Por Claudio Zlotnik
El esquema de la reestructuración
voluntaria, según la definirán Fernando de la
Rúa y Domingo Cavallo, o compulsiva, o lo que es lo mismo
que el default, de acuerdo a la evaluación de los banqueros,
será la siguiente: a cambio de los títulos de la deuda que
en la actualidad están en poder de los bancos y fondos de inversiones,
el Gobierno entregaría bonos a distintos plazos pero a una tasa
de interés del 7 por ciento anual, cuatro puntos menos del rendimiento
promedio de los viejos títulos. En diálogo con
Página/12, un importante banquero de la city relató el mecanismo
de canje que Domingo Cavallo tiene en la mente para reestructurar la deuda.
Aun cuando el Gobierno presente la operación como amistosa
y voluntaria, los financistas ya la califican de compulsiva. Adelantándose
a esta posibilidad, que en los bancos ya dan por cierta, la calificadora
Standard & Poors (S&P) volvió a degradar la nota
argentina -a CC, dando cuenta de que queda claro
que la Argentina está en un punto donde no puede hacer frente a
los pagos de la deuda, a menos que reciba una ayuda internacional,
tal como definió Jane Eddy, analista de S&P. Pero una vez que
Cavallo haga público su plan de reestructuración, seguramente
la calificadora anoticiará la D de default (cesación
de pagos), colocando a la Argentina en el mismo club de Rusia, Indonesia
y Ecuador, países que incumplieron los pagos de la deuda en años
recientes.
La intención del ministro es que los nuevos bonos que se entreguen
a los bancos y a las AFJP estén garantizados con la recaudación
impositiva. Incluirá a los títulos de corto plazo (Bonos
Pagaré) por un total de 5500 millones de dólares: 3000 millones
en poder de las AFJP y el resto en manos de las entidades financieras.
En promedio, estos bonos tienen un rendimiento anual del 24 por ciento.
En cambio, la tasa de interés de los nuevos títulos se ubicará
en el 7 por ciento, aunque el Estado contaría con un año
de gracia para retornar los pagos. En la reunión que ayer mantuvieron
los financistas con Daniel Marx, viceministro de Economía, surgió
la posibilidad de que una parte de los intereses que se ahorre el Gobierno
se integrarán al capital de los nuevos títulos. Incluso,
para el caso de los fondos de pensión, se implementaría
la posibilidad de que éstos recompren los viejos títulos.
De esa manera, creen en Economía, se evitaría que los afiliados
recurran a la Justicia en protesta porque el canje los perjudicó.
Se sabe que esa operación implicará para las entidades financieras
una merma de sus ganancias. Pero Cavallo ha decidido arremeter con su
estrategia, dejando de lado la política de Daniel Marx más
cercana a los intereses de los banqueros. El mediterráneo considera
que el camino de no enfrentamiento con la banca lo estaba llevando al
suicidio. Y, por ese motivo, aceleró los tiempos del canje compulsivo.
En el tramo internacional habrá una garantía distinta. En
vez de la recaudación, Cavallo gestiona entre 7000 y 7500 millones
de dólares de los organismos internacionales. Con ese dinero, Economía
garantizaría el pago de intereses de la deuda de todo el 2002.
Una vez cumplido con este objetivo, aquellos fondos servirían para
garantizar los pagos del año siguiente. La instrumentación
sería así: al igual que lo realizado en mayo con el megacanje,
se convocaría a un trueque de bonos. La diferencia, claro está,
reside en que los nuevos títulos le rendirán al inversor
un 7 por ciento anual, muy por debajo a las tasas de mercado.
Para tener una idea, el Global 2008 muestra un rendimiento del 29 por
ciento anual. Y que en el caso del Brady FRB trepa al 40 por ciento. Estos
precios de remate ya están descontando que la Argentina caería
en la cesación de pagos. En cambio, si todo sale bien, desaparecerá
la incertidumbre de que la Argentina deje de pagar los servicios de la
deuda y bajen las tasas de interés en el mercado interno. De esa
manera, sospechan cerca del ministro, se daría la tan ansiada reactivación
de la economía.
