Por
Gustavo Veiga
La causa 61.484 que involucra a Julio Grondona por el presunto delito
de administración fraudulenta al frente de la AFA perdió
consistencia por una serie de razones inquietantes. La más delicada
consiste en la desaparición de cinco computadoras portátiles
que contenían sensible documentación de la sección
Fiscalización Externa Nº 3 de la AFIP y por lo cual se presentó
una denuncia en el Juzgado Federal Nº 4 del doctor Gabriel Cavallo.
Además, Juan José Madhjoubian, el magistrado que lleva adelante
la investigación sobre el máximo dirigente del fútbol
nacional, tiene dificultades para cumplir con ciertas diligencias debido
a la escasa colaboración que recibió de la Cancillería
para darles curso a varios exhortos y a la poca disposición de
la Policía Federal que sólo designó un perito para
trabajar en el caso. Mientras fuentes judiciales sostienen que el extravío
de las PC equivale a la pérdida de un año de trabajo, Mario
Das Neves, el diputado nacional que el 15 de junio de 2000 realizó
la denuncia contra Grondona, afirma: La causa no da para más;
el juez debe dar una respuesta.
Transcurrieron 16 meses y medio desde aquella presentación y se
percibe que, pese a la numerosa cantidad de pruebas documentales obtenidas
(contratos, constitución de sociedades, estados contables, números
de cuentas corrientes) y los testimonios que constan en la causa, no es
demasiado lo que se avanzó para determinar cuál es la responsabilidad
de Grondona, un grupo de dirigentes afines y ciertas empresas en el entramado
de un negocio que genera cientos de millones como el fútbol. Hay
motivos para sospechar, existen certezas para llamar a indagatorias y
seguimos examinando todo, describen en el quinto piso de Tribunales.
El presidente de la AFA continúa como imputado en la causa principal
que lleva adelante el juzgado del doctor Madhjoubian y, además,
en otros dos expedientes conexos. En uno se le atribuye el delito de desobediencia
y en el restante del fuero penal se investiga una denuncia
anónima que implica a Salvador DAntonio, el presidente del
club Deportivo Italiano, como supuesto testaferro de Don Julio.
La investigación judicial de supuestos ilícitos abarca un
período que arranca en 1998, aunque también se analiza la
evolución de los patrimonios personales y de las sociedades desde
1994 hasta el presente. Mientras continúan recabándose medidas
y los datos recogidos son cruzados entre sí para dilucidar responsabilidades
y comprobar si hubo actos intencionales y dolosos, uno de los temas no
saldados en la causa es la ausencia de un querellante. Al no haberse presentado
ante el juez un damnificado que cumpla, por ejemplo, con el requisito
de ser dirigente, socio o miembro de algún órgano fiscalizador
de una institución afiliada a la AFA, los encargados de la investigación
han quedado en mora con el desarrollo de ciertos pasos procesales. Aducen
que, la falta de un querellante, es funcional a la escasa colaboración
recibida de los auxiliares de la Justicia.
Sin embargo, Das Neves no coincide con este enfoque sobre la importancia
del querellante y sostiene que la causa tiene aportes suficientes
para procesar a los implicados, con Grondona a la cabeza. Es el responsable
con mayúsculas.... Interrogado el legislador sobre por qué
resultaba tan difícil que se presentara un particular afectado
que tuviera la condición de asociado a cualquier institución
de fútbol, respondió: Ser querellante en la Argentina
significa la posibilidad de perder todo lo que se posee. Porque meterse
con gente poderosa como Grondona o los grupos económicos que lo
respaldan o son sus socios, tiene un costo. En mi caso, haber presentado
una denuncia pública contra (Carlos) Avila significó que
me hayan censurado en América TV para cualquier tema. Con directivas
claras hacia los periodistas para que no me entrevisten, ni siquiera sobre
cuestiones ajenas a esta causa.
El diputado justicialista se amarga también cuando recuerda que
esto comenzó en el quinto piso del Congreso durante una reunión
en la queestaban José María Aguilar, Alfredo Bravo, Raúl
Gámez y otras personas. Pero además, conmigo hablaron hace
tiempo seis o siete presidentes de clubes para darme información
y resulta que han ido desapareciendo.
