Por David Cufré
Los que lo denominan el Plan
Alais parecen estar en lo cierto. Ayer no se anunció, pero se supone
que esta semana sí. Fernando de la Rúa se lo comunicó
a gobernadores de la Alianza, a las dos CGT y a los jefes de bloque de
Diputados y Senadores. Tal como anticipó Página/12, el punto
explosivo del programa es la reestructuración global de la deuda,
que, según dijo el Presidente, se hará de manera amigable
con los inversores. Sin embargo, será amigable siempre y cuando
los tenedores de títulos acepten la oferta del Gobierno. Y dejará
de serlo si la rechazan. Domingo Cavallo empuja como un búfalo
para que el Presidente se decida a anunciar las condiciones de la operación
que, como se supone que los acreedores no aceptarán, tornarán
al canje de voluntario en compulsivo. Las calificadoras de riesgo declararán,
en consecuencia, a la Argentina en default. Otros sectores del Gobierno
resisten la presión del ministro de Economía, como el canciller
Adalberto Rodríguez Giavarini y el número dos de Cavallo,
Daniel Marx. Frente a los legisladores, De la Rúa pareció
inclinarse por la postura del mediterráneo. Luego, en una breve
declaración, se mostró ofuscado por la presión de
los medios para que se concreten los anuncios y sostuvo que
los hará cuando tenga todo resuelto. La otra medida que generará
la resistencia del sistema financiero apunta a disminuir a la mitad el
aporte previsional a las AFJP, lo que implica un aumento del salario de
bolsillo de los trabajadores.
Como el lunes y el martes, ayer fue otra jornada ruinosa en los mercados
financieros. El riesgo país cerró en 2150 puntos, con una
suba de más de 100 puntos. Desde temprano el Gobierno fue postergando
para las horas siguientes el momento de los anuncios. Se llegó
a decir que De la Rúa hablaría por cadena oficial a las
19 y después a las 21, pero otra vez no pudo ser. Se me fue
el día, se justificó el Presidente ante los legisladores
cuando le preguntaron por qué no informaba las medidas. El ministro
de Trabajo, José Dumón, repitió sus palabras ante
los periodistas.
Existieron razones de mayor peso que las de agenda para demorar la difusión
del plan. La número uno: el fracaso en las negociaciones entre
la Nación y las provincias. El cronograma original establecía
que primero se sellaba el nuevo Pacto Fiscal y, luego, con el apoyo de
los gobernadores, se informaba el paquete de medidas. Desde la mañana
de hoy seguirán los tiroteos, que vienen con balas de cada vez
más grueso calibre. Una segunda razón es que De la Rúa
escucha tres o cuatro consejos distintos de sus ministros y hombres de
confianza. Fernando de Santibañes le insiste en que se olvide de
lo que le dice Cavallo y decrete de una buena vez la dolarización.
Colombo repite que antes que nada hay que pactar con los gobernadores.
Rodríguez Giavarini y Marx afirman que avanzar con la reestructuración
de la deuda que propone Cavallo es suicida. Fue exactamente
esa la palabra que usó el canciller. Dijo que es suicida porque
lo que postula el ministro de Economía es tomar la ruta que desemboca
en el default.
Frente a todos ellos, Cavallo hizo lo que le más le gusta: avanzó
sin reparar en lo que otros digan. Puso a la oficina Legal y Técnica
de Economía a trabajar a toda marcha, intercambiando proyectos
de decreto con el estudio jurídico de su asesor Horacio Liendo.
A la noche, mientras Dumón decía ante las cámaras
que a De la Rúa se le había ido el día, Cavallo pasó
por detrás con una ancha carpeta con todos los proyectos de decreto.
Y se los entregó al Presidente. El plan es el siguiente:
Reestructuración de
la deuda local. El Gobierno ofrecerá a bancos y AFJP un nuevo bono
a una tasa del 7 por ciento, a canjear por otros títulos que devengan
tasas mucho más altas. Los acreedores aceptarían la tasa
del 7 por ciento, pero exigen que se capitalice la diferencia entre ese
nivel y lo que pagan los títulos actualmente. Según dijo
De la Rúa en sus reuniones de ayer, el Gobierno se plantará
en el 7 por ciento nocapitalizable. Como garantía, se ofrecerá
la recaudación del impuesto al cheque, algo que se dictaminará
por decreto.