En la presentación del plan, Cavallo evitará mencionar la
palabra default. Pero el mensaje implícito a los inversores será:
aquel querechace el convite correrá serios riesgos de que la Argentina
no reconozca sus pagos. De hecho, en la city creen que pasarán
muchos años hasta que la Argentina pueda volver a financiarse
en los mercados de crédito internacionales, lo que obligaría
a vivir con las cuentas equilibradas y hacer el ajuste necesario para
lograrlo. El fantasma que agitan los financistas es que los países
que incumplieron con sus compromisos frente a los acreedores soportaron
crisis políticas terminales y se ahondaron los problemas económicos.
En ese sentido, el Tesoro de Estados Unidos salió a alentar una
renegociación rápida de la deuda. El gobierno de Argentina
ha indicado recientemente que está desarrollando un plan económico
y está trabajando con el FMI en ese plan, afirmó el
portavoz del Tesoro.
Cayeron los depósitos
En sólo dos días, los bancos perdieron 570 millones
en depósitos. La fuga, entre jueves y viernes últimos,
se produjo luego del fracaso en las negociaciones entre el Gobierno
nacional y los gobernadores en torno del ajuste, y que desembocó
en la disparada del riesgo país. Según fuentes del
sistema financiero, la huida habría continuado el lunes y
ayer. La mayor parte de los retiros se dieron en las cajas de ahorro,
presumiblemente por parte de fondos comunes de inversión.
Con la caída de fin de la semana pasada, los depósitos
totales alcanzaron los 76.000 millones, apenas 230 millones por
encima a lo que los bancos contabilizaban a mediados de agosto,
justo antes de que se rubricara el último acuerdo con el
FMI. Desde entonces, la recuperación había alcanzado
a 2000 millones. En medio de la aceleración de la fuga de
depósitos, la tasa de interés interbancaria saltó
ayer al 45 por ciento anual, el doble que en la jornada anterior,
mientras que las tasas pasivas saltaron al 23,5 por ciento anual.
El tenso clima en la city empeoró cuando el Banco Mundial
desmintió haber recibido un pedido del Gobierno para ayudar
a reestructurar la deuda.
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Riesgo país
en 2043 puntos
Los mercados operaron ayer a precios de remate, convencidos de
un inminente cese de pagos de la deuda y confundidos por el silencio
del Gobierno. Sin embargo, sobre el cierre de la jornada una eventual
reanudación del diálogo con las provincias mejoró
el ánimo en la Bolsa que terminó el día con
una suba del 1,8 por ciento. El riesgo país, que había
llegado a un nuevo record de 2120 puntos, también revirtió
la tendencia alcista y cerró en 2043. En los últimos
días las reservas del Banco Central cayeron en 300 millones.
En tanto la alternativa parece ser lograr un esquema más
o menos forzado de reestructuración de la deuda, si al mismo
tiempo hay apoyo externo con un prestamista de última instancia,
como la Reserva Federal, señaló Eduardo Blasco,
de la consultora Maxinver.
En tanto, desde España, donde se temen las repercusiones
de la crisis argentina dada la exposición de las firmas
de ese país en el mercado local el ministro Asuntos
Exteriores, Josep Piqué, dijo que los argentinos pueden
confiar en que la ayuda por parte de España va a seguir siendo
como ha sido hasta ahora. Todo lo que hemos podido hacer lo hemos
hecho y, desde luego, todo lo que podamos hacer en el futuro lo
vamos a seguir haciendo. De lo que se trata ahora es
de hacer un último esfuerzo en los planes de ajuste
puestos en marcha por el Gobierno argentino que, son generalmente
dignos de admiración, agregó. Pero es
muy importante que los argentinos entiendan que están en
una situación muy difícil y compleja, que están
en una situación límite, concluyó.
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LA OPCION AUDAZ
Apunten a los bancos
Por Raúl Dellatorre
Canje compulsivo de los títulos de deuda. Default,
quebranto de los bancos y posterior renegociación de deuda.
