La inundación bonaerense
va ahogando de a poco a la gente del campo. Algunos optaron por salir
a protestar a la ruta; otros, por un camino desesperado, como por el que
adoptó un productor rural de Carlos Tejedor, que se suicidó,
agobiado por las deudas y el anegamiento de sus tierras, que no le permitía
salir a flote. La otra cara de la moneda se vivió en el partido
de General Villegas, donde los habitantes de un pueblo cortaron una ruta
a pico y pala para que el agua escurriera y no entrara en sus casas. La
situación se agravó, especialmente, en Chascomús,
donde la laguna rompió una de las seis defensas que tiene la ciudad
y comenzó a filtrar hacia el casco céntrico.
Gustavo Adolfo Tondo, productor rural y comerciante de Carlos Tejedor,
arrastraba desde 1985 una deuda de 200.000 con el Banco Provincia. El
final drástico venía dando vueltas en la cabeza de este
hombre, que el lunes fue hasta la sucursal del banco para averiguar si
con su cuenta corriente tenía un seguro de vida. Horas después
fue hasta la casa de su cuñado y se arrojó a un aljibe.
La policía rescató su cadáver a las 15.40: había
muerto por asfixia por inmersión.
Tondo tenía 42 años, esposa y dos hijos. Era dueño
de 450 hectáreas en Carlos Tejedor y un local de venta de ropa
en el centro de la ciudad. El intendente Carlos Rivas (ARI) dijo a la
prensa que el hombre había recibido una intimación del banco
para hacer frente a la deuda. Pero el Banco Provincia lo desmintió
en forma terminante, a través de su jefe de prensa: La propiedad
estaba en emergencia agropecuaria por inundaciones desde 1985, por lo
que desde hace años que no se le ha enviado ninguna intimación,
aseguró el vocero.
En el vecino partido de General Villegas, los pobladores de Sansinena
-una localidad rural de 600 habitantes salieron ayer a cortar la
ruta 188, en el límite con La Pampa, hartos de esperar una solución
que evite el anegamiento del pueblo. No fue solo un piquete: a pico y
pala, cortaron literalmente la ruta 188 que viene desde Mendoza
y cruza la provincia hasta San Nicolás para permitir que
el agua escurra hacia el sur.
El intendente Gilberto Alegre tuvo que ir hasta el lugar para calmar los
ánimos, pero la situación quedó bajo control recién
cuando la Dirección de Hidráulica de la provincia autorizó
la construcción de tres canales a través del camino para
permitir el escurrimiento del agua. Es decir que el corte de ruta quedó
oficializado.
La situación más crítica se registraba en Chascomús.
La ciudad estaba rodeada por las aguas de la laguna desbordada y del arroyo
Los Toldos, que en tiempos normales desemboca en el espejo de agua pero
que ahora recibe el reflujo de líquido desde la laguna. El
viento está empujando las aguas del arroyo, que rompieron una de
las siete defensas que tiene la ciudad, dijo a Página/12
el intendente Juan Gobbi.
Según el jefe comunal, desde la última inundación
grande, en 1993, está aprobada la instalación de equipos
de bombeo para el arroyo, una obra de 240.000 pesos que nunca se hizo
y que hubiera evitado esta emergencia. Esa obra, agregó,
debió ser realizada por la provincia.
Los voluntarios, junto con personal de Defensa Civil y de Hidráulica,
trabajaron ayer en dos frentes: por un lado, derivando el agua de los
barrios anegados, con bombas de achique, de regreso a la laguna; por otro,
reforzando el terraplén más vulnerable, con camionadas de
tierra, y bolsas de plástico. Vamos a dar batalla, trabajando
toda la noche, dijo Gobbi, que ayer recibió la colaboración
de la Defensa Civil porteña, que aportó bombas de achique.
Pese a que sólo lloviznó, el informe de la Dirección
provincial de Defensa Civil no arrojó mejorías en la víspera.
La Matanza seguía siendo el partido con más evacuados (1602)
y sólo se registró una disminución en Quilmes, donde
el retroceso de las aguas permitió a algunas familias volver a
sus casas, según informó a este diario el director del organismo,
el teniente coronel Rodolfo Svendsen. En total, los afectados en la provincia
rondan los 6000, entre evacuados y autoevacuados. El presidente Fernando
de la Rúa que conoce bien eso de tener el agua al cuello
escuchó ayer los reclamos de los intendentes de Pehuajó,
Bolívar, Daireaux, Hipólito Yrigoyen y Carlos Casares. Le
planteamos la angustia de la gente de nuestras zonas y la necesidad de
respuesta por parte del gobierno nacional, como obras hidráulicas
y eximiciones impositivas, informó César Peña,
intendente de Pehuajó. Hoy, el presidente recibirá el reclamo
de los gobernadores de las provincias afectadas.
EMPIEZA
HOY EL JUICIO POR LA MUERTE DEL POTRO
Rodrigo, con la tevé hasta el final
Apenas se conoció la
noticia, se abrió el debate acerca de cómo sucedió
el episodio que tuvo por final la muerte de Rodrigo. Si fue accidente,
si fue negligencia suya o si el culpable fue el conductor que iba en la
otra 4x4 en la autopista Buenos Aires-La Plata. Ahora, todas esas versiones
tendrán oportunidad de aparecer nuevamente, pero con un marco legal:
hoy empieza el juicio que deberá develar el misterio sobre las
muertes de Rodrigo Bueno y Fernando Olmedo, hijo del también fallecido
comediante. En el banquillo de los acusados estará el empresario
Alfredo Pesquera, quien intentará salir indemne de las acusaciones
por doble homicidio y lesiones culposas que pesan sobre sus espaldas.
Si algo no falta en la breve pero intensa historia de Rodrigo es la presencia
de la televisión: a pedido de los abogados de uno de los damnificados,
Jorge Moreno, los jueces autorizaron la televisación en directo
de las 13 audiencias que conformarán el juicio. De esta forma,
se podrá seguir el curso de los testimonios sin tener que soportar
la avalancha de fanáticos que seguramente colmará los tribunales
de Quilmes, donde se realizará el juicio.
Durante la jornada de hoy, los magistrados Ariel González Eliçabe,
Delia Allaza y Rubén Sánchez escucharán las declaraciones
del acusado, de la madre de Rodrigo, Beatriz Olave, y de los testigos
más directos del accidente, entre quienes figuran la ex mujer del
cantante, Patricia Pacheco, que viajaba en la camioneta con el hijo de
ambos en brazos; Christian Gustavo Pereyra y Jorge Moreno, que también
estaban en la Ford Explorer roja; y Aldo Alberto Pereyra, que iba en un
auto atrás de la camioneta.
Los cargos que pesan sobre Pesquera, de confirmarse, podrían derivar
en penas de 2 a 5 años de prisión. Aunque, si se hace lugar
a la acusación de homicidio simple que hará el abogado de
Moreno, Gregorio Dalbón, la pena podría ir de 8 a 25 años.
Habrá que esperar hasta el 19 de noviembre, día que se conocerán
el veredicto y la sentencia, siempre que todo transcurra con normalidad.
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