Reestructuración de
la deuda externa. En este caso, la garantía serán los fondos
que aporten el FMI, el Banco Mundial, el BID y la Comunidad Europea. Se
estima que serán 7 mil millones de dólares, aunque Cavallo
aspira a estirar esa cifra a 10 mil millones. Con ese dinero se comprarían
bonos cupón cero del Tesoro estadounidense, que actuarían
como garantía de los títulos públicos que lanzará
el Gobierno, también a una tasa del 7 por ciento. La intención
es reducir el pago de intereses en 4 mil millones de dólares anuales.
El problema es que el Gobierno todavía no tiene abrochadas las
negociaciones con aquellos prestamistas. Y, mucho menos, con los acreedores
que deberían participar del canje. Por todo esto, muchos en el
Gobierno, en el Congreso, entre los gobernadores y casi todos en la city
sostienen que lo que está proponiendo Cavallo es una reestructuración
compulsiva, o, lo que es igual, un default.
Aportes previsionales. Por
un plazo a determinar, que sería de un año, los trabajadores
podrán reducir su aporte jubilatorio al 50 por ciento. Es decir,
en lugar del descuento salarial del 11 por ciento que les hacen todos
los meses, será del 5,5. Eso implica que habrá un aumento
en los ingresos de bolsillo. Una medida para aumentar el consumo. Las
AFJP lanzaron una enorme presión para evitar que esta medida se
anuncie, con el respaldo de Marx. Fuentes del sector dijeron que llevará
a la destrucción del sistema de capitalización.
Rescate de deudas empresarias.
Las pymes y otras compañías con deudas fiscales y previsionales
tendrán la posibilidad de blanquear esos pasivos, mediante un sistema
de capitalización. Eso las habilitaría a conseguir financiamiento
bancario.
Decretar un blanqueo impositivo,
a través de la emisión de un bono a ser adquirido con fondos
radicados afuera del país. A estos capitales repatriados no se
les exigirá que declaren su origen.
Establecer el arancelamiento
universitario. Es el punto más controvertido y aún en discusión.
Ayer, en la reunión de gobernadores justicialistas, fue la medida
que generó mayores reparos y que había provocado más
sorpresa cuando fue informada por las autoridades nacionales.
Fondo para obras. En enero,
en lugar de bajarse 10 centavos el precio de las naftas, se lo reducirá
en 5 centavos. Con los 5 centavos que quedan se financiará un plan
de obras para evitar las inundaciones.
Tarjeta de débito para
pagar planes sociales. Se entregará una tarjeta magnética
a padres de familia desocupados, cargada con 150 pesos, para que pueda
hacer compras en supermercados y otros negocios.
Reintegró de IVA por
compras con tarjeta. Será del 3 o el 5 por ciento de cada compra,
y se aplicará a las tarjetas de crédito y a las que se darán
a sectores carenciados.
u lan social. Incluye una asignación
universal mensual de 30 pesos por hijo, hasta la edad de 14 años.
La entrega de útiles escolares una vez al año. Becas para
500 mil chicos carenciados, de 40 pesos mensuales. Un subsidio a la vejez
de 100 pesos mensuales para los mayores de 70 años que no pudieron
jubilarse.
Si va a doler, que
sea rápido
Analistas de la banca internacional y de calificadoras admiten
como ineludible que Argentina avance en una reestructuración
de su deuda y estiman, además, que sin mejorar la recaudación
y acordar con las provincias, el país podría desembocar
en una cesación de pagos. Noviembre y diciembre serán
meses difíciles en términos del cumplimiento de las
obligaciones, opinó Jaime Valdivia, estratega de renta
fija de Morgan Stanley en Nueva York. David Roberts, economista
internacional en jefe de Bank of America Securities en Nueva York,
también estimó que Argentina podría enfrentar
dificultades en el flujo de caja en noviembre y que éste
podría ser el punto activador para incumplimientos
en el pago de la deuda. En ese sentido, Bruno Boccara, analista
de la calificadora de deuda Standard & Poors, estimó
que cualquier país con este tipo de tasa de interés
sería incapaz de lograr un éxito desde la crisis.
En este momento no hay dudas que en el ambiente, por muchas
razones, se percibe que es casi imposible de evitar en la Argentina
una reestructuración de la deuda, entonces la probabilidad
de que haya una renegociación de la deuda es muy elevada,
sentenció Boccara. El diario londinense The Financial Times(FT),
en tanto, publicó una columna del economista Martin Wolf
(ex economista del Banco Mundial), quien consideró que la
solución para la crisis pasa por una rebaja sustancial en
la deuda pública sumada a la desdolarización del sistema
financiero y los contratos domésticos, juntamente con el
establecimiento de un sistema de cambio flotante con estrictas metas
de inflación. Wolf señaló, además, que
debería realizarse también una modesta rebaja
de la deuda y que ante esa rebaja los acreedores no podrían
reclamar, porque no pueden estar sorprendidos cuando ocurra
el evento contra el cual se aseguraron tan pesadamente con
las altas tasas de interés que cobran.
