Por Pedro Lipcovich
Estos padres, de escasos
recursos económicos, lograron participar en la educación
como rara vez sucede en las escuelas: así comentó
un especialista en educación el conflicto que se suscitó
en una escuela de San Miguel, que había negado la entrada a clases
a alumnos cuyos padres adeudaban cuotas: los padres hicieron de inmediato
la denuncia al Ministerio de Educación provincial, que revocó
la medida y apercibió al director. Este reconoció su error
ante todos los padres y éstos se pronunciaron, a la vez, contra
la medida discriminatoria y en defensa del proyecto educativo de la escuela.
El episodio se enmarca en la morosidad generalizada de los padres, bajo
la crisis económica, pero no es del todo ajeno a un tema silenciado:
la falta de transparencia en los subsidios a escuelas privadas, por la
cual hay escuelas para ricos con subsidio y escuelas para pobres que no
lo tienen.
El miércoles, en la Escuela Taller El Pequeño Labrador,
de San Miguel, 16 chicos pasaron el horario de clases sentaditos en el
patio. Las maestras les habían dicho que no podían quedarse
en el aula pues los padres no habían pagado las cuotas. En el cuaderno
de comunicaciones había una nota que anunciaba que quienes no pagaran
se quedarían sin clases.
Varios padres denunciaron ante la inspectora de la Dirección General
de Cultura y Educación provincial, que de inmediato ordenó
dejar sin efecto la medida y sancionó con un apercibimiento al
director del colegio, Esteban Parodi. Juan Odriozola, director de Enseñanza
de Gestión Privada bonaerense, observó que separar
así a los alumnos está fuera de todo sentido común
y contradice las normativas de la provincia. El funcionario agregó
que, además del apercibimiento, hemos abierto un presumario.
El director de Cultura y Educación bonaerense, José Octavio
Bordón, calificó como accionar incorrecto el
del establecimiento.
Odriozola señaló que muchas de las 5400 escuelas privadas
de la provincia soportan morosidad, en un contexto donde muchos padres
han quedado sin trabajo: se debe recurrir al diálogo y mantener
al chico en la escuela. Finalizado el ciclo lectivo, la escuela puede
reservarse el derecho de admisión al año siguiente.
Ayer, las clases se dictaron normalmente y Parodi se reunió con
todos los padres de los alumnos, ante quienes admitió su error.
Y después, varios padres, frente a los medios, salieron en defensa
de la escuela y de su director: El reconoció que estuvo mal,
pero también es cierto que los padres deudores tienen que venir
al colegio a dar la cara dijo una mamá-. Algunos traen a
sus hijos en remís y ese dinero lo podrían guardar para
pagar las cuotas, que son de 35 pesos por mes. Un padre pidió
proteger el prestigio del colegio, que es alto: no podemos dejar
que, por una equivocación, se venga abajo. Los padres señalaban
que el colegio está con problemas económicos y los maestros
están sin cobrar los sueldos.
Según comentó Mariano Narodowsky, profesor titular en el
área Educación de la Universidad de Quilmes, ha funcionado
bien la participación y el control por los padres de la educación
de sus hijos, que no tiene lugar en la mayoría de las escuelas
privadas o públicas. El error del director fue grave pero la comunidad
reaccionó y él hizo una autocrítica pública,
lo cual no es frecuente. Esos padres son de bajos recursos y se ve que
hacen un esfuerzo enorme para mandar a sus hijos a esa escuela.
Además, esa escuela no tiene subsidios, y sucede que el mecanismo
para otorgar subsidios a las escuelas privadas es muy poco transparente:
tendría que basarse en concursos públicos, con igualdad
de posibilidades, y estar sujeto a evaluaciones periódicas. En
la provincia de Buenos Aires hay escuelas a las que van alumnos de nivel
económico más alto que los de El Pequeño Labrador,
y tienen subsidios, observó.
Escándalo en
El Salvador
El intempestivo aumento en los aranceles dispuesto por la Universidad
del Salvador sigue cosechando objeciones. Ayer fue el presidente
del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), Mario
Mena, quien solicitó no alterar la psiquis de
los estudiantes y tratar de no alterar más la situación
de inestabilidad y desempleo y ser prudentes.
El lunes pasado, la universidad anunció un incremento del
50 por ciento en las cuotas de noviembre y diciembre: El motivo
más importante es la morosidad, que aumentó muchísimo
este año, explicó Carlos Sciacaluga, secretario
de prensa y difusión de esa casa. Los alumnos reaccionaron,
y el miércoles más de cien se movilizaron en Córdoba
y Callao para protestar.
Luego de la manifestación, la Universidad comunicó
que los que no paguen, de todos modos, podrán rendir
los exámenes de noviembre y diciembre, y los que se están
por recibir tendrán su título sin problema: por tratarse
de un arancel extraordinario no es aplicable el artículo
12 del Reglamento General de Estudios, donde se dice que para inscribirse
a los exámenes se requiere la constancia del pago de los
aranceles.
Por otra parte, el vicerrector Fernando Lucero Schmidt advirtió
que si la mayoría no paga, habrá que buscar
alternativas como, por ejemplo, aumentar las cuotas futuras.
La cuota mensual promedio, sin el aumento, llega a los 300 pesos.
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PARA
EL PROCURADOR, EL HOTEL SE PUEDE CONSTRUIR
La Nunciatura pierde puntos
Por E. V.
La Convención de
Viena sobre relaciones diplomáticas no constituye un obstáculo
para la construcción de un hotel de alta categoría en un
predio colindante con el de la Nunciatura Apostólica. La
frase pertenece al dictamen del procurador del Tesoro de la Nación,
Ernesto Marcer, formulado a pedido de la Cancillería. Con este
pronunciamiento, se desvanece la pretensión del nuncio apostólico,
monseñor Santos Abril y Castelló, de frenar la construcción
de un hotel cinco estrellas sobre la calle Posadas, en el predio que pertenece
al Palacio Duhau. La obra está paralizada, pero sólo en
forma temporaria, mientras la empresa que construye el hotel y el representante
diplomático del Vaticano negocian una modificación del proyecto.
El procurador, máximo representante legal del Poder Ejecutivo Nacional,
se pronunció ante el reclamo de la Nunciatura, que invocó
razones de seguridad supuestamente contempladas en la Convención
de Viena para impedir la construcción del hotel. Según la
Convención, el Estado receptor tiene la obligación
de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la
misión (diplomática) contra toda intrusión o daño
y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente
contra su dignidad.
En un dictamen de diez carillas al que tuvo acceso este diario,
Marcer concluyó que no se advierte que la construcción
de un paseo de compras y de un hotel constituya por sí amenaza
o peligro alguno para la embajada. Si bien el pronunciamiento no
es vinculante, todo hace prever que fija el criterio que adoptará
la Cancillería.
Mientras tanto, la Legislatura porteña invirtió cinco horas
de su tiempo para tratar un proyecto que pide la paralización de
la obra. La propuesta fue retórica, pues los trabajos ya estaban
paralizados, de hecho, merced a un acuerdo entre la empresa El Rosario,
dueña del palacio Duhau, y el nuncio. Según fuentes de la
empresa, la negociación se lleva adelante en buenos términos
y desembocaría en una modificación del proyecto: no se reduciría
la altura de 14 pisos, pero se cambiarían algunos aspectos que
dejarían conforme al embajador.
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