tratamiento de
los residuos hospitalarios y es importante que se excluya a la incineración
como método. Odriozola detalló que existen otras
tecnologías para el tratamiento, pero la ley de Residuos Patógenos
de la ciudad, que no está vigente, no prohíbe la incineración.
La ciudad tiene 33 hospitales públicos y la mayoría de ellos
envía sus desechos a plantas incineradoras ubicadas en el conurbano
para su destrucción. En la provincia, ese procedimiento es legal,
pero en numerosas ocasiones se generaron protestas de los vecinos.
En el gobierno de la ciudad reconocen la existencia del método
y el riesgo que conlleva. El porcentaje de hospitales que lo utiliza
es de 70, pero igual es altísimo, admitió Silvia Ferrer,
coordinadora del Programa de Gestión de Residuos de Establecimientos
de Salud. Ferrer aseguró que la política del gobierno coincide
con los planteos de Greenpeace, pero sostuvo que el método no se
modifica porque la ley que sobre el tema sigue vigente en la ciudad es
la nacional, que no prohíbe la incineración. Si nosotros
excluimos de una licitación a las empresas incineradoras, la impugnan,
porque la ley los protege, explicó.
Greenpeace dice que la ley de la ciudad tampoco la excluye.
Es verdad, pero hay un artículo que podríamos usar
para hacerlo.
Lo cierto es que esa ley fue sancionada en 1999 y el Ejecutivo nunca la
reglamentó. Y en la propia Legislatura ya se discute un cambio
para que quede clara la prohibición de la incineración.
Ferrer explicó que el proyecto oficial es que el tratamiento de
los residuos se haga en la misma ciudad, con tecnología propia
y con un sistema ecológicamente aceptable. Ya hay una experiencia
piloto en el Santojanni, reveló.
En tanto, el resto de lo hospitales ya tiene en marcha las nuevas licitaciones.
Con una ley que no excluye la incineración.
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