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OTRO DIA DE REUNIONES CON LOS GOBERNADORES QUE TERMINO EN IMPASSE
Todavía no alcanza para que haya fumata

Los mandatarios del PJ se reunieron por separado �grandes� y �chicos�. Una propuesta del Gobierno los unió para elaborar, a su vez, una contrapropuesta. Los radicales la estudian y hoy podrían acercar posiciones. Al mediodía, encuentro con De la Rúa.

Ruckauf, Reutemann y De la Sota conversaron a solas en la sede de la Casa de Santa Fe en la Capital.

Por Martín Piqué

En el séptimo piso del CFI los gobernadores analizaban la última propuesta del Gobierno para la negociación de los fondos coparticipables. Eran casi las diez de la noche, y se encontraban en una oficina contigua a la sala de reuniones que habían usado para recibir a Domingo Cavallo la semana pasada. Estaban casi todos los peronistas, salvo Carlos Juárez (Santiago del Estero) y el fueguino Carlos Manfredotti. Y de los aliancistas sólo faltaban el entrerriano Sergio Montiel y Oscar Castillo (Catamarca). Todos compartían el rechazo al documento oficial, que prevé el pago en bonos Lecop de los “saldos impagos” que adeuda la Nación. Pese a las coincidencias, no hubo acuerdo y se abrió un cuarto intermedio hasta hoy a las 16: los mandatarios de la Alianza pidieron tiempo para estudiar la “enmienda transitoria” elaborada por sus pares del PJ.
A partir de las 19, los gobernadores peronistas se dedicaron a preparar una “contrapropuesta” que introdujera cambios al documento oficial. Este último paper, titulado “segunda addenda al compromiso federal por el crecimiento y la disciplina fiscal”, había sido enviado vía fax por el secretario de provincias del ministerio de Economía, Hugo Garnero. En los primeros dos artículos del texto se aclaraba que la Nación “podrá cancelar cualquier obligación” utilizando las Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (Lecop) y en el artículo 3º se implementaba un recorte del 13 por ciento a las “transferencias por coparticipación”.
Esos dos puntos no eran tolerables para los gobernadores del PJ, por lo que comenzaron a elaborar un documento alternativo. Algunas modificaciones habían sido pensadas en las primeras horas de la tarde, cuando los jefes provinciales del peronismo se hallaban separados en dos reuniones simúltaneas, una en la Casa de la provincia de Santa Fe, y la otra en la sede porteña de la provincia de San Luis. En el primer escenario, se habían citado los tres presidenciables: el anfitrión, Carlos Reutemann, junto al cordobés José Manuel de la Sota y el bonaerense Carlos Ruckauf.
Los tres “grandes” se reunieron al mediodía, en un encuentro que no estaba previsto y que reveló las internas que existen entre los mandatarios del PJ. Con la excusa de las inundaciones, Reutemann, De la Sota y Ruckauf hicieron un gesto de fuerza hacia dentro de su partido reuniéndose por separado. La semana pasada, el proceso de negociación (y debate) con el Ejecutivo había quedado casi en manos de los miembros del “Frente Federal” –Adolfo Rodríguez Saá, Néstor Kirchner y Juan Carlos Romero–, quienes se habían animado a convocar a una marcha federal a la Plaza de Mayo y otras medidas amenazadoras para el Gobierno.
Ayer, los tres presidenciables se encontraron solos y luego de almorzar recibieron varios llamados telefónicos del Ejecutivo. Uno de los interlocutores era Chrystian Colombo, quien quería aprovechar el distanciamiento entre los “chicos” y los tres con aspiraciones presidenciales. El jefe de Gabinete les propuso pagar en pesos las deudas con sus provincias, mientras que a los demás se les pagaría en bonos Lecop. Ruckauf desechó la propuesta, que luego llegó a oídos de los gobernadores del Frente Federal reunidos en la Casa de San Luis.
Desde la Casa de Santa Fe partían mensajes conciliadores hacia el Gobierno. Ruckauf, De la Sota y Reutemann, ya habían agendado una visita a la Casa Rosada, que se hará hoy a las 13, y mientras tanto recibían por fax la propuesta oficial que les enviaba Garnero. “Ellos ven que hay otra predisposición para conversar”, comentaba a Página/12 un asesor cercano al “Lole”.
Entretanto, en la Casa de San Luis, los miembros de las provincias “chicas” se preocupaban por el distanciamiento de los “presidenciables”. Tanta fue la alarma, que enviaron a dos representantes para “recomponer las relaciones” con Ruckauf, De la Sota y Reutemann. Los elegidos fueron el tucumano Julio Miranda y Eduardo Fellner (Jujuy):
–¿Cómo andan? –les preguntó De la Sota apenas los vio llegar.
–Y... allá estamos, nos estamos por reunir, pero hay mucha bronca –respondió Miranda.
–¿Qué van a hacer ustedes? –preguntó Ruckauf.
–Propiciamos una propuesta de todo el PJ, tenemos que llevar una propuesta única –respondió Fellner.
–Totalmente de acuerdo –enfatizó De la Sota–. Acá nadie se cortó solo, pero hay una propuesta que tenemos y aprovechamos la llegada de ustedes para que la lleven a la Casa de San Luis.
Después de la charla, Miranda y Fellner se volvieron a la sede de San Luis con una copia del documento que había mandado Garnero. A esa altura, ya habían algunas coincidencias: reclamar que las deudas por coparticipación se paguen no sólo en bonos, sino también en pesos.
Casi al mismo tiempo comenzaba otra reunión, más técnica, entre Garnero y los ministros de Economía de las provincias de la Alianza (San Juan, Mendoza, Chubut, Entre Ríos, Río Negro, Chaco y Capital Federal). Sin saberlo, los funcionarios provinciales reclamaron los mismos puntos que, a esa hora, debatían los hombres del PJ:
Que la Nación también utilice Lecop para pagar a sus proveedores.
Que los Lecop sean aceptados por la AFIP, los bancos y que se puedan utilizar para pagar aportes patronales y Anses.
Unas horas después, cerca de las 21, llegaban al CFI los gobernadores de la Alianza, y después de revisar el texto que proponían los del PJ, pedían tiempo para estudiarlo. El acuerdo se volvía a postergar.

