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UNA MUJER CONTRAJO LA INFECCION PULMONAR TRAS MANIPULAR CARTAS
El peor ántrax golpea Nueva York

Las señales de alarma se multiplicaban ayer en Washington y el vicepresidente Dick Cheney fue trasladado a un bunker, pero la peor señal se registró en Nueva York, cuando se confirmó la aparición del ántrax que atraviesa los sobres en que fue enviado.

Sobre: Aun si se localiza el sobre faltante que infectó a la mujer, y este es el único en Nueva York, todavía podría haber muchos
más casos de ántrax.

�Gracias por viajar�, dice
el cartel en un aeropuerto.

Por Gabriel A. Uriarte
Enviado especial a Washington D.C.

Un nuevo concepto geográfico se sobreimpuso al mapa del nordeste en Estados Unidos. Un “triángulo del ántrax”, dentro del cual la vida se acerca cada día más a la parálisis total. Su vértice en términos de dramatismo es sin lugar a dudas la capital Washington DC. Hasta ayer más de 20 edificios federales y de correo habían sido clausurados por contaminación bacteriológica, muchos por bastante tiempo, dado que, según un informe oficial, descontaminar los edificios más infectados, tales como el Senado y la central de correo de Brentwood, requeriría medio mes de tratamiento con antisépticos tan poderosos que impedirían que cualquiera trabaje allí. El gobierno, mientras tanto, volvió a implementar los procedimientos de guerra nuclear, y el vicepresidente norteamericano fue escondido ayer en “un lugar seguro”. En Nueva Jersey, otro punto del triángulo, se descubrió un nuevo caso de ántrax cutáneo, y el gobernador ordenó testeos masivos en unas 44 oficinas de correo. Pero el lugar más peligroso, y donde seguramente estallará la próxima crisis dentro de la crisis, es el tercer punto: Nueva York.
La primera señal del desastre que se viene apareció ayer cuando las autoridades confirmaron que una mujer de 61 años estaba al borde de la muerte por infección con ántrax pulmonar. Es el primer caso de su tipo que se registra en Nueva York (donde hasta ahora todos los casos habían correspondido a la menos peligrosa variante “cutánea”), pero eso no es lo más alarmante. Es que la mujer, de 61 años, no trabajaba en el correo ni en ninguno de los lugares que se sabe recibieron cartas-ántrax. Al contrario, trabajaba en un hospital de otorrinolaringología que jamás fue ligado, ni siquiera hipotéticamente, con los casos de ántrax en Nueva York. Por supuesto, este hospital permaneció cerrado ayer mientras se realizaban pruebas de ántrax (impidiendo que se realizaran varias operaciones quirúrgicas), y se planea trasladar al personal y los pacientes a otros edificios. Y ni siquiera esto es lo peor del asunto. La mujer infectada trabajaba en la oficina de correo del hospital.
Juntos, los datos llevan a una conclusión siniestra. El ántrax de inhalación no es solo el más letal, es el más difícil de causar. El ántrax tiene que haber sido molido muy finamente para que las esporas puedan entrar a los pulmones en suficiente cantidad como para causar la infección. Pero hasta ahora el ántrax encontrado en Nueva York había sido una sustancia cristalina muy gruesa, que, en efecto, sólo causó el mal cutáneo. Es decir, estamos hablando de al menos una carta, y muy probablemente varias, que no fueron encontradas hasta ahora. Por todo lo que se sabe, ya deben haber infectado a varias personas más con los “síntomas similares a la gripe” tan comunes en esta época de invierno.