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Claves
Nuevamente se postergó el anuncio del paquete económico.
Domingo Cavallo le entregó
anoche a Fernando de la Rúa los decretos con todas las medidas.
El Presidente decidirá
si los difunde hoy o mañana.
Página/12 pudo
saber el contenido de las iniciativas. Dos de ellas son las más
explosivas.
1) La reestructuración
global de la deuda pública.
2) Disminución
de 5,5 puntos de los aportes previsionales a las AFJP.
Respecto a la primera
de esas medidas, la propuesta del gobierno a los dueños de
los bonos será canjearlos por otro al 7 por ciento anual.
Será presentado
en forma voluntaria, pero si no hay respuesta el trueque será
compulsivo. Lo que no es otra cosa que declarar el default, con
una eventual quita de capital y rebaja de tasas.
En relación a
la otra iniciativa, el objetivo es incrementar el salario de bolsillo,
aunque en el Gobierno descuentan la fuerte resistencia de las AFJP.
u l paquete se complementará
con otras medidas: moratoria previsional, blanqueo, programa de
salvataje de empresas y plan social.
Se discute el arancelamiento
universitario.
Por otro lado, el secretario
del Tesoro de Estados Unidos, Paul ONeill, descartó
una ayuda adicional y mandó a Argentina a seguir negociando
con el FMI.
El riesgo país
cerró a 2150 puntos.
Página/12 revela
un paper explosivo del ex ministro José Luis Machinea: cesación
de pagos, imponer control de cambio y congelar depósitos.
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NERVIOSISMO
EN LOS MERCADOS POR FALTA DE ANUNCIOS
La especulación no ve el rumbo
A la mañana, cuando parecía
que el Gobierno firmaba, por fin, el acuerdo con los gobernadores y se
anunciaba el paquete de medidas, los financistas se habían lanzado
a comprar acciones y, algunos, títulos de la deuda, especialmente
aquellos que habían registrado fuertes pérdidas la jornada
anterior. En ese momento, el índice MerVal mostraba una recuperación
del 4 por ciento y el riesgo país quedaba en los mismos niveles
del día previo. Pero hacia media tarde, cuando fue evidente que
pasaría otro día sin anuncios, y desde Estados Unidos Paul
ONeill descartó nueva ayuda financiera, el riesgo país
saltó hasta el record de 2150 puntos. Otra vez por delante de Nigeria,
que quedó relegada al segundo puesto. Y el MerVal finalizó
con una insignificante mejora del 0,5 por ciento. Standard & Poors
dijo ayer que los bancos podrían operar normalmente aun si el Gobierno
declara el default.
El recrudecimiento de la crisis ya está impactando en los bancos.
El lunes pasado, los depósitos volvieron a caer. Los plazos fijos
de empresas e individuos bajaron en 212 millones. No obstante, los depósitos
a la vista permanecieron estables. La gente retira los plazos fijos
y deja el dinero en las cajas de ahorro. Si pasados unos días continúa
la crisis, la plata se va al colchón, señaló
un banquero a este diario. Según la fuente, el nerviosismo del
público no implicó que haya mayores ventas de dólares
billete. En la city también destacaron que esta semana hay pocos
vencimientos de plazos fijos. Y que el caudal se incrementará notablemente
la próxima semana y la siguiente. Por la baja de los depósitos,
las reservas del Banco Central cayeron en 912 millones en la última
semana (a 18.604 millones).
La salida de depósitos de 550 millones en tres días
recalentó las tasas de interés. Entre bancos, el costo del
dinero trepó al 43 por ciento anual. En tanto, para retener a los
ahorristas, los bancos están pagando 30 por ciento anual en promedio
en las colocaciones en pesos. Y del 12 por ciento por las dolarizadas.
No obstante, y a pesar de que anteayer degradó la nota de la deuda
argentina, la calificadora Standard & Poors mantuvo las notas
de los bancos. Las afirmaciones se basan en la expectativa de que
las instituciones continúen operando normalmente, aun si se concreta
la reestructuración de la deuda. Los principales bancos de
la city están calificados con la nota CCC+, con perspectiva
negativa, reflejando la alta exposición de las entidades financieras
en títulos de la deuda.
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