Sea como fuere, las adhesiones que despertó en un principio Das
Neves entre los dirigentes refractarios a Grondona, se evaporaron casi
al mismo ritmo que las expectativas depositadas en su denuncia. Pero todavía
restaba lo peor. Ya no se trata de dirigentes que se esfuman en un santiamén,
sino de información concreta, de datos clave para la causa que
se sustrajeron del viejo edificio del Banco Hipotecario donde funciona
la AFIP.
Computadoras
volátiles
Es curioso, pero el diputado se enteró de que habían
sido robadas cinco notebooks del sector Fiscalización Externa de
la AFIP en el segundo piso del Hipotecario por Líbero.
Indignado, Das Neves comentó el jueves 25 que se pondría
de inmediato en contacto con Horacio Rodríguez Larreta, el titular
de la DGI, para averiguar cómo había sucedido el hecho.
Un par de horas después, el funcionario se comunicó con
este cronista y solicitó más datos sobre el ilícito
que está denunciado en el Juzgado Federal Nº 4 a cargo del
doctor Cavallo.
Rodríguez Larreta aparentaba no conocer el episodio de las computadoras
cargadas con elementos de la causa y se comprometió a realizar
su propia pesquisa sobre el asunto. Aunque también resulta curioso
que no haya reparado en lo siguiente: el lugar que ocupan las oficinas
de la AFIP es un edificio que semeja un laberinto donde, al menos desde
el año pasado, se registran hechos como el que se produjo con las
PC. Una fuente que suele transitar esos pasillos confirmó que varios
empleados resultaron despojados de sus billeteras o de elementos que les
proporciona la AFIP para cumplir con sus tareas. Este habría sido
el caso de los peritos designados para colaborar en la investigación
a cargo del juez Madhjoubian, quienes ya no cuentan con la clasificación
de los datos obtenidos en unos cuarenta allanamientos.
Pese a estas graves dificultades, no existen quejas del magistrado y sus
colaboradores contra los peritos del área que conduce Rodríguez
Larreta, a tal punto que la AFIP visitó el juzgado para analizar
cierta documentación sobre la productora Torneos y Competencias
hace unos días, en el marco de otra investigación. En cambio,
el juez y su secretario, el doctor Daniel Horacio Mauro, no se habrían
formado el mismo concepto de otros auxiliares por situaciones que se plantearon
en algunos operativos.
La fiscalía Nº 34 que entiende en la causa, a cargo del doctor
Jorge Ballestero, tampoco mantendría una relación profesional
dinámica con el juzgado. Consultado por este diario, el fiscal
informó que no tiene delegada la dirección de la investigación,
aunque sí ha incidido sobre ella en su desarrollo. Luego se excusó
por no poder brindar más información: Prefiero no
hacer observaciones por respeto al Tribunal. Dos letrados requeridos
para esta nota y ajenos al expediente, estimaron que Ballestero no
puede perder el rol de acusador por no llevar la dirección de la
investigación, eso no le quita responsabilidad.
Respecto al área jurídica de la Cancillería adonde
fueron enviados exhortos para verificar informaciones en el exterior,
aún no se recibieron respuestas. Madhjoubian analiza, entre otros
escritos, el contrato firmado el 28 de diciembre de 1998 entre la AFA
y TyC sobre la televisación de los partidos que la Selección
Nacional está disputando en las presentes Eliminatorias. Por ese
acuerdo, la asociación que preside Grondona todavía no terminó
de cobrar 15.000.000 de dólares, divididos en un anticipo de 1.200.000
y 38 cuotas iguales y consecutivas de 363.158 dólares. La productora
que conduce Avila, mientras tanto, revendía los derechos por una
suma cercana a los 50.000.000 de dólares.
Un
testigo enfadado
Armando Capriotti, el vicepresidente de Chacarita que de hecho conduce
el club desde que Luis Barrionuevo resultó electo senador por Catamarca,
era uno de los testigos que se aguardaba con más expectativa en
el despacho del doctor Madhjoubian. Según él, fue maltratado
por el secretario del juez, Daniel Mauro, cuando se presentó a
declarar. Quería que dijera lo que él pretendía.
Yo tengo diferencias muy profundas con Grondona, pero confieso que nunca
me impidió hablar en las reuniones del Comité Ejecutivo.
