La dirigencia política en su conjunto pareció haber tomado conciencia ayer de la debilidad del Gobierno y la crisis institucional que lo tiene en jaque, después del fracaso de la negociación entre la Nación y las provincias y de que el justicialismo planteara la posibilidad de una renuncia de Fernando de la Rúa. Ya desde la mañana todos empezaron a hablar del tema y las opiniones se multiplicaron por la tarde, una vez que Domingo Cavallo cortó todos los puentes con las provincias. Hubo, incluso, palabras de la Iglesia, que por medio del obispo de San Isidro y titular de Cáritas, Jorge Casaretto, advirtió que “deberíamos preservar la continuidad del Presidente hasta que termine el período”.
Que los políticos salieran a fijar su posición frente a la crisis que sacude a la gestión de De la Rúa era de esperar a la luz del modo en que se sucedieron los acontecimientos en la última semana. En el plano mismo del Gobierno, Cavallo regresó de Estados Unidos con las manos vacías y después naufragaron las negociaciones con los gobernadores por la coparticipación, a lo que hay que sumar que radicales y frepasistas presentaron un documento que puso en duda la “gobernabilidad”; desde el justicialismo, lo que empezó como una bravuconada de Luis Barrionuevo, cuando el sindicalista pidió la renuncia del Presidente, fue coronado anteayer con el proyecto del delasotista cordobés Eduardo Di Cola para modificar la Ley de Acefalía y con la declaración de Carlos Ruckauf de que “hay que armar un acuerdo para que este muchacho (por De la Rúa) gobierne o deje de gobernar”.
El gobernador bonaerense no azuzó ayer el fantasma de una salida anticipada de De la Rúa, pero sí le exigió “basta de titubeos, de dudas”. “Los argentinos –apuntó– no soportan más medias tintas, no soportan más este rumbo que nos lleva a la cesación de pagos, al 20 por ciento de desocupación; es hora que escuche la voz del pueblo que dijo que es hora de cambiar.”
Desde la Cámara de Diputados, el titular de la bancada del PJ, Humberto Roggero, minimizó la “iniciativa personal” de Di Cola y aclaró que “no involucra a ningún gobernador del justicialismo ni al bloque, porque todos entendemos que el Presidente debe culminar su mandato el 10 de diciembre del 2003”, pero al mismo tiempo echó más leña al fuego al adelantar que el martes pedirán la interpelación de Cavallo. Ese mismo día el peronismo volverá también a la carga con la intención de derogar los superpoderes del ministro de Economía.
“Cavallo tiene que explicar qué pasó en su viaje sorpresivo a los Estados Unidos y qué negoció, porque ni bien llegó al país se frustró el acuerdo al que iban a llegar los gobernadores provinciales con la Nación. Acá hay gato encerrado”, especuló Roggero. De la iniciativa de uno de los hombre de De la Sota en Diputados, el jefe del bloque peronista opinó que “Di Cola ha presentado ese proyecto preocupado por el país, pero no creo que tenga intenciones de adelantar los tiempos ni de evitar que el Presidente pueda culminar su mandato”.
El titular de la bancada aliancista en la Cámara baja, Darío Alessandro, advirtió que “el Ejecutivo se está aislando” cada vez más, “con lo cual en vez de fortalecerse se debilita”, y propuso que “en no más de una semana, tenemos que juntar a todos los que tienen responsabilidad para ponernos de acuerdo en seis o siete items fundamentales”. El frepasista consideró que “el rol que tenemos que jugar nosotros es para darle gobernabilidad a la Argentina pero para que haya gobernabilidad la política debe cambiar”.
En la necesidad de una pronta convocatoria a las fuerzas políticas “para alcanzar un consenso en una agenda estratégica de los grandes problemas del país”, coincidió Carlos Corach, además de alertar que “no se puede tolerar ni un poquito de ruptura institucional”. El ex ministro del Interior menemista evaluó que “agregarle a la grave crisis económica, política y social una crisis institucional sería agravar totalmente todas las variables y sumergir al país en un futuro en el que no se puede prever que características podría tener”. “Hace falta un gran consenso, una gran apoyatura política, que creo que el Gobierno no ha tenido la habilidad de lograr”, se sumó el gobernador de Mendoza, el radical Roberto Iglesias.
“El Gobierno parece estar aislado, tan débil, porque no tiene el acuerdo desde hace ya mucho para esta orientación económica de los partidos que compusieron la Alianza y no ha logrado articular una nueva alianza como era su voluntad”, analizó Federico Storani y agregó: “El Gobierno se tiene que dejar ayudar y debe dar una señal de que receptó el mensaje electoral número uno, que es ver qué pasa con el endeudamiento”.
Raúl Alfonsín también aportó lo suyo. Se quejó de que el peronismo está “actuando con cierta excesiva rapidez en la búsqueda de posiciones”, pero reiteró que “no queremos seguir para nada los radicales en una política de ajuste tras ajuste” y no dejó pasar la oportunidad de pegarle a Cavallo: “Ha perdido credibilidad, no tuvo el apoyo de los mercados que él suponía, incluso en el exterior”.

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