Default, más una maxidevaluación para inmediatamente
dolarizar, y recién entonces renegociar. Tres alternativas
que, según fuentes del justicialismo con llegada al equipo
económico, manejaba en las últimas horas Domingo Cavallo
como puertas de salida a la actual crisis. ¿Una salida obligada
por las circunstancias? No, responden las mismas fuentes, es
la estrategia que se trazó Cavallo: llevar la situación
al borde del abismo para debilitar a los bancos y poder enfrentarlos
en condiciones de menor desigualdad.
Quienes aseguran tener información sobre las posibilidades
que evalúa Cavallo en estas horas señalan que, pese
a su alto grado de audacia, cuenta con suficiente plafond político
para llevarlo a cabo. El gobierno no tiene otra alternativa,
y desde el justicialismo la postura predominante, que es la que
expresa Eduardo Duhalde, es dejarlo hacer a Cavallo hasta que agote
su experiencia, apuntan hombres del PJ.
La alternativa más simple y directa en estudio, según
la versión, es lanzar un canje compulsivo de títulos
de la deuda, deteriorando el valor de los mismos. Consistiría
en ofrecer un título global con una tasa de remuneración
del 7 por ciento anual canjeable por todo título de deuda
en circulación. ¿Habría una quita sobre el
capital?, preguntó este diario. De hecho, la habría,
porque sería una suerte de declaración encubierta
de default, ya que todo otro título dejaría de pagarse
y, así, bajaría el precio al cual se canjee por el
nuevo, respondió un destacado hombre de finanzas que
ya estaba enterado de este proyecto.
Una segunda alternativa sería la declaración de default
o cesación de pagos. Así, se desinflaría el
precio de los bonos de la deuda generando un fuerte quebranto
en los bancos tenedores de títulos y haría más
accesible la reprogramación de un pasivo ya licuado.
La tercera es la más compleja y con efectos más contundentes:
declaración de default, una fuerte devaluación y dolarización
posterior. Caería el precio de los bonos, reduciría
el precio en dólares del dinero circulante y abarataría
su canje por dólares. Tales medidas serían acompañadas,
según la versión, con una resolución que extendería
el plazo de financiación de los créditos en dólares
y reduciría la tasa de interés de los mismos. Esta
alternativa tendría un doble propósito: dar respuesta
al problema de la deuda y salir de la convertibilidad de una sola
vez.
¿Cómo resistiría el gobierno la presión
de los bancos? La hipótesis es que su capacidad de lobby
está fuertemente limitada en el actual estado de caos financiero,
y que en medio de este escándalo difícilmente sus
casas matrices ejerzan una oposición fuerte porque sus filiales
deban pagar un costo que, de todos modos, ya descuentan.
La salida de Julio Dreizzen (ex subsecretario de Financiamiento)
del equipo económico no sería ajena a esta postura
que enfrentaría al gobierno con los bancos. Los informantes
señalan, para agregar veracidad a su versión, que
en medio de la convulsión financiera, en el que todo el gobierno
se muestra como acorralado, el ministro de Economía es el
único que se maneja como si tuviera la situación bajo
control.
La disparada del riesgo país no es una preocupación,
sino un dato a favor de la táctica de Cavallo, señalan
quienes consideran que el ministro está midiendo los tiempos
para lanzar su plan. Enfrentado a los bancos, su propuesta terminará
alineando no sólo al gobierno sino a toda la clase política
de su lado, especulan quienes dicen saber lo que el ministro pergeña
en estas horas. Cavallo rompería así el supuesto aislamiento
que padece actualmente, que tampoco sería absoluto: otras
fuentes aseguran que, al menos la jugada del canje compulsivo, ya
cuenta con aval del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
A todo o nada. El ministro de Economía se jugaría
el resto en un audaz desafío al sector financiero, con el
que se enfrentó casi desde su llegadaal gobierno de la Alianza.
Audaz, sí, pero a esta altura difícilmente pueda sostenerse
que imposible.
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