Fernando
de la Rúa está decidido a cumplir su promesa de ponerse
personalmente al frente de las negociaciones con las provincias. Lo que
todavía no está muy claro es qué está dispuesto
a ceder para llegar a algún tipo de acuerdo donde su ministro Domingo
Cavallo sólo sembró sospechas y resentimientos. Por lo pronto,
Chrystian Colombo ya está de nuevo a cargo de las relaciones con
los gobernadores y aspira a seducirlos de a uno para que vayan volviendo
a Buenos Aires y se dignen a firmar algún convenio con la Nación,
o por lo menos estén todos reunidos el martes para escuchar las
palabras que en ese caso les dirigirá el Presidente.
Este mediodía se resolverá si todos los gobernadores vuelven
a ser convocados por el gobierno nacional para reunirse esta misma tarde
en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), y así retoman las negociaciones
por la deuda que la Nación tiene con las provincias. Mientras tanto,
desde el Gobierno dejaban traslucir que en esta semana podrían
firmar el acuerdo con algunas provincias. Pero los allegados al gobernador
bonaerense Carlos Ruckauf descartaron que dentro de ellas pueda figurar
una administración peronista, al afirmar que ninguna provincia
justicialista va a firmar el acuerdo con el Gobierno por su cuenta. La
que hace eso se suicida políticamente.
Las conversaciones por la deuda que la Nación tiene con todas las
provincias quedaron trabadas el jueves, cuando los gobernadores peronistas
se retiraron del encuentro en el CFI, tras un duro cruce del ministro
de Economía, Domingo Cavallo, con el gobernador santacruceño
Néstor Kirchner. Cuando al día siguiente el jefe del Palacio
de Hacienda les enrostró a los mandatarios provinciales toda la
responsabilidad por la crisis nacional, los justicialistas pusieron el
grito en el cielo.
Ante ese panorama, el propio De la Rúa se comprometió con
las gestiones. He recibido el mensaje de gobernadores que piden
que personalmente tome la convocatoria, y estoy dispuesto a hacerlo esta
semana, dijo el primer mandatario. Allegados a la Jefatura de Gabinete
informaron que el encuentro de De la Rúa con los mandatarios podría
producirse mañana.
Quien sí se mantiene firme como cabeza visible de las negociaciones
con las provincias es el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Tanto los
gobernadores aliancistas como los justicialistas explican a quien quiera
oírlos que es mejor tratar con él que con Cavallo. Después
de la tormenta desatada por el mediterráneo, y de la desautorización
que sufrió por parte del Presidente, será Colombo el encargado
de pilotear las gestiones de hoy para revivir los encuentros.
El ministro de Economía aprovecha que tiene la posibilidad
de dar una conferencia de prensa en Argentina y en el mundo para denigrar
a los gobernadores como si fuésemos empleados de él. Y está
equivocado, disparó el gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez
Saá. La virulencia del puntano es fácil de explicar; con
las cuentas de su provincia ordenadas, puede darse el lujo de tensar la
cuerda con la Nación.
Por su parte, la diputada Cristina Fernández de Kirchner, esposa
del gobernador de Santa Cruz, otra provincia ordenada, afirmó que
Cavallo se está apoderando de nuestro dinero para financiar
la falta de administración que tiene el gobierno nacional.
Y, en línea con Rodríguez Saá, dijo que colocar
a las provincias a la cabeza de la crisis es un exceso.
Ante este panorama, el Gobierno intenta cerrar los acuerdos con las administraciones
que controla para romper el hielo. El mandatario aliancista del Chaco,
Angel Rozas, viajaba hoy hacia la Capital Federal, a la espera del llamado
de De la Rúa para retomar las negociaciones. Y un vocero del gobernador
mendocino Roberto Iglesias ratificó que éste aguarda
un llamado del presidente con el mismo objetivo.
El Gobierno sabe que le espera una tarea más que complicada para
cerrar el nuevo pacto con los gobernadores. Y apuesta a ir sumándolos
uno por uno. Lamentablemente existe la posibilidad de que algunas
provinciasfirmen de manera individual, dijo un cercano colaborador
del gobernador Rozas. Pero en el peronismo evalúan que ninguno
de los distritos que gobiernan estará entre los que firmen por
su cuenta, quebrando el bloque opositor. Un acuerdo tiene que salir.
Pero si no pagan la deuda dentro de diez díaz comienzan a incendiarse
muchas provincias, alertaba otro peronista con llegada a las gobernaciones
de Córdoba y Buenos Aires.
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