Por Ariel Greco
La NBA precisaba un golpe de
efecto. Los niveles de audiencia habían sufrido una caída
considerable, las nuevas estrellas no paran de meterse en escándalos
y están más preocupadas por sus cuentas bancarias que por
el juego y hasta una franquicia se vio obligada a mudarse de ciudad porque
no le cerraban los números: Los Grizzlies dejaron Vancouver para
radicarse en Memphis, en un intento desesperado por mejorar su economía.
Ante ese panorama sombrío, las autoridades de la liga buscaron
una variante reglamentaria para concitar mayor interés de los fanáticos,
derogando la obligación de la marcación personal. Sin embargo,
el impacto que necesitaban llegó el 1 de octubre, cuando Michael
Jordan anunció oficialmente su segundo retorno al básquet,
ahora jugando para los Washington Wizards. Por más que a su nuevo
equipo sólo un milagro lo colocará en los play-offs, la
presencia de Jordan ya es la principal atracción de la liga que
se iniciará pasado mañana. El retorno del mejor jugador
de la historia será en el mítico Madison Square Garden,
cuando los Wizards visiten a New York Knicks.
La vuelta de Jordan modificó muchos planes. De ser uno de los equipos
menos atractivos de la Liga, Washington pasó a convertirse en uno
de los más requeridos. Originalmente, las cadenas televisivas nacionales
tenían previsto emitir un solo encuentro de los Wizards a lo largo
de la temporada. Con Jordan en la cancha, entre la TBS, la TNT y la NBC
transmitirán los cinco primeros encuentros. Además, el sitio
oficial de la franquicia se abre con una cuenta regresiva, que marca el
tiempo que resta para el debut como local ante Philadelphia 76ers del
próximo viernes. Y en Nueva York, cada ticket para el arranque
se cotiza en oro. Por ejemplo, el cineasta Spike Lee subastó su
lugar en la primera fila del Garden. Luego de una dura puja, el afortunado
ganador pagará 105 mil dólares para ver de cerca a Michael.
Su dinero será donado para las viudas e hijos de los bomberos muertos
en las Torres Gemelas.
Claro que los partidos de pretemporada jugados por Jordan y los Wizards
ya dejaron dos certezas para los analistas. La primera, que el astro está
con una motivación y un nivel de juego superior al que se suponía
y esperaba. La otra, que el conjunto dirigido por Doug Collins no tiene
material para aspirar a clasificarse para los play offs, más allá
del aporte del 23. En los ocho amistosos que disputaron, los Wizards apenas
lograron dos victorias, una ante Miami Heat y la otra ante New Jersey
Nets. En cambio, Jordan demostró que sigue siendo determinante
al concluir la pretemporada como goleador del equipo con 22,3 puntos por
juego, a pesar de sus 38 años y de que promedió menos de
30 minutos por partido. No quiero que piensen en mí como
el tipo que llega a resolver los problemas de todo el mundo. Vine a jugar
porque eso es lo que quiero hacer ahora, lo demás vendrá
por sí solo, remarcó Jordan tras la derrota 107-93
ante Boston, que cerró la serie de amistosos. Muchos auguran una
campaña similar a la de la temporada anterior, donde los Wizards
ganaron sólo 19 de los 82 partidos.
La competitividad de Jordan y la ineficacia de sus compañeros ya
generó algunos cruces de declaraciones. El propio técnico
Doug Collins, el mismo que tuvo Jordan en sus inicios en Chicago, admitió
que sus jugadores están intimidados por la presencia del astro.
Es un miedo reverencial, remarcó el entrenador tras
la derrota ante Philadelphia, en un juego que los Wizards dejaron escapar
sobre el final, ya sin líder en el campo. Una noche antes, ni los
41 puntos anotados por Jordan sirvieron para derrotar a New Jersey. Después
de la forma en que perdimos ante los Sixers me propuse enseñarles
a los jóvenes que para ganar se debe luchar hasta el final,
dijo Jordan. Al partido siguiente, los 27 tantos de Jordan resultaron
decisivos para vencer a los Nets, aunque de nuevo quedó marcada
la dependencia. Sólo uno de sus compañeros anotó
más de 15 puntos. No intento ser el único protagonista
del equipo, pero en el último cuarto ycon el resultado sin decidir,
mi obligación era la de meter la mayor cantidad de puntos posibles
para ganarlo. Eso fue lo que hice, aclaró el ex jugador de
Chicago Bulls.
Uno de los desafíos que se planteó Jordan en su regreso
es poder vencer a los talentos de la nueva generación, que lideran
Allen Iverson y Kobe Bryant. Un objetivo que, de acuerdo a lo visto hasta
ahora, será muy difícil de cumplir sin la ayuda de un equipo
confiable. En el enfrentamiento ante Toronto Raptors, Vince Carter opacó
la figura del rey, al anotar 31 puntos, nueve más que Jordan, con
un mejor porcentaje de cancha. Ante Boston, el goleador del juego fue
Antoine Walker, que consiguió 32 tantos contra los 21 de Michael.
Claro que en ninguno de los dos casos el duelo fue mano a mano, ya que
no se marcaron mutuamente. Claro que la última palabra la tendrá
Jordan.
Sin marca personal
Una de las novedades de esta temporada será la regla por
la que ya no será obligatoria la marca personal. La aplicación
de la defensa en zona hará más difícil el trabajo
de las estrellas, que ahora estarán sometidas todo el tiempo
a una doble marca. Según los estrategas de la NBA, este tipo
de defensa hará más fluido el juego, obligará
a realizar más pases para buscar el aro y fomentará
el juego de equipo. En ciertas situaciones, los equipos van
a sacar ventaja de esta medida, y veremos muchas variaciones de
la zona de defensa contra Shaquille ONeal, ejemplificó
Greg Popovich, técnico de los San Antonio Spurs. El entrenador
de Los Angeles Lakers, Phil Jackson, tiene una visión similar.
Para nosotros, este año será más difícil.
Shaq tendrá más presión, pero ello lo hará
mejor jugador, lo obligará a buscar al hombre libre,
comentó Jackson.
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EL
BRASILEÑO, MAXIMO ANOTADOR
Oscar te llena la canasta
El veterano basquetbolista brasileño
Oscar Schmidt se convirtió ayer en el máximo anotador del
mundo con 46.727 tantos en más de 25 temporadas de carrera. Con
los siete puntos que marcó para el Flamengo, el ala de 43 años
y 2,05 metros de estatura batió en el clásico ante Fluminense
el récord que ostentaba el estadounidense Kareem Abdul-Jabbar con
46.723 puntos desde 1989. Quiero agradecer a todos los brasileños,
a los que gustan de mí, dijo el jugador con lágrimas
en los ojos. Agradezco a mi familia, a todos mis entrenadores, al
Flamengo. Esto es mucho más de lo que merezco, señaló
el tirador.
Sin embargo, el record logrado por el brasileño no será
reconocido por la Federación Internacional de Básquetbol,
que seguirá asignando esa marca a Abdul Jabbar, ya que en Brasil
se perdieron las estadísticas de sus primeros seis años
de carrera. Oscar tardó más de diez minutos en marcar el
punto mágico, y ni bien lo consiguió, el juego se interrumpió
para el homenaje. Allí le entregaron una plaqueta que mencionaba
una errónea marca de 47 mil puntos.
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