Por Fernando Cibeira

El nuevo gabinete va asomando de a cuentagotas, con ese tufillo de improvisación que suele impregnar las decisiones cruciales del Gobierno. Daba toda la impresión de que de las reuniones que se sucedían anoche en Olivos saldrían todos los nombres de los nuevos colaboradores del presidente Fernando de la Rúa, pero a la larga sólo pudieron confirmarse tres, que jurarán hoy mismo: Hernán Lombardi en el nuevo Ministerio de Turismo, Cultura y Deportes, el diputado radical José Dumón para Trabajo y Patricia Bullrich que pasará a la también flamante –y un tanto redundante– cartera de Seguridad Social y Agencia Social. Todavía quedaba por definir las jurisdicciones de cada ministerio, ya que la estructura final del futuro gabinete continúa en la nebulosa.
En un principio, los anuncios se harían todos juntos, siempre supeditados al acuerdo del Ejecutivo con los gobernadores. Pero las negociaciones se empantanaron, así que De la Rúa optó por ir sacando anuncios del horno a medida que estuvieran listos, para dar a entender que el Gobierno no se encontraba paralizado. De esta forma fue que surgió de improviso la sorpresiva designación de Daniel Sartor en el Ministerio de Desarrollo Social como respuesta a la renuncia de Juan Pablo Cafiero.
Este fin de semana de maratón de reuniones en Olivos se resolvió que la consigna inicial no ayudaba. Lo mejor sería entonces que De la Rúa anunciara su gabinete, que Domingo Cavallo hiciera públicas sus medidas y que las conversaciones con los gobernadores siguieran por cuerda paralela, con un nuevo protagonismo presidencial. Si bien De la Rúa perdía así la posibilidad de hacer un gran acto de “relanzamiento” de su crítica gestión, al menos los anuncios escalonados lo mostrarían “activo y con poder de mando”, como les gusta imaginar a sus colaboradores.
Ayer llegaron temprano a la residencia presidencial el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo; el ministro de Economía, Domingo Cavallo; el de Interior, Ramón Mestre; y el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo. A media tarde ya se sabía que el Presidente le había ofrecido Trabajo a Dumón y que el ex ministro de Educación de Alfonsín había aceptado. Esto dejaba a Bullrich momentáneamente sin cargo. Al salir de Olivos, Bullrich dijo que “todavía no está la decisión” de pasarla a una nueva cartera que administrara los recursos sociales.
Poco después, las versiones que circulaban en Olivos indicaban que anoche quedaría definido el nuevo gabinete y que probablemente juraría hoy en ceremonia masiva. El mayor problema en este caso no parecía estar en los nombres sino en los propios ministerios que no terminaban de quedar establecidos. Ya decidida la creación de un Ministerio de Turismo –como había sido anunciado a mediados de la semana pasada–, a De la Rúa no le gustaba cómo podría interpretarse que agrande su gabinete en tiempos de crisis y déficit cero. Aparte, por ley, el tope del número de ministerios es diez, aunque eso podría subsanarse acudiendo a un decreto de urgencia.
Igual, circularon al menos tres versiones:
- Una de las posibilidades en estudio fue que los ministerios quedaran en nueve: se fusionarían Economía e Infraestructura y Educación y Justicia, desaparecería Salud y nacerían Deportes y Seguridad Social.
- Los ministerios seguirán en diez: Salud continúa pero en manos de Mestre que reemplazaría a Héctor Lombardo. Interior sería ocupado por el presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, que ayer pasó varias horas en Olivos.
- Los ministerios serán más de diez: para algunos, la fusión de Educación y Justicia no es viable, con lo que el gabinete podría agrandarse hasta llegar a los doce ministerios.
No hubo consenso, así que el Gobierno decidió que para no defraudar las expectativas creadas lo mejor era salir con lo que tenía listo, que eran las designaciones de Lombardi, Dumón y Bullrich. A eso de las 22, entonces, se difundió que los funcionarios jurarían hoy a las 17.30 en la Casa Rosada. Lombardi y Bullrich son delarruistas de pura cepa, y aunquela edad mucho no les da, también adscriben al juvenil grupo sushi que capitanea Antonio de la Rúa. En este panorama, la mayor innovación llega con Dumón, un radical bonaerense considerado alfonsinista.
Un detalle no menor que quedaba por resolver era las competencias de cada ministerio. Se sabe que Lombardi –además de Cultura y Deportes– sumaría una Subsecretaría de Transporte Aerocomercial, que podría vincularse con la explotación turística. Más conflictivo sería el alumbramiento de Seguridad Social y Agencia Social. Si el ministerio salía como quería Bullrich, le quitaría la Anses y los planes de Empleo a Trabajo, mientras que también agruparía a buena parte de los beneficios sociales que hoy reparte el viejo Desarrollo Social a cargo de Sartor, a quien le quedarían funciones casi remanentes. “Más que nada se ocuparía de atender las emergencias y seguiría con los planes alimentarios”, explicaba un funcionario que pasó por Olivos.
Pero anoche en Olivos todavía había más dudas que certezas. Un ejemplo del desconcierto que campeaba en la quinta se dio cuando algunos ministros supieron que Cavallo daría una conferencia de prensa. Los propios voceros del ministro todavía negaban esa posibilidad un par de minutos antes de que empezara a hablar. Eso sí, lo que nadie sabía era qué iba a decir. “Las medidas seguro que no, porque todavía no están”, se sinceraba un funcionario mientras veía pasar a Cavallo rumbo a la sala de prensa.

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