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NO HUBO QUORUM PARA TUMBAR LOS SUPERPODERES
Ahora, el camino ordinario

Ayer se volvió a caer la sesión. Pero la Comisión de Asuntos Constitucionales aprobó su tratamiento. Sería la próxima semana.

Mayoría: En la próxima sesión podrán aprobarla con mayoría simple y no necesitarán de los huidizos dos
tercios como se exige durante
una sesión especial.

El PJ aportó poco. La
mayoría de la UCR no bajó.
Las radicales Miriam Curletti
y Margarita Stolbizer, sí.

Por F.Y.

Cuarto intento y nada. Ayer los diputados tampoco pudieron derogar la ley de superpoderes al no conseguir el quórum necesario para concretar la sesión especial. Sólo un detalle permite trocar el fracaso en esperanza y es la aprobación por mayoría de la comisión de Asuntos Constitucionales del proyecto en cuestión, por lo que la iniciativa quedó habilitada para ser tratada la semana próxima en la sesión ordinaria. De no mediar ningún inconveniente, Domingo Cavallo y Fernando de la Rúa se quedarían sin superpoderes la semana que viene.
Sin duda, esta novedad le generará un fuerte dolor de cabeza al presidente en retirada de la Cámara baja, Rafael Pascual, quien ya debe estar buscando, lupa en mano, alguna argucia reglamentaria que le permita ganar al menos una semana más de tiempo. Es que el delarruista sabe que con el dictamen aprobado en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que preside Elisa Carrió (ARI), los días de la polémica norma están contados.
En la próxima sesión, los legisladores podrán aprobarla con mayoría simple y no necesitarán de los huidizos dos tercios como lo exige el tratamiento de un proyecto durante una sesión especial.
El dictamen lleva la firma de la casi totalidad de los integrantes de la comisión. Los únicos que se resistieron a la iniciativa fueron la justicialista Norma Godoy y los radicales René Balestra y Julio Tejerina.
El proyecto deroga los artículos 1 al 6 de la ley 25.414 que le confirió atribuciones extraordinarias al Poder Ejecutivo y que fueron aprovechadas fundamentalmente por el Ministerio de Economía que conduce Cavallo. Con estas facultades se pudo modificar la estructura de la administración pública central y alícuotas impositivas, entre otras medidas que hubieran requerido antes la aprobación legislativa.
Con lo ocurrido ayer, prácticamente quedó confirmado que la vía de la sesión especial era el peor camino para intentar derogar los superpoderes. Las tres sesiones anteriores cayeron faltando muy poco para conseguir el número de diputados que oficializaba la sesión, 129 legisladores. Pero la última fue la de peor performance, cuando sólo bajaron al recinto apenas 80 diputados.
El PJ tan sólo convocó a 50 representantes. El lunes aseguraban que aportarían noventa de los 99 legisladores que integran la bancada. Por lo tanto, no fue suficiente con la participación de los bloques del ARI, Frepaso, del Frente para el Cambio y mucho menos con los cinco radicales que estuvieron presentes: la storanista Margarita Stolbizer, María Isabel García de Cano, María Nilda Soda, Juan Carlos Farizano y Miriam Curletti.
El argumento esgrimido para justificar la numerosa ausencia en el PJ fue, curiosamente, la hora de la convocatoria. “Llamaron a las 11 y muchos diputados no alcanzaron a llegar desde sus provincias”, dijeron algunos quejosos de la principal bancada opositora. Pero Jorge Matzkin fue el más explícito de todos: “Cuando se cita a este horario es para no tener éxito”, dijo. “Las leyes importantes siempre han costado aprobarlas en esta Cámara”, agregó quien supo ser el presidente del bloque justicialista durante los casi diez años de la gestión menemista.
El Frepaso, en cambio, acusó a los justicialistas de carecer de voluntad política para debatir este proyecto y aseguraron que “los peronistas utilizan la derogación como una herramienta de presión para mejorar las condiciones de negociación que llevan adelante los gobernadores con el gobierno nacional” .

 

Hay radicales oficialistas

Diecinueve presidentes de distritos de la Unión Cívica Radical (UCR) apoyaron ayer al gobierno nacional y al presidente Fernando de la Rúa “por su permanente vocación para sacar al país de las graves dificultades en que se encuentra”. En una declaración firmada por los conductores del radicalismo en 19 distritos –entre los que no figura Buenos Aires, que lidera Federico Storani– se cuestionan las críticas del justicialismo a la administración aliancista y se asegura que “hoy más que nunca se necesita racionalidad y consenso” para zanjar diferencias. “En las difíciles circunstancias por las que atraviesa el país es cuando más la Unión Cívica Radical debe estar unida y apuntalando la gestión de nuestro gobierno”, dice el texto. El documento no fue firmado por los presidentes del radicalismo de Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Chubut y Formosa. Los que sí lo suscribieron, cuestionan las “críticas desproporcionadas e injustas de gobernadores y dirigentes justicialistas”. Los radicales dejaron sentado que “no es casual” que los peronistas “eludan referirse a la herencia que dejaron” y mencionaron como ejemplo “una recesión que ya lleva cuatro años, un desmesurado déficit fiscal, una deuda externa triplicada a pesar de haber enajenado el patrimonio nacional y un estado de corrupción generalizado que Menem, Duhalde, De la Sota y Ruckauf, entre otros, no pueden hacerse los desentendidos”.

 

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