Si afirmara lo contrario, sería un mentiroso. Aunque sí
reconozco que, de 28 miembros con que cuenta el Comité, yo soy
el único tirabombas.
El directivo del club de San Martín, quien también es concejal
peronista en ese distrito, agregó: El funcionario del juzgado
me dijo que yo era una paloma con mis declaraciones, porque afirmaba que
la conducción de la AFA era democrática. A mí nunca
me hicieron callar la boca. Ni a mí, ni al presidente de Argentinos
Juniors, Oscar Giménez, que objeta cosas como yo. Ah, y ahora se
incluyó una nueva voz, la del presidente de Nueva Chicago, Tito
Guerra, que también cuestiona ciertas cosas. Después, no
hay nadie más que hable.
A Capriotti se le endilga en Tribunales su supuesto manejo dual respecto
de Grondona. O sea, que en público afirma cosas que no las rubricó
cuando le llegó el momento de declarar en la causa. Dijo
que no había sijulismo en la AFA... deslizan con sorna. Yo
sí dije que el contrato de TV era una cagada, cuestiona el
hombre de Chacarita.
Desde aquel 15 de junio del año pasado, en que Das Neves se presentó
en el juzgado de Madhjoubian con la certeza de que le apuntaba al corazón
del poder en el fútbol encarnado en Julio Grondona, sus principales
colaboradores, la productora Torneos y Competencias y las empresas de
televisión que controlan el mercado del cable, han pasado demasiadas
cosas, aunque esos acontecimientos parecen no reflejarse en la causa.
La investigación arrancó con tantos bríos, como zozobras
acumula hoy. Y, en parte, refleja los arraigados contratiempos de la Justicia
que acumula expedientes como éste, que ya tiene trece cuerpos.
Apunten
sobre don Julio
Por
G.V.
Hace
un mes, el hotel Elevage, situado en el barrio de Retiro, se convirtió
en el escenario elegido por un grupo de dirigentes para hablar sobre
problemas comunes. Estuvieron allí Luis Barrionuevo y Armando
Capriotti (Chacarita), Oscar Giménez (Argentinos Juniors),
José María Aguilar (River), Marcelo Martín
(Unión), Miguel Angel Lupi (Platense) y varios representantes
más de clubes que juegan en el ascenso. La dinámica
del encuentro el primero de una serie que se repetiría
cada dos meses estuvo marcada por el actual senador por Catamarca
y sindicalista gastronómico.
En ese marco, la renegociación de los contratos televisivos
firmados entre la AFA y Torneos y Competencias quedó en la
agenda de las próximas reuniones. También, otros asuntos
que inevitablemente pasan por lo que determine Julio Grondona desde
su despacho. A esta altura resulta evidente que los directivos en
cuestión, los más críticos de la gestión
que lleva a cabo el vicepresidente de la FIFA y máxima autoridad
del fútbol nacional, buscan discutirle su hegemonía.
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Superávit
en calle Viamonte
Por
G.V.
La
asamblea ordinaria de la AFA que se realizó el último
jueves aprobó el balance con un superávit que ascendió
a 2.614.413,69 pesos, correspondientes al ejercicio comprendido
entre el 1º de julio de 2000 y el 30 de junio de este año.
Esa cifra se desprende de la diferencia entre los ingresos por 69.785.665,13
pesos y los egresos por 67.171.251,44. De ese modo se ratificó
una tendencia que tuvo como motor de las ganancias al seleccionado
nacional. Otra vez, lo que genera el equipo conducido por Marcelo
Bielsa resultó significativo y no sólo en el juego.
La asociación civil que preside Julio Grondona embolsó
gracias a su representativo una utilidad de 3.109.110,14 pesos que
tuvo un peso decisivo en el balance.
Sin embargo, el resultado puede llamar a engaño en el largo
plazo. En la memoria del Tribunal de Cuentas de la AFA consta que
el acuerdo firmado con Agremiados el 10 de mayo de este año
y destinado a pagar deudas salariales de sus instituciones afiliadas
compromete a la asociación y a los clubes involucrados
en el convenio por sumas que podrían impactar en la situación
financiera del próximo ejercicio económico.
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