Por Romina Calderaro
Bronca con el presidente Fernando
de la Rúa y ganas de no resignarse frente a la crisis. Voluntad
de reagrupar a los sectores progresistas y avanzar en los
temas en los que todos acuerdan, como la implementación de un subsidio
de desempleo. Con ese espíritu se desarrollaron en Mar del Plata
las jornadas sobre Nuevo Pensamiento Político y Económico
Argentino que encabezaron el gobernador de San Cruz, Néstor Kirchner,
y el presidente del bloque de Senadores del Frepaso de la legislatura
bonaerense, Eduardo Sigal, además de militantes del PJ, del ARI
y del Polo Social. Me impresionó el resultado y el éxito
de la convocatoria, que creemos que no puede ser sectaria ni macartista.
Muy por el contrario, apuntamos a que sea lo más amplia posible
para que acabemos con este mito que construyó la derecha de que
el progresismo no puede gobernar, dijo Kirchner a Página/12.
La sensación, casi puede decirse que la convicción de los
dirigentes que viajaron a Mar del Plata para estas jornadas, es que el
Presidente no va a modificar el rumbo económico. Y que los sectores
progresistas del país tienen que empezar a agruparse
para comenzar a intercambiar opiniones de cara a la construcción
de la Argentina de la inclusión social, según definió
Sigal. En el encuentro, que se hizo en un edificio municipal de Balcarce
y Salta, participaron unos 500 dirigentes, entre ellos Julio Bárbaro,
el juez Eduardo Luis Duhalde, Alejandro Peyrou y Alberto Fernández.
En representación del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estaban
invitados el presidente del bloque de la Alianza de la Legislatura porteña,
Ariel Schifrin; el presidente del Banco Ciudad, Roberto Feletti, y el
secretario de Desarrollo Económico, Eduardo Hecker, quienes confirmaron
su presencia a mediados de semana aunque finalmente no aparecieron. En
diálogo con este diario, Schifrin explicó que la ausencia
no fue por motivos políticos, sino por problemas de agenda
de cada uno. De hecho, Ibarra mantiene una buena relación
con el gobernador de Santa Cruz. Y hace un par de meses ambos se reunieron
en el despacho del frepasista porteño, en un gesto político
que enfureció a los radicales del distrito.
Sobre el encuentro, Kirchner sostuvo que quienes nos juntamos en
Mar del Plata queremos reconstruir algo parecido a lo que en su momento
fue el Frente Nacional y Popular. También dijo que debe ser
el justicialismo la columna vertebral de ese frente progresista. El gobernador,
quien no oculta sus ambiciones presidenciales, está pensando en
un polo que se plantee como una alternativa de poder para que no
sufran los que tengan que gobernar, para que de una vez haya administradores
que asuman los costos naturales de ser gobierno y para terminar con ese
mito de la derecha de que el progresismo no puede gobernar.
A punto de regresar a Buenos Aires, Sigal dijo a Página/12 que
estamos promoviendo un debate transversal para no resignarnos. Como
dijo Julio Bárbaro en su exposición, es hora de que cada
uno deje de pensar en su kiosco para ir avanzando en aquello en lo que
estamos de acuerdo. En ese punto, el senador aseguró que
los sectores de centroizquierda tienen que aprender de la derecha, que
establece sus ideas y las pone en práctica independientemente
del gobierno de turno.
El seminario duró dos días. Se inauguró formalmente
el viernes a la noche y siguió el sábado a la mañana
con un debate sobre la situación económica y un papel que
dedicó a pensar el escenario postelectoral. Se habló de
la necesidad de apoyar el subsidio de desempleo que impulsa del Frente
Nacional contra la Pobreza. En las charlas, los presentes descartaron
que el presidente Fernando de la Rúa vaya a cambiar el rumbo económico
aunque coincidieron en la necesidad de que termine su mandato. El detalle
no es menor si se tiene en cuenta que la semana anterior Luis Barrionuevo
dijo que el Presidente debe dar un paso al costado. Coincidimos
en lo mal que le hizo a la gente esta experiencia, dijo Sigal a
este diario, en referencia a los casi dos años de gobierno de Fernando
de la Rúa. Y agregó que el reagrupamiento del progresismo
al que aspira no tiene por qué ser orgánico.Se trata
de recrear algo parecido a lo que fue el acuerdo del Molino, resumió.
Kirchner prefirió no comparar el encuentro del fin de semana con
aquel acuerdo de 1994, pero habló de la importancia de apuntalar
la transversalidad.
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