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CUANDO SE DESPERTO, SE HIZO SENTIR
Entre Boca y Huracán, la diferencia fue Riquelme

Después de un primer tiempo lento y aburrido, el volante se puso las pilas en el complemento y le sirvió la victoria a su equipo. Calvo y Cellay en contra señalaron los goles, y Godoy descontó para Huracán, que estuvo muy cerca de igualar en el descuento. El ensayo de Bianchi, de cara a la final Intercontinental, dejó algunas dudas.

Por Facundo Martínez

En un partido que tuvo un primer tiempo para olvidar y que levantó un poco en el complemento –porque Juan Román Riquelme se metió más en el encuentro–, aunque no llegó a ser nunca un buen espectáculo, Boca derrotó a Huracán por 2–1 y se quedó con el clásico de la undécima fecha, que tuvo pocos espectadores y muy poco de emotividad, salvo en el tiempo de descuento en el que los de Parque Patricios estuvieron cerca del empate. Los goles para el ganador fueron de José María Calvo y de Cristian Cellay, en contra; descontó Alberto Godoy, en el minuto 89, de cabeza. La novedad: el experimento de Carlos Bianchi que, pensando en Tokio, hizo formar a Boca con tres en el fondo, con Chicho Serna como líbero. El colombiano cumplió, pero el esquema dejó dudas.
Fue raro ver a Serna luchando desde atrás y tratando de empujar a sus compañeros hacia arriba, tan raro como ver al juvenil Calvo y al brasileño Jorginho arrancar desde la zona de volantes –el último con un poco más de criterio–, y a Riquelme discutir constantemente, y cualquier cosa, con el árbitro Héctor Baldassi, quien no estaba de ánimo como para cobrar todas las faltas que éste le pedía. También fue raro que Huracán tardara más de media hora para poder aprovechar las ventajas que daban los de Bianchi cuando pasaban en bloque al ataque; que a pesar de la lluvia no se dieran muchas situaciones de gol. Y fue extraño que, tratándose de un clásico, hubiera tan poca gente.
El primer tiempo pasó lento, aburrido. Boca fue un poco más ordenado pero no tuvo criterio en el medio ni profundidad arriba, y Huracán, que se despertó tardíamente, intentó abrir la cancha por los laterales, pero sin generar demasiado peligro. Los arqueros Oscar Córdoba y Martín Ríos hicieron lo suyo para mantener el cero, aunque siempre resolvieron bien.
La segunda mitad fue más interesante. Riquelme se metió en el partido, recostado sobre la izquierda, Delgado jugó por el medio y por afuera y el japonés Takahara peleó todas las pelotas, aunque perdía la mayoría. Con apenas un poco más que Huracán, los locales comenzaron a presionar hasta que llegaron los goles. El primero fue de Calvo, de cabeza, tras una buena habilitación de Riquelme. El segundo surgió de un desborde y centro de Delgado, destinado a Takahara, que Cellay la tocó sin querer contra su propio arco. Boca ganaba bien, pero Huracán no se quedó atrás y comenzó a buscar desesperadamente el descuento. Soto estuvo cerca, pero Córdoba ganó el mano a mano.
Después tuvo su oportunidad el Mellizo Guillermo, pero el remate pegó en el palo. Y sobre el final, tras un corner para los visitantes, llegó el 2-1: ejecutó Soto, saltó y cabeceó Godoy y nada pudo hacer Abbondancieri, recién entrado por Córdoba, quien se había retirado lesionado en la jugada previa.

 

 

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