Ya
en la cuarta semana de bombardeos consecutivos sobre Afganistán,
Estados Unidos y Gran Bretaña pueden anotarse un triunfo: al menos
por ayer, no hubo bombardeos por error. No que se hayan conocido.
La lluvia de bombas se concentró en el este de Afganistán,
sobre una zona de cuevas y túneles donde, se supone, podrían
estar escondido Osama bin Laden y sus secuaces. Según el diario
USA Today, el Pentágono está pensando en instalar una base
de avanzada en el norte afgano, para apoyar de cerca el avance de la antitalibana
Alianza del Norte, que sigue quejándose por el insuficiente apoyo
norteamericano y sufriendo los bombardeos erróneos.
El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, salió ayer a defenderse:
la culpa de los civiles muertos en Afganistán es de Osama
bin Laden, porque fue él quien inició esta guerra.
Lo cierto es que este fin de semana, a caballo de lo que se supone que
es un resultado menor a lo esperado, se multiplicaron en Estados Unidos
las especulaciones sobre el rumbo a seguir en Afganistán. No hay
dudas de que se busca el derrocamiento del régimen talibán
y la destrucción de la red terrorista de Bin Laden, pero el cómo
sigue siendo una incógnita. En principio la vía era la Alianza
del Norte, pero Estados Unidos no parecía decidida a apoyarla.
Ahora, un día después de que la ofensiva anglonorteamericana
alcanzara por error a posiciones de la misma Alianza del Norte, Rumsfeld
confirmó ayer que Estados Unidos está lanzando municiones
con paracaídas a los antitalibanes. También aclaró
que llevará algún tiempo hasta que los envíos lleguen
a los lugares fijados: esa munición será transportada por
tierra mediante caballos y burros.
En cuanto a la segunda vía, la de infiltrar al régimen talibán
para que implosione en lugar de esperar un triunfo difícil de la
Alianza del Norte, la semana pasada los talibanes mataron al ex jefe de
inteligencia afgano Abdul Haq, que aparentemente buscaba minar al régimen
con el apoyo de Pakistán y Estados Unidos. Además, los talibanes
dijeron que capturaron a un agente de la CIA que estaba con Haq.
Entre las especulaciones y los daños colaterales, Rumsfeld
y el presidente George Bush ratificaron ayer que no hay de qué
preocuparse. Rumsfeld aclaró que no hay ningún apuro por
el Ramadán o por el invierno y que los ataques continuarán
en noviembre (ver nota pág.17). Los talibanes y la organización
Al-Qaeda (de Bin Laden) no van a tomarse vacaciones durante este período,
según parece. La Alianza del Norte combate a los talibanes desde
hace cinco años sin interrupción. Las guerras de Medio Oriente
también han continuado durante el Ramadán, como numerosos
conflictos entre países musulmanes o entre países musulmanes
y países no musulmanes, señaló. Bush, que asistió
a la primera reunión del flamante Consejo de Seguridad Interna,
dijo que hay que ser pacientes. Apreciamos toda sugerencia
que haga la gente, pero la estrategia que tenemos actualmente es usar
nuestras fuerzas militares para desmantelar las defensas talibán,
usar nuestros militares para destruir las bases de entrenamiento de Al-Qaeda
y trabajar con tropas que ya están en tierra, para cumplir nuestra
misión, dijo.
Citando a fuentes militares, el diario USA Today dijo que se instalará
una base dentro de Afganistán con 200 a 300 comandos especiales
y hasta 600 hombres de tropas de apoyo. El objetivo sería ayudar
a la Alianza del Norte en su ofensiva para tomar la ciudad de Mazar-i-Sharif,
hasta ahora bien defendida por los talibanes, con ataques con helicópteros
a las líneas del frente talibán. También se pensó
en coordinar los bombardeos aéreo en el norte desde allí.
Ayer, los aviones norteamericanos atacaron en el sur: en el corazón
de los talibanes, Kandahar, y en un sistema de túneles que Bin
Laden habría construido cuando combatía, con apoyo de Washington,
contra la ocupación soviética en la década del 80.
Las bombas también cayeron sobre concentraciones de blindados y
tropas talibanas, según la portavoz del Pentágono Victoria
Clarke, quien informó que se han producido los primeros ataques
en el nordeste afgano, cerca de la frontera con Tayikistán. El
general Tommy Franks, comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses
destacadas en el Golfo Pérsico y Medio Oriente, se reunió
con las autoridades pakistaníes en la mayor discreción,
aunque no tanta como para impedir que las agencias locales lo comenten.
La Casa Blanca anunció ayer que Bush se entrevistará con
el presidente paquistaní Pervez Musharraf el próximo 10
de noviembre en Nueva York, al margen de las sesiones de la Asamblea General
de la ONU.
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