Por
Alejandra Dandan
El crimen no tuvo luces ni show. Claudio La Clota Lanzetta
tuvo una tragedia privada. No ocurrió en ninguno de los espacios
públicos y luminosos del mundo de la moda y la noche que desde
hace veinte años producía. Hasta este tiro que el lunes
de madrugada le atravesó la sien en su departamento de Palermo,
La Clota era quien cada temporada reinventaba la moda en Punta del Este.
Fue también compañero de Leopoldo Poli Armentano,
un nombre que ayer volvió a aparecer cuando se conoció el
homicidio. Pero el crimen, esta vez, parece desvinculado de ese mundo.
De acuerdo con las primeras informaciones manejadas por la Justicia, La
Clota llevó a un amigo y a dos desconocidos a su casa. Durante
la noche, uno de los extraños bajó en busca de un objeto
olvidado en su auto: regresó armado y junto a otros dos hombres.
Le pidieron la clave de la tarjeta de crédito para robarle. El
disparo habría salido accidentalmente en el forcejeo.
No quiero que hagan de esto otro Armentano, decía anoche
furioso por las historias oídas sobre el crimen de uno de sus mejores
amigos, el abogado Mariano Cúneo Libarona. Durante la tarde, Cúneo
Libarona se presentó como abogado de las víctimas: Más
que abogado estoy por amigote de La Clota y también de Guga.
Guga Pereyra era amigo personal de La Clota, socio y ahora el único
testigo del crimen. El domingo a la noche fue uno de sus invitados. El
anfitrión había organizado un programa con dos muchachos
apenas conocidos. Irían a cenar primero a El Portugués,
en Las Cañitas, y más tarde al quinto piso del edificio
de Juncal 3745: la casa de La Clota.
Guga aceptó, aunque no conocía a ninguno de esos dos jóvenes
acompañantes que tenían entre 23 y 27 años, según
su relato ante la Justicia. Lanzetta los habría conocido un día
antes. No eran taxi boys: fue un levante de gays, le dijo
a este diario Coco Ballestero, amigo estrecho de Guga y socio en algunas
de las 50 mil fiestas organizadas por La Clota en Buenos Aires y en Punta.
El anfitrión tenía el número de celular de uno de
ellos anotado en una esquela y guardado en la mesa de luz de su dormitorio.
Después del crimen, ese papel fue encontrado por la Justicia y
se convirtió en una de las claves para comenzar con las pesquisas.
Con ese teléfono arrancó la cita. Después de Las
Cañitas, los cuatro se fueron a la casa de La Clota en Palermo.
Guga estuvo con uno de los invitados en el living, La Clota se encerró
con otro en un cuarto. Momentos después, su compañero le
pediría las llaves de casa para ir por su celular hasta el coche.
Regresó con sus cómplices. Cuando volvió, entró
con una máquina en la mano, dijo Ballesteros. Con el arma
alzada, el invitado obligó a Guga y a La Clota a echarse al piso
boca abajo: Les pusieron dos almohadones sobre la cabeza, seguramente
para que no viesen la cara de los que iban a entrar después,
especuló Ballesteros.
Lanzetta y Guga fueron amordazados y atados. Mientras los mantenían
en ese estado, al menos tres de los cuatro visitantes comenzaron a vaciar
parte de la casa dentro de un bolso. Primero le exigieron al dueño
dinero en efectivo. De acuerdo con el relato de Ballesteros, luego le
pidieron la tarjeta de crédito y la clave, tras advertir que en
la casa no había dinero. Pero La Clota nunca había
usado la tarjeta para sacar efectivo y no se acordaba la clave,
vuelve a decir Ballestero. Ese fue el momento del disparo.
El disparo aparentemente se les escapó especula una
fuente de la fiscalía, dejaron todo en el piso y se fueron
corriendo. Aunque la hipótesis de un robo seguido de muerte
es la hipótesis central con la que trabajaron durante el día
de ayer tanto el juzgado como la policía, nadie excluye aún
otros motivos. No se descarta ni un ajuste de cuentas, ni una venganza,
todavía no se puede, le dijo a este diario el comisario Néstor
Fernández, jefe de la comisaría 53ª donde quedó
asentada la denuncia y desde donde se empezó con la investigación.
En el departamento quedó sólo Guga. Tardó un rato
en reaccionar y en pedir auxilio. La policía encontró un
celular y algo de ropa y documentación de los jóvenes. Con
esos datos y la esquela, la Justicia comenzó la búsqueda
de los autores. Hacia la noche, fuentes de la fiscalía aseguraron
que al menos dos estaban identificados y que la detención se produciría
en horas.
Fabricante
de tendencias
Claudio
La Clota Lanzetta definía así su rol en
el circuito de la noche, en el de pasarelas y del espectáculo:
A mí me piden las modelos y yo las consigo, le
decía hace dos años a un cronista de Página/12.
La Clota hizo del campo de las relaciones públicas su territorio.
Marcó inclusiones y también expulsiones. Promovió
modelos con la organización de desfiles en los lugares considerados
más vip y exclusivos por las revistas de moda. Trabajó
en Punta del Este donde llevaba catorce años en la promoción
de modas y tendencias de cada verano. Este año dejó
uno de sus lugares históricos como organizador de eventos en
Pachá y abrió en abril Big One, una de las discos más
conocidas. Desde hace unas semanas llevaba adelante un programa de
televisión en América con Daniela Cardone y un micro
personal en MuchMusic.
Los contactos con el mundo del espectáculo le sirvieron a Lanzetta
para aparecer en determinados circuitos con el apodo de el número
uno de la noche. Desde hacía más de dos décadas
se desempeñaba en Relaciones Públicas de distintas discos
como La Morocha de Punta del Este y aquí de Pachá y
Buenos Aires News. Hace algunas semanas había comenzado a trabajar
para el programa que conduce Daniela Cardone los sábados por
América 2 con el nombre de Viva la fiesta. En MuchMusic
presentaba videos musicales y era uno de los encargados de promocionar
desde ahí ciclos en las discos más visitadas por los
más top de la ciudad.
Las revistas del espectáculo hablan de Lanzetta vinculándolo
a Valeria Mazza o a Diego Maradona, a quien había conocido
en Punta del Este durante un verano. También trabajó
en El Cielo, la disco de Leopoldo Poli Armentano, el empresario
de la noche que murió en un crimen durante el 94. Ese
vínculo también fue mencionado ayer. Según el
abogado de Armentano, Roberto Polito trabajaron juntos durante
mucho tiempo. Ellos hicieron conocida la disco El Cielo, donde eran
organizadores de fiestas. Eran dos grandes profesionales. Otro
de sus amigos, Coco Ballesteros, negó esa relación tan
estrecha. Consultado por este diario, Ballesteros sólo indicó
que tal vez sólo de vez en cuando La Clota organizó
para Armentano algún desfile. |
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