 


 

DIFERENCIAS EN LAS POSICIONES DE LOS GOBERNADORES DEL PJ
Peleando la interna en la mesa del CFI

Por F. Y.

Las interminables negociaciones entre los gobernadores del PJ y el gobierno nacional no son para nada sencillas. No sólo por la diferentes realidades que vive cada distrito –que dificulta el consenso en una posición uniforme ante los negociadores del Ejecutivo nacional–, sino también porque la interna partidaria que determinará la conducción del justicialismo y la candidatura presidencial ya se está dirimiendo entre los principales mandatarios justicialistas.
Estas dos semanas de conversaciones entre Gobierno y provincias no sólo sirvieron para mostrar la incapacidad manifiesta que tiene el gobierno federal a la hora de alcanzar un acuerdo con los gobernadores. También desnudaron la forma en que cada sector del PJ busca imponerse. Por un lado están las provincias grandes, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, desde donde –dicen– saldrá el futuro presidente del 2003. En la vereda de enfrente están “las chicas”, integradas en lo que se conoce como “Bloque Federal”, y que pretende terciar en el armado de lo que sería la fórmula presidencial y disputar posiciones en el seguro gobierno justicialista. Pero ni uno ni otro grupo es homogéneo.
Tras las elecciones del 14 de octubre, el Bloque Federal buscó tomar la delantera en las negociaciones que se abrían con el Ejecutivo y desplazar a los grandes, que “siempre se cortan solos y terminan acordando después en nombre del justicialismo”.
Empezaron pegando fuerte tanto hacia afuera como hacia adentro. Se sentían “con poder”. A varios de estos gobernadores –como es el caso del santacruceño Néstor Kirchner, el puntano Adolfo Rodríguez Sáa y el salteño Juan Carlos Romero– los comicios le habían deparado un contundente triunfo que les permitía jugar con la intención de designar al senador electo Ramón Puerta como presidente provisional del Senado.
Pero sólo estos tres son los más belicosos y, en realidad, hasta con chances de pelear una hipotética vicepresidencia. El resto se divide entre los “institucionalistas”, como el jujeño Eduardo Fellner y el tucumano Julio Miranda, que buscan conciliar algunas posiciones con los grandes más por convergencia de penurias –sus cuentas fiscales están tan en rojo como las de Ruckauf, por ejemplo– que por coincidencias políticas. Después están los que simplemente acompañan por carecer de fuerza para imponer sus ideas y, sobre todo, porque atraviesan una crisis de tal magnitud que, a pesar de que les gusta la idea de poder desplazar en las negociaciones a las provincias grandes, sienten que no pueden continuar indefinidamente las negociaciones con el gobierno nacional.
El único que juega con cierta equidistancia es el pampeano Rubén Marín, quien además de dirigir una provincia ordenada, juega con su cargo institucional: es el presidente del PJ, en reemplazo del detenido Carlos Menem. Un cargo que, por caso, le sirve para participar de la reunión que los grandes mantendrán hoy con el presidente De la Rúa.
Entre los mandatarios de las tres provincias grandes tampoco hay homogeneidad, pero existe una especie de pacto de no agresión que les permitirá recuperar su hegemonía entre los mandatarios del PJ. Sin duda, la no agresión se mantendrá hasta que Ruckauf y De la Sota consigan equilibrar sus cuentas públicas. Recién ahí la pelea presidencial comenzará. Eso sí, los tres ruegan que De la Rúa se acerque al 2003 para poder definir la contienda interna sin sobresaltos.

 

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