Transportes que no transportan,
pasajeros que no viajan, servicios que no se prestan, teléfonos
que no se usan. La otra cara de la crisis, la del consumo, quedó
reflejada en los indicadores oficiales de demanda de servicios públicos.
La caída del indicador general, del 5,2 por ciento en la serie
desestacionalizada para el mes de setiembre, oculta una realidad mucho
más dolorosa. El promedio está fuertemente sesgado hacia
arriba por la medición de la telefonía celular, que se calcula
por la cantidad de aparatos en servicio, pero no por el uso
o tiempo de llamadas, como se hace con la telefonía fija. Así,
la telefonía móvil aumentó en dicho mes más
del 19 por ciento, mientras que las llamadas urbanas e interurbanas mostraban
caídas en el mismo período. De los otros 18 rubros medidos
por el Indec, 14 registran bajas y ocho de ellos con tasas superiores
al 10 por ciento en la comparación interanual.
El servicio de carga aérea en vuelos de cabotaje fue el que sufrió
la más fuerte caída en setiembre, con respecto a un año
atrás. La disminución del 34 por ciento, sin embargo, se
vio fuertemente incidido por la inactividad prácticamente total
de Aerolíneas Argentinas en dicho mes. Las líneas de bandera
extranjera, en tanto, observaron una caída del 8,2 por ciento en
su nivel de actividad. Un panorama similar se observa para el aerotransporte
de pasajeros, que decreció en un 31,8 por ciento en vuelos de cabotaje
y 22,9 por ciento en servicios internacionales. En este último
caso, también se reflejó en los indicadores la caída
en la actividad a partir de mediados de setiembre por los atentados en
Nueva York y Washington del día 11.
El transporte de pasajeros en tren fue el otro rubro con fuerte baja en
septiembre. En el caso de ferrocarriles urbanos, la disminución
fue del 12,9 por ciento; en interurbanos, del 29,9 por ciento. También
hubo descensos en los servicios de colectivos (10,8) y de subterráneos
(10 por ciento). La utilización de vehículos particulares
en las rutas no quedó al margen del derrumbe: en los accesos a
la ciudad de Buenos Aires, el paso de unidades por peaje se redujo en
más de un 7 por ciento, mientras que en rutas nacionales y en las
bonaerenses la disminución fue del 2,8 y 3,4 por ciento, respectivamente.
Este panorama revela que la recesión afectó la cantidad
de viajes en todas las franjas de la población, y tanto a los traslados
por motivo de trabajo como a los viajes de placer.
Ni el uso de teléfonos se salvó de los recortes en los presupuestos
familiares y de las empresas. Las llamadas urbanas cayeron en septiembre
en un seis por ciento con respecto al año anterior. Las interurbanas,
aunque en una proporción menor, también se redujeron: 1,9
por ciento. En cuanto a las llamadas internacionales, los registros del
Indec marcan un aumento en la cantidad de comunicaciones de salida las
que usualmente abonan los usuarios argentinos, del 3,7 por ciento,
pero una disminución en los minutos tasados por esas mismas llamadas
(-2,3).
Conforme a los indicadores oficiales, también registran aumentos
la generación neta de energía eléctrica (7,3 por
ciento) y el volumen de agua entregada a la red por Aguas Argentinas (4
por ciento). En cambio, verificó una disminución la producción
de gas natural (-5,9 por ciento).
El controvertido dato de crecimiento de la cantidad de teléfonos
celulares en servicio, de 19,3 por ciento con respecto a un año
atrás, muestra sin embargo una disminución del 0,3 por ciento
en el último mes (entre agosto y septiembre). Conforme a la información
suministrada por el Indec, la cantidad de aparatos en servicio se aproximaría
a los siete millones.
Fuerte
baja de importaciones
La fuerte caída
de las importaciones en el mes de septiembre, del 31 por ciento, permitieron
que el superávit de la balanza comercial volviera a ubicarse por
encima de los 700 millones de dólares, como ya había ocurrido
en junio. La baja en la demanda de bienes importados es una de las más
fuertes en las comparaciones interanuales de la serie del Indec.
Las exportaciones llegaron a 2218 millones de dólares en septiembre,
con un 3 por ciento de aumento sobre el mismo mes del año pasado.
Con importaciones por 1431 millones, el saldo favorable alcanzó
a 787 millones, acumulando 3968 millones en los primeros nueve meses del
año.
La brecha positiva en el comercio exterior se viene ampliando a medida
que la depresión se extiende a diferentes sectores y comprime la
demanda de insumos y productos finales importados. El valor de las importaciones
en los primeros nueve meses del año resultó inferior en
más de 2000 millones a las del mismo período del año
anterior.
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