Por
Raúl Kollmann
Hay
alto peligro de un ataque terrorista; si puede, posponga el viaje que
tenga que hacer a la Argentina; tenga un plan listo para una eventual
salida del país y hay peligro potencial de movilizaciones contra
empresas e intereses norteamericanos. Este es el diagnóstico
sobre la Argentina que les transmite a los ejecutivos del mundo la empresa
de seguridad Kroll, la más grande del planeta. En un estudio confidencial
denominado La crisis por el terrorismo internacional: las amenazas
que enfrentamos, Argentina figura como uno de los tres países
más peligrosos de América junto a Ecuador y Perú
e incluso aparece más riesgoso para los ejecutivos que Colombia,
Bolivia o los países donde hubo guerras hace poco como Yugoslavia
y Croacia. Del diagnóstico surge otro dato alarmante: Kroll considera
que hay alto peligro de ataques terroristas en Gran Bretaña, Canadá,
Francia y Arabia Saudita, países embarcados en la coalición
que hoy por hoy respalda los ataques norteamericanos en Afganistán.
Grande
y polémica
Kroll es la multinacional de seguridad que más factura en
el mundo, arriba de 2000 millones de dólares anuales y siempre
se ha dicho que es la empresa en la que revistan más ex agentes
de la CIA. Se llama a sí misma la consultora de riesgo.
En la Argentina, el referente es Frank Holder, un ex integrante de la
Fuerza Aérea de Estados Unidos. De Kroll se ha dicho de todo:
- Ejerció el control de seguridad en el Exxel Group los depósitos
en los aeropuertos, los free-shops y otros puntos delicados hasta
que fue desplazada por otra empresa norteamericana.
- Hace unos meses, la diputada Elisa Carrió acusó a Kroll
de trabajar para Raúl Moneta y realizar un informe sobre subsidios
irregulares contra los diputados mendocinos Carlos Balter y Gustavo Gutiérrez,
que junto con la líder del ARI encabeza la investigación
sobre el lavado de dinero. El banquero pretendió usar ese informe
contra los legisladores y hubo un pedido de investigación contra
Kroll en el Congreso Nacional.
- Curiosamente, se dice que hace unos años cuando Moneta
estuvo prófugo- uno de los asociados al banquero preferido de Menem
contrató a Kroll para que busque a Moneta. El objetivo era reclamarle
un dinero o hacerle firmar papeles.
- No faltan los que sostienen que la empresa Kroll fue la que aportó
las estrategias y elementos de la ofensiva de Domingo Cavallo contra Alfredo
Yabrán, en el marco de una ofensiva aprobada por la embajada de
Estados Unidos.
- También se ha dicho que Kroll fue quien consiguió los
datos de las cuentas en Suiza de los ex hombres de Cavallo que cobraron
las coimas del caso IBM-Banco Nación.
Como se ve, Kroll es una empresa con fuerte presencia en la vida argentina
y su central, en el barrio de Belgrano, tiene nueve pisos. Ahora la oficina
en Washington pivoteó el informe sobre los peligros en el mundo
después de los ataques del 11 de setiembre en Nueva York y Washington.
Está pensado para los ejecutivos de las más grandes corporaciones
del mundo.
El
nuevo escenario
El texto de Kroll parte, respecto de América latina, de un
análisis: los ataques del 11 de setiembre van a producir una baja
mundial de la actividad económica y de la atención financiera
a los países latinoamericanos. Por ello señala que, a diferencia
del centro delconflicto la zona de Afganistán, el Golfo Pérsico
y naciones con gran concentración islámica hay
peligros, tal vez menos inmediatos, en países afectados por otros
problemas como la crisis económica o brotes insurreccionales.
Esto puede llevar a amplios movimientos sociales y una amenaza para los
gobiernos que están afectados por una crisis exacerbada por los
efectos del terrorismo.
El diagnóstico respecto de la Argentina es el siguiente: Frustrados
por una larga recesión, que ahora parece profundizarse, los argentinos
se han asomado a las calles en los últimos meses, participando
de paros generales y cortes ruta que incluyeron algunas de las principales
autopistas. Las estructuras políticas no están en peligro
inmediato, pero la situación desafía y erosiona el respaldo
político que le queda al presidente De la Rúa, haciendo
difíciles las reformas económicas ya que no pueden pasar
con éxito por el Congreso.
Con ese análisis como marco, Kroll califica a la Argentina en cuatro
aspectos:
- Alto peligro de un ataque terrorista, en función de que ya hubo
dos anteriores y aunque no lo especifica deben sumarse las debilidades
de la investigación y la escasa seguridad en las fronteras.
- Potencial inestabilidad social, que surge del diagnóstico sobre
las dificultades económicas. A Kroll le interesa que las eventuales
movilizaciones pueden terminar dirigiéndose contra la embajada
o las empresas de Estados Unidos.
- Si un ejecutivo norteamericano tiene un viaje importante para hacer
a la Argentina, Kroll le sugiere que lo haga, pero si el viaje es postergable,
que lo postergue. Demás está decir que se le está
diciendo a esos ejecutivos que de ninguna manera vengan de paseo o a hacer
turismo.
- A los hombres de negocios norteamericanos que están viviendo
en la Argentina, enviados por sus empresas, no les sugiere que se vayan
del país como le recomiendan que lo hagan los destinados en Irán,
Irak o Pakistán. El consejo es que tengan un plan para irse del
país en cualquier momento, ya que podría haber una
potencial necesidad de evacuación.
La
amenaza
La razón por la que Kroll le entrega este documento confidencial
a sus clientes es que las operaciones norteamericanas en Afganistán
serán interpretadas, en el mejor de los casos, como una esfuerzo
para derrotar al terrorismo, pero en el peor de los casos como una venganza
contra el Islam. Esta última interpretación puede llevar
a nuevos ataques terroristas y resulta imposible pronosticar la naturaleza
de los blancos a los que apuntarán. En principio, hay que decir
que es mayor el peligro en los países donde hay células
de Al-Qaeda, la organización de Bin Laden, o en los que ya se han
producido atentados. Este es el caso de Argentina. Kroll además
menciona que la situación de conflicto no sólo pone en marcha
a la gente de Bin Laden sino a los demás grupos terroristas que
podrían envalentonarse a la luz del impacto del golpe del 11 de
setiembre. En ese marco, concluye en un análisis preocupante: la
crisis se va moviendo de una etapa a otra, por lo tanto hay que evaluar
en cada momento nuevas políticas de decisión. Por ahora,
los objetivos terroristas siempre fueron de alto perfil: las Torres Gemelas,
el Pentágono, embajadas norteamericanas, un barco de guerra, un
avión Jumbo, el asesinato del Papa, sitios turísticos de
renombre, las celebraciones del nuevo milenio. Esas organizaciones quieren
poner en marcha una guerra entre el Islam y el cristianismo y el judaísmo.
Y con ese propósito, hemos visto una serie de hechos que sólo
significan el comienzo de lo que vamos a ver.
|