Por
Santiago Rodríguez
y Felipe Yapur
Se
dobla, pero no se rompe, es uno de sus viejos adagios de la UCR
y en los cuatro años que llevan juntos los radicales parecen haber
hecho escuela con sus socios: más de cinco horas deliberó
ayer la mesa federal del Frente Grande para terminar concluyendo que la
línea política del partido debe discutirse dentro de los
marcos institucionales correspondientes y decidiendo la convocatoria a
un congreso en un mes para empezar una necesaria normalización
de la fuerza; de una ruptura de la Alianza nada se dijo con el argumento
de que ya existe de hecho con el gobierno de Fernando de la
Rúa. Eso sí: se ratificó y alentó la continuidad
de la coalición en cada uno de los distritos donde funcione. La
moderación que manifestaron las autoridades distritales del Frente
no detendrá, sin embargo, la fractura del bloque aliancista en
Diputados.
Estamos totalmente mimetizados. Lo único que faltó
para hacerla completa fue que la reunión siguiera hasta la madrugada,
coincidieron en bromear tanto los que quieren romper la sociedad con los
radicales, como los que sostienen la posición en contrario. Es
que, al más puro estilo radical, la mesa federal del Frente Grande
no adoptó ninguna resolución en concreto acerca del tema
que por estos días divide al partido: la continuidad o no de la
fuerza dentro de la Alianza.
La dilación la situación por la que finalmente optó
la mesa federal del Frente era más o menos previsible. La reunión,
de hecho, fue convocada la semana pasada para contrarrestar el anuncio
de la mayoría del bloque del Frepaso en Diputados sobre la decisión
de romper sus lazos con el radicalismo. No es tiempo de mezquindades
ni de salidas mágicas. Ningún interés individual
o de sectores puede avanzar sobre las decisiones institucionales y de
conjunto, se señaló entonces en un documento en el
que sobresalieron las firmas de Aníbal Ibarra y Graciela Fernández
Meijide. Por si quedaban dudas de hacia adónde apuntaba la jugada
política de la convocatoria, el jefe de gobierno porteño
se encargó de despejarlas ante la prensa al término de la
reunión: La decisión sobre el alineamiento partidario
destacó no será adoptada por los diputados sino
por la Mesa nacional y el Congreso nacional, que se reunirá aproximadamente
en un mes.
La decisión de apartarnos de la Alianza es para mantener
la unidad del Frepaso. Si esta decisión no se toma el bloque se
fractura o explota en mil pedazos, planteó puertas adentro
el diputado y titular del partido en Tucumán, José Vitar.
La razón de la ruptura es más física que política;
no hay un espacio para compartir hoy día con los radicales,
lo acompañó el santacruceño Rafael Flores. Aunque
más moderado, el cordobés Horacio Viqueira adhirió
a esa posición.
Los que priorizan la relación con los radicales por razones de
gestión -caso Ibarra no ocultaron su malestar por el juego
propio que exhiben los diputados y por las consecuencias que aparejaría,
pero lo que más los molesta es la lectura que podría tener
hacia afuera en términos partidarios. No nos metemos en el
tema del bloque, pero tampoco lo traduzcan como la ruptura de la Alianza.
Eso lo decide el partido en su conjunto, les advirtió un
representante del interior que adhiere a la postura del jefe gobierno
porteño.
Lo que está en discusión en el Frente es, en última
instancia, quién conduce la fuerza y toma las decisiones del caso.
Esa disputa la protagonizan Ibarra, por un lado, y Carlos Chacho
Alvarez, desde las sombras, por el otro. El ex vicepresidente es el artífice
de la ruptura del bloque, que según confirmaron varios de
los legisladores que le responden se concretará esta misma
tarde con o sin Darío Alessandro y Rodolfo Rodil.
Los sectores alineados con el jefe de gobierno porteño alientan
la normalización y la elección de autoridades del partido
huérfano desdeque Chacho decidió dedicarse exclusivamente
a la docencia para frenar lo perciben como un intento de regreso
del ex vicepresidente. Con ese objetivo es que ayer, en la mesa federal,
impulsaron la convocatoria a un congreso para dentro de un mes, sin determinar
la fecha.
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