Sin embargo, aun si se localiza el sobre faltante que infectó a la mujer, y este es el único en Nueva York, todavía podría haber muchos más casos de ántrax. Es que el ántrax refinado usado en ella ya demostró (como lo podrían atestiguar dos empleados postales si no fuera porque están muertos) que bien puede filtrarse del sobre, dado que la consistencia del papel no es lo suficientemente espesa como para encerrar a las muy pequeñas esporas del ántrax. Y no hace falta mucho ántrax para infectar a alguien con la enfermedad pulmonar. En un intento de calmar a la opinión pública, los médicos del gobierno y aquellos consultados en los medios (frecuentemente eran los mismos) enfatizaron que se requieren 10.000 esporas para causar ántrax pulmonar. La cifra parece mucho, sin duda, pero menos si se nota que un gramo de ántrax contiene 10.000 millones de esporas: es decir, se requiere apenas 0.0000008 gramos para causar una infección. Y las cartas enviadas al Congreso norteamericano contenían unos2 gramos de ántrax: es decir, cada uno tenía el potencial máximo de causar 2.5 millones de infecciones. Obviamente, este potencial teórico es inalcanzable, pero ilustra como se requiere una proporción muy diminuta para causar “bajas” cifradas en decenas o centenares.
Aplicar todo esto a Nueva York produce un panorama muy negro. Primero, para los empleados postales. La semana pasada se confirmó que había esporas de ántrax en las maquinas de la central postal de Morgan, en pleno centro de Manhattan. La gerencia, sin embargo, decidió mantenerla abierta, argumentando que, dado el ántrax grueso encontrado en Nueva York, bastaba con sellar los cuartos contaminados. Pero esta premisa demostró ser incorrecta, y es muy posible que este edificio, donde los empleados postales trabajan desde hace más de una semana luego de que las cartas pasaran por allí, esté contaminado en otros puntos. En el edificio Hart del Senado en Washington DC .que los empleados postales se quejan de que recibe tratamiento preferencial–, se encontraron múltiples nuevos focos de ántrax luego del primero en la oficina del líder demócrata Tom Daschle. La situación llegó a tal punto que la Administración de Medio Ambiente (EPA) recomendó ayer al gobierno literalmente fumigar todo el edificio con gas de clorina, usada durante la Primera Guerra Mundial como arma química. Sería usada en concentraciones bajas, pero aun así forzará al edificio a pasar cerrado al menos dos semanas adicionales, lo que completa un mes desde que primero se encontró la bacteria.
La capital, mientras tanto, avanzaba nuevos pasos en dirección a la parálisis. El caso de ántrax cutáneo encontrado ayer en Nueva Jersey era de una mujer que no había recibido cartas sospechosas de ningún tipo ni trabajaba en el correo, lo que hacía casi seguro, según admitieron funcionarios, que el ántrax claramente puede contaminar otras sobres además del propio. En Nueva Jersey esto ya es bastante malo, ya que, como medida inicial, se tuvo que ordenar el testeo de las instalaciones y empleados de más de 40 oficinas postales. Pero en Washington las consecuencias podrían ser catastróficas. Toda el correo para la capital pasa por la central de Brentwood, que junto con el Senado es el edificio más infectado del país y donde dos empleados murieron y tres más están hospitalizados. Como lo demuestra lo ocurrido en Nueva York, las cantidades de ántrax necesarias para causar la letal infección pulmonar es muy diminuta, especialmente comparadas con lo que se envió en los sobres. Como lo demuestra lo ocurrido en Nueva Jersey, el ántrax puede “saltar” a varias cartas que pasan por la misma oficina de correo.
Unas últimas cifras. El Cirujano General, David Satcher, y el jefe del correo, Jack Potter, afirmaron que, solo con el nivel actual de amenaza, el correo y el sistema de salud requerirán aumentos presupuestarios de “miles de millones de dólares” cada uno. Sólo en Washington DC hay más de 15.000 personas tomando el antibiótico CIPRO, que no es barato y causa fuertes secuelas. Y en la capital hay al menos 4.000 oficinas públicas y privadas que, según las autoridades postales, recibían correo en grandes cantidades desde Brentwood antes de que el edificio fuera cerrado al ser diagnosticado con la mayor concentración del ántrax más letal en todo Estados Unidos.

 

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